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Análisis De DNY Y Potestad


Enviado por   •  23 de Julio de 2014  •  1.784 Palabras (8 Páginas)  •  1.562 Visitas

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1. D.N.Y? de Franco Gabriel Verdoia.

Lo primero que advertimos al finalizar la lectura, fue el título. Éste transmite más de lo que aparenta, ya que refleja la falta de identidad de Sandra, la protagonista; la obra no se llama D.N.I ya que la identidad es algo que se encuentra ausente. En relación con esto, es significativo el hecho que ella no recuerde su número de D.N.I, y que lo pierda a cada momento, como una analogía hacia su identidad también perdida.

Otra parábola utilizada por el autor se manifiesta por las fotos. Éstas muestran diversas facetas de Sandra mientras ella permanece en la cabina, no entiende el funcionamiento de la máquina por lo que permanece allí mucho tiempo sin comprender cómo la cámara se activa y le toma fotos de manera inadvertida.

A partir de la segunda foto, éste hecho se vuelve aún más fantástico, ya que sin introducir monedas la cámara se dispara. Estas fotos muestran a Sandra tapándose los ojos con las manos, como quien no quiere ver la realidad. En la tercera foto, se puede ver a Sandra con un gesto de preocupación; en éste momento ella comienza a plantearse las diferencias físicas con los integrantes de su familia. Luego, en la siguiente, se la observa con la cabeza gacha y llevándose una mano a la frente; al ver esta foto, confiesa que tiene la sensación de estar viviendo una película equivocada, pero que quiere convencerse de que esto no es así. Son evidentes las constantes dudas que tiene Sandra sobre su identidad, las cuales son compartidas por su novio y una amiga. Ellos la incentivan a que se quite estas dudas y queda con ellos en verse en quince minutos. Al irse de la cabina, la cámara se vuelve a activar pero esta vez, muestra el rostro de Sandra sonriente; lo que interpretamos es que la protagonista, iniciará un camino para recuperar lo perdido.

2. POTESTAD de Eduardo Pavlovsky.

Observamos que el ejercicio del poder en esta obra oscila entre los distintos personajes dependiendo del momento de la historia.

Al comienzo, advertimos que quien ejerce la autoridad es Ana María la esposa del protagonista. Ella lo ignora y evade constantemente pese a todos los esfuerzos por llamar la atención que demanda su marido. No pudimos advertir el por qué del rechazo de Ana María hacia su esposo, ya que quien manifiesta la situación es él; sin poder apreciar, nosotras, otra perspectiva de la situación.

“He tratado entonces de estudiar cada una de las posiciones físicas que me permiten recrear la imagen de aquella mujer que estuvo enamorada de mí.”

“Pero la verdad es que, aunque yo me levante atléticamente, ella no se mueve… No me mira… Y hay una situación que se me hace bastante vergonzosa… Reproducirla. El sentimiento de humillación que tengo a veces.”

En el discurso del protagonista hace su aparición una nueva relación de sometimiento ante la inclusión de un nuevo personaje. El poder de éste “hombre bien”, es ejercido a través de sus modismos al denotar una clara diferenciación de clases. La situación que manifiesta de forma determinante su poder es el hecho de llevarse a Adriana, la hija de la pareja, consigo.

“La clase alta no se toca, no se deja agarrar, son gente que tienen una habilidad enorme de moverse sin tocarse […] Él, sobre la marcha y con una gran elegancia, hace este movimiento estético moviéndose hacia aquí… Juro que cuando él se mueve… Yo estoy acá desairado.”

“Adriana está con el primer hombre que se la lleva poco a poco. Ella alejándose y se me adelanta el hombre: “¡Por favor señor, no estamos en la época de antes! […] Hay un último movimiento de Adriana, que me vuelve a mirar: “¡Adiós papá! ¡¡¡Adiós papá, adiós papá!!!”.

Por último, es el protagonista el que demuestra la posesión del poder. Durante la obra se vió una transición, ya que progresivamente éste al contar su historia denotaba que tuvo un poder en otros tiempos, el que ya no posee en su vida cotidiana.

La obra comienza mostrándonos una faceta del personaje la cual se manifiesta conflictuada con su situación matrimonial, no soportando la indiferencia de su esposa y buscando por todos los medio (hasta en su forma de caminar) recuperar el amor que en algún tiempo fue. Se lo observa consternado e impotente ante la partida de su hija, sin poder hacer nada para remediarlo. Pero al narrar el origen de su hija se descubre que en realidad, ese hombre al que le teníamos PENA, era un expropiador, sin sentimiento alguno y sin conmoverse cuando relata la manera en la que encuentra a los verdaderos padres de Adriana, sin escrúpulos cuando decide llevársela a su casa y sin ningún tipo de remordimiento del trabajo que realiza y del accionar que tuvo, cree que todo lo que pasó fue lo mejor tanto para el matrimonio como para Adriana. Por lo tanto el máximo ejercicio del poder en esta obra, es ejercido por el padre, al decidir el destino de su hija.

“¡El papá y la mamá de Adriana era fanáticos, Tita! ¡A estos hijos de mil putas, sino lo cagaban a balazos en la cama te cagaban ellos, te hacían volar la casa…! Estaba ahí… Yo me acerqué a la cama… eran jóvenes […] Me dejaron solo. Escuché como un llanto, Tita, en el cuarto de al lado… Abrí la puerta y vi a la nena ¡Hijos de puta! ¡Tienen a la nena acá! ¡Hijos

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