Filosofia Para Niños
7 de Julio de 2015
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Introducción
En la actualidad la labor que realiza el orientador en los distintos centros educativos, es indispensable debido a que se utilizan modelos de intervención para el mejoramiento de las mismas, esto conlleva definir unos objetivos y unas formas de actuación determinadas. Para ello el significado de modelo tiene múltiples acepciones. En general existen dos puntos de vista sobre el significado de modelo en orientación; la concepción del término como “marco explicativo de la realidad” y “como una guía para la acción” (cómo se ha de intervenir).
En ese sentido se denota que un modelo según Moles (1975): Un modelo es una representación simplificada de la realidad. Para Escudero (1981): Un modelo es una construcción que representa de forma simplificada una realidad o fenómeno con la finalidad de delimitar algunas de sus dimensiones (variables) que permite una visión aproximativa, a veces intuitiva, orienta estrategias de investigación para la verificación de relaciones entre variables y aporta datos a la progresiva elaboración de teoría. Así como también un modelo según (Bisquerra y Alvarez, 1998):
“Es una representación que refleja el diseño, la estructura y los componentes esenciales de un proceso de intervención en orientación”
Por lo tanto dichos autores mencionan que un modelo es una guía para la acción o actuación, cuya función es proponer líneas de intervención práctica y que nos indica o sugiere unos procesos y procedimientos concretos para esa actuación, así como también el modelo de orientación es una representación simplificada de la realidad que refleja el diseño, la estructura y los componentes esenciales de un proceso de intervención psicopedagógica.
Sim embargo dentro de estos modelos podemos delimitar funciones que son principales o primordiales, una de ellas es sugerir procesos y procedimientos concretos de actuación en el aula y en la organización, además de sugerir líneas de investigación. Esto traerá aportes significativos ya que permitirán realizar una mejor orientación utilizando herramientas adecuadas y así poder llegar a un objetivo acertado. Así mismo, los modelos de orientación e intervención son una representación que refleja el diseño, la estructura y de los componentes esenciales de un proceso de intervención en orientación. (Bisquerra: 19996: 16) y en los cuales se pueden distinguir tres categorías: modelos teóricos, básicos y modelos organizacionales. Estos modelos de intervención serán conceptualizados como estrategias para conseguir unos resultados propuestos.
Ahora bien a lo largo de la historia han ido surgiendo diversos modelos que el orientador debe conocer. La investigación ha contribuido en determinar la eficiencia de estos modelos. Es por ello que los modelos son recursos científicos basados en un conjunto de observaciones (directas o procedentes de la experimentación), que tiene carácter abstracto y cuya función es ofrecer una explicación o descripción a dichas observaciones. Cuando un orientador dispone de observaciones bien fundamentadas (recogidas a partir de un procedimiento que garantice la calidad de estas observaciones) procede a describir o bien a explicar la naturaleza, comportamiento o estructura de dichas observaciones. Estas explicaciones y descripciones tienen inicialmente naturaleza de hipótesis, que una vez comprobadas conforman la teoría. Las teorías por tanto, como conjunto de descripciones y explicaciones, proceden de la comprobación de hipótesis de forma científica, las cuales se han generado a partir del análisis de datos (observaciones) cuya calidad ha sido también verificada.
A este respecto durante el presente trabajo se analizara tres tipos de modelos los cuales son:
1. Modelo Clínico
2. Modelo de Programas.
3. Modelo de Asesorías o consultas.
Estos servirán de guía para la acción y líneas de actuación práctica y así poder analizar los procesos y procedimientos concretos de dicha actuación. Por lo tanto los modelos de intervención es de gran utilidad y sus funcionamientos se validan empíricamente a través de la investigación científica.
Modelo Clínico
El modelo clínico o también conocido como counseling, se centra básicamente en la relación personal orientador- orientado, tutor-alumno, orientador- padres y tutor- padres. Esta relación de ayuda tiene como objetivo prioritario el satisfacer las necesidades de carácter personal, educativo y socio- profesional del individuo.
Las fases de este modelo son:
1) En el inicio hay que tener en cuenta que la iniciativa de solicitar ayuda puede surgir del alumno o de sus familiares, tutores, profesores, etc. Así que como puede ser por voluntad propia o involuntaria, hay que conocer la causa por la que acude y su motivación o predisposición a cambiar. Y se debe establecer una relación apropiada entre orientador y orientado, para ganarnos su confianza y crear un clima adecuado.
