Impacto En La Formacion Docente

PRESENTACIÓN

La experiencia es la forjadora de nuestros aprendizajes, gustos, preferencias, actitudes, habilidades, es el motor de quienes somos hoy en la actualidad. En la asignatura de Observación y Práctica Docente IV realizamos jornadas de observación, ayudantía y conducción poniendo en evidencia los conocimientos y habilidades adquiridas, enriqueciéndonos de la verdadera experiencia docentes.

La elaboración de este documento tiene como propósito dar a conocer el impacto en la formación docente y de la diversidad de experiencias vividas durante las jornadas de prácticas.

En la estructuración del contenido participó un equipo de 6 estudiantes del grupo con objeto de enriquecer, analizar, reflexionar y registrar el impacto y aprendizajes significativos durante nuestra instancia en los Jardines de Niños.

IMPACTO EN LA FORMACIÓN DOCENTE

“La escuela va a cambiar cuando se transforme la formación de los maestros, porque con leyes no se cambia la escuela. A la escuela la cambiarán los maestros si quieren y cuando quieran y lo van a querer cuando tengan instrumentos culturales para entender esta problemática.”

(Itkin, 1999, p. 44)

La educación es pieza clave para que la sociedad mantenga un desarrollo armónico, para que el individuo se desarrolle integralmente y pueda ser parte de ésta en todos los sentidos; la formación docente debe cumplir con las expectativas que se espera de un buen maestro, en donde no sólo esta inmerso lo teórico sino también lo practico, debe ser profunda y sistemática, a de eliminar mitos como la infantilización al considerar al niño como incapaz de realizar ciertas actividades; y la relación paternalista, modelo autoritario basado en decir qué hacer y cómo hacer al niño.

Saber cómo ocurre el aprendizaje, cómo facilitar un contexto de interacción en el aula entre alumno-maestro-padre de familia, cómo atender pedagógicamente a la diversidad en el aula, qué recursos se pueden usar para incentivar a los niños, cuáles son sus motivaciones, cómo aprovechar su curiosidad y conocimientos, qué del contenido se le va a enseñar, etc., son aspectos a considerar en la tarea educativa los cuales 3 años atrás ni pasaban por nuestra mente, tal vez nuestra concepción del nivel era, vamos a ir al Jardín de Niños a cantar, bailar, recortar, pegar y pintar, sin reconocer la complejidad del trabajo de un maestro preescolar.

Como estudiantes de la licenciatura en educación preescolar debemos tener claro que el rol del educador requiere de un conocimiento firme y preciso de los propósitos y contenidos fundamentales de este nivel educativo, poniendo en marcha las habilidades ya adquiridas del perfil de egreso.

En este sexto semestre se realizó durante dos semanas una última jornada de prácticas de conducción, previamente ya habíamos observado, realizado el diagnóstico, planeado actividades con la modalidad de secuencias, rincones y talleres. En la ejecución de las actividades, primero se rescatan los conocimientos previos mediante interrogantes, favoreciendo su visión de lo que estaban por hacer. Ante ello nos dimos cuenta que el “…verdadero reto consiste en descubrir el fondo de ilusión, alegría, interés y vitalidad que se esconde bajo niños que no saben compartir o que no están dispuestos a ceder en sus disputas.” (Román, Lloret, 1997, p. 28), ya que no faltaba el niño que apartaba su material, no dejaba que los demás agarraran de su resistol, durante los rincones se apartara con sus tablitas, limpiapipas, palillos etc.

Las indicaciones se hacían de manera general indicando que cada niño debía alzar la mano para poder participar, la organización fue más en equipos y en la ejecución nos acercábamos a los niños para ver si habían entendido o en todo caso dar una explicación más individual. Cabe recalcar que los tiempo establecidos no siempre se respetaban por imprevistos y dependiendo del interés del niño.

El impacto fue descubrir que ya no somos los mismos, que nuestras capacidades para dirigirnos a un grupo son diferentes y más enriquecedoras, experimentamos estar frente a un grupo de niños con diferentes ritmos de aprendizaje y en algunos casos encontramos estudiantes con necesidades educativas especiales lo que significó un reto para atenderlos a pesar de que no sólo contábamos con la ayuda de los niños, la titular también estaba al pendiente y nos daba recomendaciones como sentarlo hasta al frente, hablarle directamente, no exigirle más de lo que tiene y respetar su desarrollo en cuanto a habilidades, competencias y destrezas.

Experimentamos cómo se trabaja en los diferentes contextos escolares en donde algunas escuelas son de organización completa, tienen todos los recursos necesarios, promotores, equipo USAER, etc., donde los niños llegan recién bañados, cambiados, y bien desayunados; en la contraparte llegamos a jardines bidocentes o unitarios con buenos recursos por el sistema de escuelas de calidad, pero en donde los niños tenían que caminar en algunos casos hasta media hora, llegaban sucios, sudorosos, con hambre, sed y sin muchas ganas de aprender.

Al asignar los Jardines de Niños nos enfrentamos a la problemática de no saber dónde queda el lugar y el Jardín, y algunos nos confundimos de escuela o no encontrábamos el camino para llegar, también hubo a quien en último momento se le cambio de jardín y tuvo que planear sin conocer su grupo, etc. Aprendimos a utilizar los medios de transporte para llegar y ver la forma en cómo organizar y acomodar el material para que no nos diera tanta molestia durante el traslado.

En los periodos de observación descubrimos que no es fácil captar la atención de los estudiantes; que la titular conoce su grupo y sabe manejar las situaciones

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