Parcial didáctica

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[pic 2]PRIMER EXAMEN PARCIAL

(Tema 3)

Consigna 1: La enseñanza en la escuela. a)

Según las autoras Laura Basabe y Estela Cols, la definición genérica de enseñanza es la siguiente: “Un intento de alguien de transmitir cierto contenido a otra persona”. Esta definición implica tres elementos: alguien quien enseña (poseedor de cierto conocimiento), alguien que carece de dicho conocimiento (comprendido como aprendiz o quien aprende) y un conocimiento (saber o contenido) a aprender. Este intento de transmitir un conocimiento involucra tanto los esfuerzos exitosos como los que no llegan a buen puerto.

Los tres elementos involucrados en la acción de enseñar son parte de la tríada didáctica, la cual debe estar presente en toda situación de enseñanza. Sin embargo, esto no implica que siempre haya aprendizaje. Asimismo, debemos señalar que en ocasiones puede haber enseñanza y no producirse el aprendizaje. Sin embargo, el concepto de enseñanza depende del concepto de aprendizaje para existir, aunque este no se produzca.

A esta definición se la llama “genérica” ya que establece los rasgos básicos y comunes de la diversidad de situaciones concebidas como “enseñanza”. Es una definición sencilla que sólo explica qué tipo de actividad es la enseñanza, pero que no da detalles sobre los participantes, los materiales utilizados o incluso los resultados de dicha actividad. Es por eso, que podemos decir que se refiere a un ejemplo modelo, pero debemos tener en cuenta que, hoy en día, la enseñanza se da en distintos escenarios y de ella participan distintos actores. Es decir, que puede darse en situaciones muy diversas. Un claro ejemplo de esta afirmación se puede observar en el libro Enfoques de la Enseñanza de Gary Fenstermacher y Jonas Soltis. Según los autores existe una fórmula de gran utilidad para explicar la complejidad de los factores que intervienen en la enseñanza. El enunciado sería: DφExy. El símbolo situado entre las letras D y E es la letra griega fi y designa una acción. Podemos leer la fórmula de la siguiente manera: el docente (D) enseña (φ) al estudiante (E) cierto contenido (x) a fin de alcanzar cierto propósito (y). En el caso de la x, no sólo expresa un contenido a adquirir, también puede incluir habilidades, sentimientos o incluso rasgos de carácter. En ese caso, x puede tener múltiples significaciones. Entonces, también deberíamos incluir en la ecuación otros elementos tales como: (x₁) si además de un contenido enseñamos una habilidad, algo que

queremos que aprendan a hacer o (x₂) si también se está enseñando algo que queremos que aprendan cómo

hacerlo.

Tomando en cuenta la lectura de los textos de las autoras Laura Basabe y Estela Cols y de los autores Gary Fenstermacher y Jonas Soltis, podemos afirmar que una definición de una “buena enseñanza” es aquella que además de meramente, describir la acción de un docente de transmitir un conocimiento a un estudiante, también aporta detalles acerca de las características del contexto educativo, los recursos y materiales más adecuados y las formas de intervención didáctica más efectivas para lograr la transmisión de dicho conocimiento. Esta definición no sólo define, sino que también, introduce pautas para la acción a partir de un deber ser, dentro de un marco evaluativo, que especifica normas, características o niveles deseables, es decir que como docentes, nos señala un propósito.

Para entender la definición de “una buena enseñanza” es necesario entonces, tomar en cuenta las concepciones acerca de lo que se considera una persona educada según los autores Gary Fenstermacher y Jonas Soltis. La sociedad exige que cada miembro llegue a tener un grado de educación el cual le permita ser un sujeto productivo dentro de ella. Entonces, lo que una sociedad considera como persona educada influye en la tarea docente dentro de las aulas. Ser una persona educada requiere algo más que obtener un título. Puede exigir por ejemplo, tener conocimiento de literatura clásica, arte y música, y poseer un espíritu crítico, además de saber leer, escribir y hacer cuentas, entre otras cosas. Por otro lado, también puede considerar el bienestar emocional, la salud mental y la felicidad, ya que la idea de lo que es una persona educada y la visión que se tenga de la enseñanza son dos conceptos relacionados entre sí.

Una buena enseñanza es aquella que logra cambiar a los alumnos en las direcciones deseadas. Para lograrlo, primero debemos asegurarnos que existe una necesidad de enseñanza. Luego, debemos tener claro hacia dónde queremos ir y para ello, debemos elegir los objetivos que nos guiarán para realizar la selección y preparación de las actividades didácticas para los alumnos, favoreciendo la indagación y la curiosidad, planteando problemas y dándoles la información que necesiten para que los alumnos puedan trabajar de manera cooperativa, debatiendo y exponiendo distintos puntos de vista para llegar a la solución de un problema siendo capaces de demostrar el dominio del objeto de estudio de manera que puedan transferir dicho conocimiento fuera de la escuela. También debemos contar con los medios y los materiales necesarios para llevar a cabo las tareas planteadas. Finalmente, debemos evaluar la realización de las actividades realizadas teniendo en cuenta los objetivos propuestos previamente. En este contexto, entendido como una construcción social, surgen alumnos que aprenden realmente, ya que pueden vivir en un equilibrio entre los problemas que pueden resolver en la actualidad y los problemas que podrán enfrentar en el futuro.

Al leer el texto Justificación de la Didáctica de la autora Alicia Camillioni, nos damos cuenta que el destino del alumno no tiene por qué estar determinado y que la acción del docente no debe limitarse a identificar cuáles son los alumnos que están en condiciones de aprender y cuáles no. Sino, a buscar los medios y las estrategias necesarias para favorecer el aprendizaje. Enseñar no es fácil y no todo está bien en la educación pero, el docente puede hacer mucho para mejorar la situación tomando un rol comprometido con la enseñanza.

Podemos dar cuenta que en el estudio de caso se observa que los docentes de la escuela Nº10 de Floresta, CABA, tratan de repensar sus prácticas didácticas para que todos los alumnos puedan alcanzar sus objetivos, de distintas formas, teniendo en cuenta sus intereses y capacidades. Por ejemplo, mediante la enseñanza de las artes, como danza o artes visuales o simplemente cantar una canción junto a ellos en medio de una clase de matemática. De esta manera, logran que los alumnos puedan expresarse y predisponerse de mejor manera para aprender.

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