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FILOSOFÍA PARA NIÑOS


Enviado por   •  26 de Enero de 2014  •  1.327 Palabras (6 Páginas)  •  444 Visitas

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ENSAYO: LA FILOSOFÍA PARA NIÑOS

En el presente trabajo abordaremos la forma en que se puede enseñar a los niños la filosofía, los niños son filósofos naturales y son capaces de pensar profundamente acerca de cuestiones de trascendencia filosófica, sobre todo si se les estimula a hacerlo.

Nuestra manera de ver la filosofía como una materia accesible, sólo a estudiantes de determinados niveles educativos, sin embargo es accesible para niños de 3 y 4 años, no enseñándoles la historia de la filosofía, sino enseñarles las habilidades que necesitan para estudiar filosofía.

Aprender a pensar es el objetivo pedagógico que inició en Estados Unidos a finales de los años sesenta, la filosofía es el cauce para que los niños y jóvenes aprendan a dialogar, investigar y pensar y lleguen a lograr por sí mismos un aprendizaje significativo.

La filosofía para niños busca fomentar y conservar en los niños y adolescentes la actitud que tienen en común los filósofos con la infancia: la curiosidad por todo lo que les rodea y el no dar nada por sentado. La incansable cadena de preguntas “¿Y por qué? ¿Y por qué? ¿Y por qué?” que caracteriza una determinada etapa del desarrollo del niño se convierte en modo de vida para el filósofo, y esa es la actitud que se busca salvaguardar.

¿Hacer filosofía para niños significa presentarles los contenidos de la disciplina en miniatura, adaptados a su edad? En absoluto. Pero entonces, ¿los programas de filosofía para niños no tienen nada que ver con la disciplina histórica que conocemos de los programas de secundaria y bachillerato? Sí tienen que ver, por el tipo de problemas que plantean, tratados tradicionalmente por la filosofía, y las herramientas utilizadas para ello: el lenguaje, el pensamiento lógico y la reflexión crítica.

Dentro de las primeras influencias para la enseñanza de la filosofía para niños fue Jonh Dewey, postuló la necesidad de que las sociedades democráticas tenían individuos con un fuerte sentido crítico. Y es que una sociedad educada en pauta de reflexión corre el riesgo de ser manipulada.

De entre los programas de filosofía para niños existentes, destacaremos el de Matthew Lipman, por ser el método más estructurado y con mayor implantación en todo el mundo.

El niño pregunta, el profesor responde ¿Por qué no dejar que piensen ellos mismos la respuesta y utilicen su capacidad de razonar? “Si queremos adultos que piensen por sí mismos, debemos educar a los niños para que piensen por sí mismos”.

Proponen un modelo de trabajo en el aula plagado de actividades que invitan a los niños y jóvenes a explorar su pensamiento y reflexionar sobre su propio proceso de aprendizaje a partir de la curiosidad y el asombro.

El método de Lipman responde a una necesidad fácilmente constatable a poco que visitemos las aulas de secundaria e incluso de niveles universitarios: los estudiantes tienen que saber de muchas materias (contenido), para lo cual se les presuponen ciertas capacidades lógicas como el análisis, la síntesis, la formación de conceptos o la competencia investigadora (procedimientos). Pero, ¿qué ocurre si, de hecho, no poseen estas habilidades?

El programa de Lipman responde a esta pregunta desde una disciplina concreta, la filosofía, que incluye, entrelazado con su contenido específico, estas habilidades generales. El programa de Filosofía para Niños aspira a enseñar destrezas de razonamiento, pero, y esto marca la diferencia con otras escuelas pedagógicas, sin “vaciarlas” de contenido ni segregarlas de su contexto original. “las técnicas cognitivas deben enseñarse en el contexto humanista de la filosofía; separadas de este contexto, se convierten en instrumentales y amorales” (Matthew Lipman, 1985, pág. 9)

Así pues, junto con el desarrollo de las destrezas de razonamiento, y de modo inseparable, encontramos en el programa los problemas filosóficos originales, así como las destrezas prácticas que van asociadas al ejercicio filosófico: el asombro, la empatía, la tolerancia, etc. Todo ello puesto en escena a través de la pieza clave del programa, la comunidad de investigación, cuyo objetivo es formar personas comprometidas en investigar y pensar por sí mismas. En el programa de filosofía para niños se aprende e investiga participando en colectividad, con los demás, lo que no constituye

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