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Filosofia Ante La Religion


Enviado por   •  11 de Septiembre de 2014  •  2.272 Palabras (10 Páginas)  •  255 Visitas

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Despues de explicar el origen de la filosofía, diferenciandola del mito, toca ahora diferenciarla de otras ramas del saber humano, que son la ciencia y la religión. Para comenzar este tema os voy a dejar un artículo del biologo británico Richard Dawkins. Es una carta a su hija, donde le trata de explicar que no hay que creerse cualquier cosa que te digan. Vuestra tarea será:

a/ Leerlo con muuuuuuuuucha atención.

b/ Hacer un pequeño resumen (de diez lineas)

c/ Comentarlo. ( En otras quince lineas, por lo menos.)

Vuestro comentario tiene que dejar claras, AL MENOS, las siguientes cuestiones; ¿Cual es el tema del que habla el autor? ¿Es un tema importante? ¿Por qué? ¿Cuales son los errores que denuncia? ¿Cuales son los argumentos que ofrece? ¿Son correctos? ¿Que se podría contestar a sus argumentos?

BUENAS Y MALAS RAZONES PARA CREER

Richard Dawkins

Querida Juliet:

Ahora que has cumplido diez años, quiero escribirte acerca de una cosa que para mí es muy importante. ¿Alguna vez te has preguntado cómo sabemos las cosas que sabemos? ¿Cómo sabemos, por ejemplo, que las estrellas, que parecen pequeños alfilerazos en el cielo, son en realidad gigantescas bolas de fuego como el Sol, pero que están muy lejanas? ¿Y cómo sabemos que la Tierra es una bola más pequeña, que gira alrededor de una de esas estrellas, el Sol? La respuesta a esta pregunta es “por la evidencia”.

A veces, “evidencia” significa literalmente ver (u oír, palpar, oler) que es una cosa cierta. Los astronautas se han alejado de la Tierra lo suficiente para ver con sus propios ojos que es redonda. Otras veces, nuestros ojos necesitan ayuda. El “lucero del alba” parece un brillante centelleo en el cielo, pero con un telescopio podemos ver que se trata de una hermosa esfera: el planeta que llamamos Venus. Lo que aprendemos viéndolo directamente (u oyéndolo, palpándolo, etc.) se llama observación. Muchas veces la evidencia no es sólo pura observación, pero siempre se basa en la observación. Cuando se ha cometido un asesinato, es corriente que nadie lo haya observado (excepto el asesino y la persona asesinada). Pero los investigadores pueden reunir otras muchas observaciones, que en conjunto señalen a un sospechoso concreto. Si las huellas dactilares de una persona coinciden con las encontradas en el puñal, eso demuestra que dicha persona lo tocó. No demuestra que cometiera el asesinato, pero puede ayudar a demostrarlo si existen otras muchas evidencias que apunten a la misma persona. A veces, un detective se pone a pensar en un montón de observaciones y de repente se da cuenta de que todas encajan en su sitio y cobran sentido si suponemos que fue Fulano el que cometió el asesinato.

Los científicos –especialistas en descubrir lo que es cierto en el mundo y el Universo- trabajan muchas veces como detectives. Hacen una suposición (ellos la llaman hipótesis) de lo que podría ser cierto. Y a continuación se dicen: si esto fuera verdaderamente así, deberíamos observar tal y cual cosa. A esto se le llama predicción. Por ejemplo, si el mundo fuera verdaderamente redondo, podríamos predecir que un viajero que avance siempre en la misma dirección acabará por llegar al punto del que partió. Cuando el médico dice que tienes sarampión, no es que te haya mirado y haya visto el sarampión. Su primera mirada le proporciona una hipótesis: podrías tener sarampión. Entonces, va y se dice: “Si de verdad tiene el sarampión, debería ver…” Y empieza a repasar toda su lista de predicciones, comprobándolas con los ojos (¿tienes manchas?), con las manos (¿tienes caliente la frente?) y con los oídos (¿te suena el pecho como suena cuando se tiene sarampión?). Sólo entonces se decide a declarar “Diagnostico que la niña tiene sarampión”. A veces, los médicos necesitan realizar otras pruebas, como análisis de sangre o rayos x, para completar las observaciones hechas con sus ojos, manos y oídos. La manera en que los científicos utilizan la evidencia para aprender cosas acerca del mundo es tan ingeniosa y tan complicada que no te la puedo explicar en una carta tan breve.

Pero dejemos por ahora la evidencia, que es una buena razón para creer en algo, porque quiero advertirte en contra de tres malas razones para creer en cualquier cosa: se llaman “tradición”, “autoridad” y “revelación”. Empecemos por la tradición. Hace unos meses estuve en televisión, charlando con cincuenta niños. Estos niños habían sido educados en diferentes religiones: había cristianos, judíos, musulmanes, hindúes, sijs… El presentador iba con el micrófono de niño en niño, preguntándoles lo que creían. Lo que los niños decían demuestra exactamente lo que yo entiendo por “tradición”. Sus creencias no tenían nada que ver con la evidencia. Se limitaban a repetir las creencias de sus padres y sus abuelos, que tampoco estaban basadas en ninguna evidencia. Decían cosas como “Los hindúes creemos tal y cual cosa”, “Los musulmanes creemos esto y lo otro”, “Los cristianos creemos otra cosa diferente”. Como es lógico, dado que cada uno creía cosas diferentes, era imposible que todos tuvieran razón. Por lo visto, al hombre del micrófono esto le parecía muy bien, y ni siquiera los animó a discutir entre ellos sus diferencias.

Pero no es esto lo que me interesa en este momento. Lo que quiero preguntar es de dónde habían salido sus creencias. Habían salido de la tradición. La tradición es la transmisión de creencias de los abuelos a los padres, de los padres a los hijos, y así sucesivamente. O mediante libros que se siguen leyendo durante siglos. Muchas veces las creencias tradicionales se originan casi de la nada: es posible que alguien las inventara en algún momento, como tuvo que ocurrir con las historias de Thor y Zeus; pero cuando se han transmitido durante unos cuantos siglos, el hecho mismo de que sean tan antiguas las convierte en especiales. La gente cree ciertas cosas sólo porque otra gente ha creído lo mismo durante siglos. Eso es la tradición.

El problema de la tradición es que, por muy antigua que sea una historia, es igual de cierta o de falsa que cuando se inventó la historia original. Si te inventas una historia que no es verdad, no se hará más verdadera porque se transmita durante siglos, por muchos siglos que sean. En Inglaterra, gran parte de la población ha sido bautizada en la Iglesia anglicana, que no es más que una de la muchas ramas de la religión cristiana. Existen otras ramas, como la ortodoxa rusa, la católica

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