Ensayo sobre la libertad según San Agustin

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UNIVERSIDAD AUTONOMA DE SINALOA: PREPARATORIA HERACLIO BERNAL.

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FILOSOFIA I

ENSAYO FILOSOFICO: COMO VE SAN AGUSTIN LA LIBERTAD.

FRANCISCO JAVIER DIAZ SANCHEZ.

EMANUEL JEHU VALENZUELA ASTORGA.

La libertad es uno de los temas por excelencia del debate filosófico y una de las principales cuestiones a la hora de razonar y argumentar. La razón del por qué  una persona toma el camino que le permite, al final del todo, hacerse como persona.

San Agustín, al que podemos caracterizar como un filósofo apasionado por el hombre, la religión y su libertad, la analiza desde una perspectiva muy polémica durante los siglos IV y V d. C.

Su lugar donde iniciamos no es otro que el de una libertad humana, que ya no solo es limitada sino deteriorada por el pecado, que se convierte en la verdadera causa del mal. Así entender cómo la libertad humana necesitara, para poder crear al auténtico ser humano, de la cooperación y ayuda de Dios. La libertad es un objetivo que no solo depende de la acción humana sino que depende del apoyo que Dios le dé al mismo.

La filosofía de Agustín, cuyo punto clave no es otro que el de Dios y del hombre, también en el tema de la libertad por si sola como concepto, desarrollando y dejando a la vista el ser verdadero de la libertad, tanto desde la vista de la voluntad humana como de la divina.

Analizar el punto de interés de Agustín no es complejo: nos muestra un punto de partida en el que unirá su pensamiento cristiano, y un pensamiento crítico apoyado sobre el significado que, cualquier ser humano, le puede dar a la definición de “Libertad”, todo esto sin dejar de lado el pensamiento cristiano.

A diferencia de las filosofías ateas que ven en Dios al causante de Ia libertad humana y al hombre como el ser que lleva una libertad sin restricciones. San Agustín sabe de Ia limitación de nuestra libertad, cuya única posibilidad de seguir existiendo radica en elegir un “Bien” superior a ella, que lejos de crear, Ia ayuda en el orden moral.

La limitación filosófica del ser humano estaría dominada con una libertad sin límites. Solo a un Ser Absoluto puede tener una libertad total, fundadora de valores. Este es a lo que queremos llegar, y de cómo, Agustín nos habla de que el hombre en sí, puede llegar a ser un ser de libertad total.

Abordaremos los temas más intrincados entre el bien, el mal, Dios y como afecta eso la libertad humana, y los problemas que tuvo que pasar Agustin para llegar a una concepción final, los maniqueos como principal antagonista en un principio sobre el camino que quería llevar este filosofo. Observaremos un punto de vista global de la teoría Agustiniana sobre la libertad y el libre albedrio, y sus relaciones con algún punto moral del mismo hombre, moral y espiritualmente hablando.

La limitación filosófica del hombre estaría definida con una libertad absoluta, sin límites. Solo a un Ser Absoluto puede corresponderle una libertad total, fundadora de val ores, a menos que el hombre pasase a ocupar el puesto de Dios y se erigiese en juez supremo del Bien y del Mal. Este es el salto que Ia filosofía atea de los siglos XIX y XX ha llevado a cabo.

Ante esta disyuntiva, Dios o el hombre, es esclarecedor acercarse a! planteamiento agustiniano que, lejos de minimizar a! hombre dependiente de Dios, lo engrandece y le otorga su verdadero puesto en Ia obra de Ia Creación.

¿COMO IDENTIFICA SAN AGUSTIN A LA LIBERTAD?

INICIO DE LA IDENTIFICACION: EL MAL Y LOS MAQUINEOS.

Podríamos preguntar que fue Io que llevo a san Agustín a plantearse Ia problemática de Ia libertad. La respuesta Ia encontramos en su angustia por saber una solución al mal. Desde este punto de vista nacería el camino hacia la  agustiniana de Ia libertad.

Desde corta edad, Agustín realizaba investigaciones con el fin de conocer todas aquellas dudas que tenía: como el origen del mundo, la esencia del hombre, el destino. Pero, además de todo esto, buscaba la naturaleza real del mal y darle una explicación coherente.

Y así, desde muy joven identifico como si existía la maldad en el mundo, desde el punto de vista objetivo como hasta el religioso y personal. En distintos lugares pudo apreciar una forma de vida donde predominaba el mal, como ejemplos claros fueron: peleas entre personas, robos, corrupciones del pueblo, con un aire de matrimonios impuros que rodeaban las localidades. Pero lo peor, vino tras la muerte de un buen amigo, a lo que Agustín cargo con una pena muy grande, combinado con un dolor que lo hacía llorar día a día.

Ante este hecho, Agustín se planteó la idea más clara de la búsqueda en si del mal se topó con una secta, los “maniqueistas”, que le prometían una solución para todo lo que él quería. Agustín no dudo, y decidió aceptar las propuestas de la secta, que llevaban en si, como veremos, la negación de la libertad humana y su ámbito moral.

¿Qué fue lo que hizo la secta maniqueista para tener a Agustín en sus filas tanto tiempo, haciendo que sus pensamientos se enredaran más y fueran más difíciles de comprender por los largos 9 años que estuvo en la misma? «Durante este espacio de tiempo de nueve años --desde los diecinueve de mi edad hasta los veintiocho--- fuimos seducidos y seductores, según Ia diversidad de nuestros apetitos; públicamente por medio de aquellas doctrinas que Ilaman Iiberales; ocultamente, con el falso nombre de religión, siendo aquí soberbios y alii supersticiosos, en todas partes vanos»^[1]. Las principales ideas maniqueistas fueron descubiertas después, en las que trataban de la concepción de Dios, la creación del mundo, una idea del hombre y la explicación del mal.

Pero la que nos interesa a nosotros es una que engloba la idea del hombre y de su libertad, o mejor dicho, de su falta de libertad: Ustedes (los maniqueos) dicen que el alma es una parte de dios. Pero yo no logro comprender como una parte de dios, no puede ser dios. Están sosteniendo que en un cuerpo habitan 2 almas: una divina, creada por dios y otra que, no fue creada por el mismo, si no engendrada por el mismo hombre, que es en parte, mal.

De esto sacamos 2 conclusiones: una en la que nos dice que el mal es una identidad propia, y afecta tanto al hombre como a Dios. La segunda incidiría en el centro mismo de Ia conducta humana por cuanto esta ya no sería Ia causa determinante de una mala acción sino su parte de tinieblas que Ia forzaría a cometerla. Se niega así Ia libertad del hombre en Ia ejecución de una acción mala y su consiguiente responsabilidad moral.

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