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Ensayo Ciencias Politicas


Enviado por   •  22 de Junio de 2013  •  3.600 Palabras (15 Páginas)  •  395 Visitas

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La crisis interna palestina

Nassar Ibrahim, Ahmad Jaradat y Sergio Yahni

Mundoarabe.org, 3/02/2007

La prensa y gran parte de la opinión publica internacional interpreta la realidad palestina como una colisión entre Al-Fatah, que apoya el proceso de paz y Hamas que se opone. Pero el debate entre Hamas y Al-Fatah se centra principalmente en la manera en la cual deberían gestionarse las negociaciones con Israel.

La dirección de Al-Fatah está comprometida con gobiernos árabes de orientación pro-norteamericana, Egipto, Jordania, Arabia Saudita, y con el proceso de paz con Israel iniciado en Washington el 13 de septiembre de 1993, conocido también como proceso de Oslo. Hamas no rechaza una paz negociada con Israel, pero denuncia que el proceso con el cual está comprometido Al-Fatah ha fracasado sin traer beneficios para el pueblo palestino. Como alternativa Hamas propone un cese del fuego que incluiría la retirada israelí de los territorios ocupados en junio de 1967 como principio de un proceso de paz.

La intervención extranjera, sobre todo por parte de los Estados Unidos e Israel, que incluye el bloqueo económico a la Autoridad Palestina y el aislamiento del gobierno palestino transformaron estas diferencias de planteamiento en choques tras la victoria electoral de Hamas en enero de 2006. Desde diciembre la violencia interna en la sociedad palestina han llegado a niveles nunca antes conocidos en Cisjordania y Gaza.

Si bien esta violencia se produce por motivos internos, Israel y los EE.UU. la alientan continuamente con la esperanza de que Al-Fatah tenga la capacidad de llevar a cabo un golpe de estado.

Días duros en Gaza

A pesar de las divergencias entre las diferentes facciones políticas palestinas, los choques y las contiendas nunca llegaron a los extremos vistos durante diciembre y enero en Cisjordania y la Franja de Gaza. Las confrontaciones más violentas tuvieron lugar en la ciudad de Gaza, pero hubo choques armados en toda la Franja de Gaza y en las principales ciudades en Cisjordania. Por primera vez las confrontaciones no se limitaron a los combatientes, y entre las víctimas hubo civiles e incluso niños.

Este brote de violencia contradice los discursos de Hamas y de Al-Fatah llamando continuamente a la unidad nacional y apelando a que la guerra entre facciones es una línea roja que no debe ser cruzada. Además, Hamas y Al-Fatah alegan proteger los intereses del pueblo palestino y prometen aliviar el sufrimiento del pueblo. Desafortunadamente, más alla de los discursos para consumo público, el caos y los asesinatos, las acusaciones y los choques sangrientos se han transformado en moneda corriente en las relaciones entre las diversas agendas políticas palestinas.

Las confrontaciones entre Al-Fatah y Hamas han sido el clímax de las tensiones que se han ido acumulando entre fuerzas políticas que representan agendas contradictorias con respecto al futuro del pueblo palestino. Por un lado, la dirección de Al-Fatah, que junto al reino de Jordania y Egipto acepta preeminencia militar, económica y política de los Estados Unidos en la región, ve el futuro del pueblo palestino dentro de los marcos impuestos por la política norteamericana. Mientras que Hamas se subscribe a los actores estatales y paraestatales que son hostiles al proyecto norteamericano y ve los intereses del pueblo palestino ligados a la independencia de la región árabe.

El aislamiento internacional y los conflictos internos

La victoria de Hamas en las elecciones al consejo legislativo palestino (CLP), después de cuatro décadas de primacía de Al-Fatah, supuso un cambio inesperado en el liderazgo político palestino. El resultado electoral fue un voto de desconfianza a la política de Al-Fatah en los últimos 15 años, y sobre todo, consecuencia de su fracaso en crear un Estado palestino independiente por la vía de las negociaciones directas. Al perder su lugar predominante en la política palestina, Al-Fatah no aceptó participar como segundo en un gobierno Hamas.

Inmediatamente después de las elecciones, el cuarteto [1] decidió aislar al gobierno palestino conducido por Hamas empujando a la sociedad a una profunda crisis económica y social. Más tarde, dada la profundidad de la crisis, el cuarteto decidió que se podrían hacer transferencias financieras para ayuda de emergencia a la oficina del presidente Abbas, pero estos fondos no podrían ser usados para pagar salarios o apoyar proyectos gubernamentales de desarrollo. Adicionalmente, Israel impuso un bloqueo económico para evitar que el gobierno palestino recibiera asistencia de países que no se sumaron al aislamiento impuesto por el cuarteto. Por consiguiente, los sueldos de empleados gubernamentales y municipales no fueron pagados al tiempo que se congelaban proyectos de desarrollo en los que estaba presente la Autoridad Palestina.

Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios en los Territorios Palestinos Ocupados (OCHA) las consecuencias sociales del bloqueo fueron extremas ya que el Producto Bruto Interno (PBI) real bajó casi un 9% durante el primer semestre de 2006. De acuerdo a OCHA la pobreza profunda en los TPO llegó al 64.3% durante 2006, y en la Franja de Gaza aumentó del 51% al 79.8%.

Con el deterioro de la situación económica los sindicatos de maestros y del sector público llamaron a una huelga general el 2 de septiembre de 2006 ya que los empleados del Estado no habían percibido sus salarios durante siete meses. En el curso de la huelga se produjeron escaramuzas, convirtiéndose algunas de ellas incluso en confrontaciones armadas. Esto atizó la disputa sobre la responsabilidad de la crisis en la sociedad palestina entre las direcciones de Al-Fatah y Hamas. Hamas denunció que las huelgas fueron instigadas por Al-Fatah con el fin de boicotear la gobernabilidad en la Autoridad Palestina. Al-Fatah negó las denuncias de Hamas, afirmando por su lado que Hamas no tomaba en cuenta el bienestar de la población al intentar implementar su agenda política.

Las relaciones entre Hamas y Al-Fatah estaban ya muy deterioradas desde que el ministro del Interior palestino, Saeed Siyam, formara la “Fuerza Ejecutiva” en mayo de 2006, como respuesta a la insubordinación de las fuerzas armadas de la Autoridad Palestina, que seguían respondiendo a la dirección de Al-Fatah. Esta fuerza cuenta con 6.000 efectivos e incluye miembros de Hamas pero también a miembros de la oposición interna dentro de Al-Fatah.

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