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1830: Bajo la sombra del terrateniente

Antony Gabriel Molina RieraEnsayo27 de Abril de 2017

5.682 Palabras (23 Páginas)485 Visitas

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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación

L.N.B “Alejandro Febres”

4to Año Sección “D”

Rómulo Gallegos-Edo. Cojedes

[pic 1]Profesora:                                                                  Integrantes:

Miranyel Carrizales                                                   Solsiree Lucena

                                                                                    Angélica Salazar

                                                                                    Génesis Alejos

                                                                                    Víctor León

                                                                                    Marian Mujica

                                                                                    Yeison Mendoza

                                                                                    Silvana Álvarez

El Espinal, Abril de 2017

Reparto:

Dorotea de Blanco (Esposa de Claudio Blanco): Angélica Salazar

Claudio Blanco (Terrateniente): Solsiree Lucena

Candelaria (Esclava de los Blancos): Génesis Alejos

Vicente Pérez (Abogado de los Blanco): Víctor León

 

Astolfo Campos (Minifundista): Yeison Mendoza

Clara de Campos (Esposa de Astolfo Campos): Solsiree Lucena

Geraldina (Esclava de los Campos): Silvana Álvarez

Pilato (Esclavo de los Campos): Víctor León

Eugenia (Panadera): Marian Mujica

1830: BAJO LA SOMBRA DEL TERRATENIENTE…

Autor: Angélica Salazar

PARTE I

 Narración: Para 1830 ya se habían acabado las guerras de independencia, pero a pesar de que las luchas habían disminuido; Venezuela se encontraba con una crisis económica que arrasaba todo el país. Y a pesar de que la situación social se había estabilizado un poco, ahora se habían desatado los conflictos y peleas por poseer la mayor extensión de tierras posibles.

(Sentada bajo un árbol de apamate cargando su bebé)  

  • Geraldina: Mire viejo vengase pa’  la sombra, no se me queme. Mire que ya somos negros.

   (Jalando machete en el campo)

  • Pilato: No vieja tengo que seguir tabajando pa’ paga nuestra deuda, yo quiero ve crecer nuestra cría. Adema, hoy escuche al amo dijiendo que iba a viajar a Mojojo.
  • Geraldina: noo viejo, yo creo que es  ¡Monagas! , poque así lo oí.
  • Pilato: Bueeeno vieja, el amo va pa’ Mojonagas!! pa habla con un caporal poque va hacé un negocio de un terreno. Y a los esclavos libres les van a dar una parte de la tierra y pa’ eso tengo que trabajar; pa’ que seamos libres tengamos un peazo e tierra.
  • Geraldina: A bueno viejo, pero venga a descansar un rato. Pa que no se me derrita con este rayo de sol.

(Desde la hacienda, el minifundio llama al esclavo)          

  • Astolfo: Venga Pilato, acomode el caballo que voy para donde el caporal de Monagas.
  • Pilato: Ta’ bien amo.
  • Astolfo: ¿Sabe Pilato?
  • Pilato: Dígame amo.
  • Astolfo: Voy a hacer un trato con él, y si te sigues esforzando, así como lo haces terminara de pagar su deuda  muy pronto.

*(El minifundio sale cabalgando en su caballo)

*(El esclavo sale corriendo a donde está su esposa)

  • Pilato: Vieja, vieja, ¡ya el amo salió de viaje!
  • Geraldina: ¿Si? Hay que bueno viejo
  • Pilato: Si vieja y me dijo algo.
  • Geraldina: A pue’ viejo, pero dígame.
  • Pilato: Tambié me dijo que ya casi telminamo de paga’ la deuda.
  • Geraldina: Que bueno viejo, que bueno. Por fin vamo’ a  salí de aquí.

