El Buen Maestro Ensayo
Memoligers29 de Noviembre de 2014
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El buen maestro.
Una condición fundamental que se debe poseer como un buen maestro es su compromiso con la formación humana. Formar es influir en la manera de ser y actuar de los alumnos, y es un proceso que involucra tanto la razón como la sensibilidad. La posibilidad de formar exige al maestro un proyecto de vida consecuente con los principios que orientan su labor educativa.
Es también una labor esencial del buen maestro tender puentes que comuniquen a los alumnos con diversos dominios del conocimiento; señalar horizontes inagotables de saber; descorrer cortinas que ocultan la verdadera naturaleza de los fenómenos y las cosas. El maestro debe ser capaz de expresar y sentir ternura, estar siempre abierto y sensible a las vivencias afectivas de los alumnos; Debe ser una persona organizada en sus ideas, segura, y bien documentada para que su palabra comunique con claridad, convenza, tenga impacto, y movilice los alumnos hacia cambios significativos. Que maneje apropiadamente las diversas técnicas, recursos, y métodos de comunicación necesarios para hacer más atractiva y eficiente la transmisión de sus mensajes.
El maestro debe reconocerse como sujeto que, aún inconscientemente, está comunicando. Nuestras palabras comportan más significaciones de las que queremos expresar; llevan consigo valoraciones y sentidos inconscientes.
Todo esto debe tener un maestro y además los siguientes aspectos:
Motivar a sus alumnos. No hay fórmulas mágicas para la motivación, si no que hay que realizar estrategias para que a los alumnos les puede interesar la clase; es un poco complicado, pero si el profesor conoce realmente a sus alumnos sabe que lo que les interesa es decir, el profesor es la persona que está más capacitada para motivar a sus alumnos Hace que entiendan el concepto, no que lo aprendan. hay que propiciárselo. El material de apoyo, las nuevas tecnologías y el conocimiento de nuestros propios alumnos nos facilitarán esta labor.
La motivación es un aspecto muy importante en el profesor, esta debe mantenerse hasta el final, y ser el punto de partida, si el proceso de aprendizaje tiene éxito, de nuevas motivaciones para nuevos procesos. En la práctica se traduce en una limitada eficacia de las motivaciones colectivas, si no van acompañadas de una individualización y adecuación a las peculiaridades del alumno. También hay tareas que los profesores pueden influir en la motivación para aprender en el alumnado todas relacionadas con el trabajo en grupo, autoridad, tolerancia para cada estudiante, tiempo y los procedimientos de evaluación. Es importante y necesario lograr cierto equilibrio en las tareas, ya que es muy difícil separar el valor de esta, de las influencias personales y del entorno.
Existen razones para que los alumnos y alumnas lleven a cabo un buen trabajo en clase, como son el dominio de la competencia, deseo de aprender algo útil, conseguir recompensas, preservar el autoestima, autonomía y control así como la necesidad de aceptación personal incondicional. El entusiasmo del profesor, el clima, el ambiente en las clases, las relaciones entre alumno-profesor, alumno-alumno y valores, son aspectos que el profesor debe tener en cuenta para lograr un satisfactorio aprendizaje en sus alumnos.
Otra circunstancia que se cierne sobre el alumno, para desorientar su aprendizaje, es la prisa de algunos profesores; prisa que transmite verdadera inestabilidad al alumno, un aspecto que el profesor debe dominar por completo. Todo se hace de prisa. No puede responderse a las preguntas de los alumnos por falta de tiempo, “ si no perjudica la clase”. Tampoco se puede conversar con ellos después de clase, por que no hay tiempo, por que otra clase aguarda… En fin hay tiempo contado para dar clases, pero no lo hay para escuchar a los alumnos y orientarlos debidamente en su aprendizaje.
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