Si no tiene esta motivación, y se resiste a cambiar, va a ser más difícil la intervención. Habría que tratar de captar su interés y ofrecerle algo que le atraiga, o decirle que haga una balanza de los pros y contras de la situación.
2) En este modelo es habitual realizar algún tipo de diagnóstico, hay que explorar a la persona, ver cómo afectan sus relaciones, su entorno familiar, ver la situación actual de la persona y la deseada. Hay que hacer una anamnesis donde se describen situaciones, experiencias y se aportan informaciones diversas.
3) Después iría el Tratamiento en función del diagnóstico, estableciendo planes de acción. Hay que tratar de potenciar el auto concepto, la auto aceptación y la autoestima.
4) Y por último, está el Seguimiento y la evaluación, ya que orientar es un proceso, y es necesario seguir a la persona: ver las mejoras que se han producido, qué herramientas hemos utilizado, cual es nuestra actitud y que más podemos hacer.
Así mismo, En este modelo no se trata tanto de utilizar las técnicas sino de cómo manejar las actitudes. Por eso lo esencial en cualquier conversación es que se practique la Escucha “Espejo”, es decir, que seamos el reflejo de sus palabras, no dar mi opinión, sino hacer que se escuche él mismo, devolverle la información que ha contado. Es la habilidad para enfocarse completamente en lo que el orientado dice y lo que no dice. La persona percibe que estamos entendiendo mediante la reformulación de lo que expresa el cliente, el asentimiento, la posición corporal etc.
Otras actitudes importantes son: la Aceptación de la otra persona y que esta sienta que está valorada. La Comprensión, es decir, entender y ponerme en el lugar del otro. También es necesaria la Sinceridad y la honestidad, por nuestra parte.
Sim embargo, hay que tener cuidado de no suministrar sólo información, aunque durante el asesoramiento pudiera darse. Lo primero es escuchar a la otra persona. Tampoco hay que dar consejos, sugerencias o recomendaciones que salen de nuestra experiencia personal. Aunque lo solemos hacer con buena intención, hay que saber que aunque a nosotros nos ha ido bien esa experiencia puede que al otro no le vaya igual, ya que en las personas afectan muchas variables distintas aunque a simple vista parezca que es el mismo caso.
Otra cosa a evitar en la relación de ayuda es influir sobre las actitudes, las creencias o las conductas por medio de la persuasión, influencias o convicción, por más indirectas, inocuas o sutiles que puedan ser.
Y un ejemplo hipotético en la actualidad en cuanto al modelo clínico es de: un orientador que se sienta con su cliente para empezar a realizar su labor de ayuda, cuando el cliente empieza a expresar sus sentimientos y emociones pero a su vez el orientador no le presta atención se muestra poco receptivo, interrumpe a cada momento a su cliente y no se coloca a la disposición, no podrá hacer una ayuda efectiva. Más bien el orientador debe tener empatía, es decir una escucha empática, aprecio, congruencia, debe tener una tendencia actualizarte, debe incitar al cambio, al autodesarrollo, y a la autorrealización. Esto permitirá que se logre un objetivo positivo con el orientado.
Es por ello que el orientador debe hacer una intervención especializada, donde el orientado (tutor) asume la máxima responsabilidad en el proceso de relación. Así mismo se considera que el modelo clínico de atención individualizada se ha de entender como un complemento necesario a la acción orientadora grupal. También la aplicación práctica más inmediata en cuanto a este modelo en la entrevista. Las aportaciones de los distintos enfoques del counseling tienen una incidencia directa en la práctica de la entrevista individualizada. Las entrevistas pueden ser con alumnos, padres o profesores.
En este orden de ideas el modelo clínico como relación de ayuda es muy útil para la Orientación Escolar. Martínez (2002, p. 92) define esta relación como
“una conversación seria entre dos personas, el orientador y el orientado, con una finalidad: alcanzar un cambio en el comportamiento del orientado de forma que le ayude a avanzar en su propia evolución y realización como persona”.
La relación de ayuda en el modelo Clínico está dirigida a la ayuda vocacional y la orientación personal en la cual se define plenamente el Counseling. Su uso de manera complementaria permite atender necesidades específicas de los sujetos que con otros tipos de intervenciones no se resuelven. La desventaja más notoria de este modelo radica
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