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EL LENGUAJE UTILITARIO


Enviado por   •  22 de Noviembre de 2011  •  3.301 Palabras (14 Páginas)  •  7.167 Visitas

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Autores: Miriam Najit R. y María Victoria Reyzábal R.

El lenguaje utilitario es el que de forma común utilizamos en nuestra vida cotidiana, este resulta de una drástica restricción de las posibilidades de la realización lingüística. El hablante se sujeta a la situación, al contexto, a limitaciones de la memoria, a condiciones del interlocutor, como culturales, a convenciones gestuales si quiere que su discurso sea eficaz en función de sus intenciones. Esta función no tiene que ser descuidada de la educación sistemática, para lo cual se requiere que el niño hable.

1. Caracterización del concepto de elocución

Se pretende para todos los aspectos y circunstancias de la vida cotidiana y se supone que la institución encargada de colaborar con el hablante para que produzca discursos coherentes, correctos y apropiados es, precisamente la escuela.

La institución escolar o mejor dicho la educación sistemática es un emergente de la sociedad en la que se realiza. Representa y materializa los valores de esa sociedad. Es lo que la sociedad exige que sea. Si pensamos en la noción de la solidaridad es un medio básicamente competitivo; pensemos en los ideales de una cultura humanística. En una sociedad tecnocrática en la que lo pragmático y el consumismo se están volviendo esenciales. Al ideal cartesiano (perteneciente) de expresarse por medio de pensamientos claros y distintos se opone a lo practico (practicismo) y espontaneidad del tú ya sabes lo que quiero decir, que en sentido estricto restringe vías hacia la lucidez. Al llegar a hablar de modo coherente, correcto y apropiado exige una práctica y una reflexión diaria. Es una tarea del sujeto social de aprendizaje y es tarea del docente que, colabora, coordina, guía, incita y asume con naturalidad una actitud modélica.

Aspectos lingüísticos de la elocución

En el hablar es posible discriminar al menos tres aspectos de los que se ocupan tres lingüísticas distintas y complementarias entre ellas.

En primer lugar esta aquello que sería esencial al pensamiento lingüístico. Esta propiedad de pensamiento recibe según Coseriu el juicio de lo coherente que se da positivamente o si es negativa se dice que es incoherente o incongruente. Por ejemplo: Juan es rubio y de ojos verdes, y más adelante se indica que es moreno, la contrastación de estos hechos indica que hay incongruencia. Para la eliminación de la falsa es necesario el juicio de conformidad de pensamiento con la cosa designada.

Tanto la coherencia como la incoherencia, el disparate con los más pequeños deben ser sustancia de actividades y ejercicios desde el comienzo de la escolaridad.

El segundo aspecto considerado como lingüístico y que en la actualidad se le considera como característico de la lingüística de la lengua, mientras que el anterior corresponde a la lingüística de hablar en general. No se conoce toda una lengua histórica, se conoce mucho de la lengua funcional (perteneciente a un estrato cultural, en un punto dado de la geografía y con un estilo peculiar) y partes de las lenguas funcionales de la misma lengua histórica. Cuando ocurre esto último, del hablante se dice que es más culto.

En cuanto a los subsistemas de la lengua en los que se centran los ejercicios y actividades a partir de la elocución de los mismos niños o reproduciendo aquellas que contengan aspectos modélicos como lo son grabaciones, videos etc., no solo concierne a fonemas segméntales, sino al aspecto entonacional con el rítmico. La discriminación entonacional es tan importante como la de consonantes y vocales. El ritmo se puede usar estilísticamente para atraer la atención del interlocutor.

El segundo subsistema, el morfosintáctico, conlleva los problemas típicos de las falsas concordancias, tan frecuentes en la oralidad, las frases inconclusas, frases hechas con muletillas, los problemas de coordinación y subordinación.

La función del profesor es saber lingüística y efectuar su pedagogizacion con los alumnos a su cargo. Como ya es sabido el aprendizaje tiene sentido cuando es significativo. El profesor podrá aportar la corrección idiomática de sus alumnos cuando razone con ellos, cuando escuche sus hipótesis explicativas, cuando propicie el aprovechamiento de lo que ya sabe.

Una de las funciones de la escuela es la de colaborar con el sujeto de aprendizaje para que la superación del error constructivo sea menos aleatoria y esto se consigue con ejercicios de los que la observación, la comparación y las conclusiones juegan un papel preponderante.

El tercer subsistema, el semántico, sobre en el aspecto léxico, interesa no solo ya para el desarrollo de la corrección idiomática, sino para que los discursos alcancen la propiedad expresiva. La aventura de hablar y tener a nuestra disposición un vocabulario que nos permita decir más exacta, más poética, más enfáticamente segundos casos de aquello que queremos decir.

La biblioteca del aula, los ficheros, diccionarios, carteles con sinónimos son auxiliares imprescindibles ya que el aprender no consiste solo en comprender, sino en conservar, fijar, retener para que en el uso halle cada vez menos vacilaciones.

El tercer aspecto de lingüístico de la elocución tiene que ver con la estructuración de los discursos, un aspecto interesante de la lingüística del texto es que nos permite entender como la lengua se constituye en materia significante de un signo de orden superior cuyo significado en el sentido del texto.

El juicio que emitimos para hacer referencia a la adecuación de los discursos es el de apropiado que tiene que ver con su cohesión y coherencia interna y con su relación con el entorno. En la propiedad de los discursos no solo interviene el esfuerzo del hablante, entra en juego, a veces de un modo decisivo la cultura del receptor.

Clasificaciones tipológicas de la elocución

Para caracterizar la elocución partimos de los elementos constitutivos básicos del circuito del habla en el que encontraremos al menos un emisor y un receptor. Es de sentido común reconocer que la persona que se habla a sí mismo no solo puede escucharse sino responderse. Surge una realimentación autónoma que a medida que uno se escucha, va enjuiciando su elocución, se pone en lugar del receptor y efectúa sus ajustes con la finalidad de obtener una mejor comprensión de los mensajes.

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