(Luego de cabalgar el camino, el minifundio llega a su destino. Se baja del caballo, entra a la hacienda y saluda al terrateniente)

  • Astolfo: Buenos días caporal, vine por el trato propuesto por usted.
  • Claudio: Me alegra, tome asiento. Me parece bien que eligiera considerar mi humilde propuesta.
  • Astolfo: Bueno, me enteré que la semana próxima viajará a caracas a firmar los papeles de un terreno.
  • Claudio: Si, está en lo correcto. Allá en Caracas se encuentra un terreno sin dueño. Y para hacer ese negocio necesito que me seda una parte de sus tierras como requisito del trato; y cuando el abogado me otorgue el terreno, la mitad de las tierras serán tuyas y la otra parte será mía.  
  • Astolfo: Me agrada ese trato. Siendo así ganaremos los dos.

(Se levantan y se despiden dándose la mano)

  • Astolfo: Está bien, acepto.

*(El minifundio se retira de la hacienda y el terrateniente se dirige a la cocina)

    *(En la cocina se encuentra la esposa, y la esclava)

    *(El terrateniente empuja a la esclava y la nalguea para que salga del lugar)

  • Claudio: Fuera de aquí negra!

(El terrateniente agarra a su esposa por la cin

tura)

  • Claudio: Mi amor acabo de terminar el trato de nuestras vidas.
  • Dorotea: Cuéntame de  que trata.
  • Claudio: Eso no es de tu incumbencia mujer.

   (La esposa murmura)

  • Dorotea: Entonces para que me lo dices, mal agradecido. Ojalá pudiera matarte.
  • Claudio: ¿Que dijiste mujer?
  • Dorotea: Nada mi amor, solo dije que ese trato del que me hablas, suena muy interesante.
  • Claudio: Si .Eso pensé.
  • Dorotea: Lo sé.
  • Claudio: Así me gusta.

(El terrateniente se aleja de la cocina y sale del lugar)

……………

PARTE I I 

Narración: Durante el periodo transcurrido en el siglo XlX, únicamente eran  considerados en la sociedad, las personas que tenían mucho poder, y dinero. En este tiempo sólo los hombre de altos rangos podían educarse, opinar y decidir por sí mismo .De hecho  los dueños de grandes haciendas y territorios tenían derecho a maltratar a los esclavos; torturarlos, violarlos, golpearlos y hasta podían hacerle a sus esposas todo lo que quisieran y ellas debían quedarse calladas al igual que los esclavos. Porque ni las mujeres ni los esclavos tenían derecho de poseer esos privilegios.

(La Esposa ve cuando el terrateniente se aleja, y llama cuidadosamente a la esclava)

  • Dorotea: Can… acércate Can ven.

(La esclava se acerca a su ama)

  • Candelaria: Si ¿mi señora?
  • Dorotea: Necesito decirte algo, esto no lo puede saber nadie excepto tu y yo

¿De acuerdo? Esto se queda aquí

  • Candelaria: Dígame ama. ¿Qué desea?
  • Dorotea: Tengo una idea para deshacernos de mi esposo. Y sé que esto te va a gustar.
  • Candelaria: No ama, ay Dios mío, como puede pensar esas cosas señora…
  • Dorotea: Sé que te suena como una barbaridad. Pero he notado como te trata mi esposo, sé que a ti no te agrada y honestamente a mí tampoco me gusta que  él nos trate de esa manera.
  • Candelaria: ¿Pero ama cuáles son sus planes?
  • Dorotea: Mmm bueno, tengo la intención de matarlo y hacerlo desaparecer de nuestras vidas.
  • Candelaria: ¿Y cómo piensa hacerlo mi señora?
  • Dorotea: Bueno, en realidad aún no lo sé. Pero él merece sufrir bastante por todo lo que nos hizo pasar.
  • Candelaria: ¿Pero señora yo como voy a poder hacer todo eso que dice?...si algo sale mal y se da cuenta de esto me matará!
  • Dorotea: No te preocupes candelaria, yo solo necesito que me ayudes. Y si algo sale mal, le diré que fue mi idea y no te hará  algún daño.
  • Candelaria: Esta bien mi ama, yo la ayudaré. Pero dígame, que tengo que hacer.
  • Dorotea: Aún no lo sé can. Pero, algo se me ha de ocurrir…
  • Dorotea: Ya sé. Talvez tú puedas hacer un té de hiervas venenosa, yo se lo doy. Así moriría muy dolorosa y lentamente, tal como merece.
  • Candelaria: Pero ama, estamos en pleno 1839, las últimas guerras de la independencia han dejado el país en quiebra, y los campos no se han recuperado todavía, la hierba que necesitamos es muy escasa , y no se halla muy cerca de aquí.
  • Dorotea: Cierto Candelaria, se me escapaba ese pequeño detalle. Pero podemos hacer otra cosa…. Y si mandamos a alguno de los esclavos del campo a que consiga una serpiente, extraiga  su veneno y se lo damos en la comida. Así se retorcerá en el suelo cuando el dolor lo invada desde sus entrañas como la víbora rastrera que es.
  • Candelaria: Mi señora, perdone la interrupción  de nuevo. pero los otros esclavos trabajan en las afueras de la hacienda, y esta es una de las más grandes del país, como para irlos a buscar nosotras… aquí solo estamos el Señor Claudio Blanco, usted y yo.
  • Dorotea: Perfecto solo estamos mi esposo tu y yo. Excelente, así nadie sospechara cuando acabemos con él. Si solo pudiera hallar la manera de deshacernos de él…solo tengo que…ya sé, prepara un té de hierbas para dormirlo, yo se lo doy y luego yo me encargo del resto.
  • Candelaria: eso si señora, cerca de aquí se encuentran unas hiervas que puedo usar para eso… solo dígame para cuando lo necesita y yo se lo hago.
  • Dorotea: Está bien, excelente. Pero aún no lo sé, quiero esperar a que mi esposo se valla a Caracas, y que firme los papeles del terreno, y así cuando acabe con él, todo esto me pertenecerá.
  • Candelaria: Bien ama, solo avíseme para cuando lo quiere, yo me encargo de buscar las hierbas y hacer el té.

(Se acerca el terrateniente a la cocina, y la esposa advierte a la esclava para que salga del lugar)

  • Dorotea: ¡Can, Can, sal de aquí… Viene mi esposo!  

(Sale la esclava de la cocina y el terrateniente entra)

  • Claudio: Todavía estas aquí mujer? Eres como el excremento del ganado, desagradable pero en todos lados.
  • Claudio: Me voy a acostar, estoy cansado mujer. No me fastidies.
  • Dorotea: Pero aún es muy temprano.
  • Claudio: ¿Acaso pedí tu opinión mujer?
  • Dorotea: No señor.
  • Claudio: Eso imagine.

(El terrateniente se retira a la habitación y se recuesta en su cama)

(La esposa lo acompaña desde lejos)

  • Dorotea: Mi amor, sé que viajaras a caracas a firmar los papeles de un terreno.
  • Claudio: Mujer ya te he dicho que no te metas en mis asuntos.
  • Dorotea: Lo sé mi amor, pero solo quiero saber cuándo partirás, para poder acomodar y organizar lo que necesitas para el viaje.
  • Claudio: Parto dentro de dos meses y necesito provisiones para seis meses como mínimo. Tal vez regrese a mitad del año próximo. y cuando regrese, seremos los terratenientes más ricos del país.
  • Dorotea: Está bien mi amor. Te tendré todo listo para entonces.
  • Claudio: Ya déjame dormir. mañana nadie se va a partir la espalda trabajando en mi lugar.

(El terrateniente se queda dormido y la esposa le susurra al oído, sin que éste se dé cuenta)

  • Dorotea: Descansa, pero cuídate, no te imaginas lo que vendrá.

(Entra Astolfo)

...

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