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LA CONSTRUCCIÓN DE LA SUBJETIVIDAD


Enviado por   •  7 de Agosto de 2013  •  2.435 Palabras (10 Páginas)  •  1.532 Visitas

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LA CONSTRUCCIÓN DE LA SUBJETIVIDAD

Por Lic. Mizkyla Lego

El carácter polisémico del término subjetividad, ha llevado a configurar una especie de ambigüedad conceptual y esto sucede porque el concepto adquiere un sentido según el medio en el que se lo emplea.

En las teorías filosóficas se observa la presencia de los conceptos de subjetivismo y subjetividad, estrechamente emparentados, relacionando el primero relacionan con la subordinación de la realidad al pensamiento y se emplea en contraposición con el de objetivismo. En el mismo contexto, es decir, dentro de las concepciones filosóficas, el Diccionario de Filosofía de Abbagnano, define el subjetivismo como “el carácter de todos los fenómenos de conciencia, o sea, tales que el sujeto los refiere a sí mismo y los llama “míos”. Otro aporte acerca del concepto de subjetivismo, lo trae Ferrater Mora, afirmando que el subjetivismo “...es la acción y efecto de tomar el punto de vista del sujeto. El sujeto puede entenderse como un sujeto individual, como el sujeto humano en general o como el sujeto trascendental en el sentido kantiano”

Con relación al segundo término es posible agrupar una pluralidad de acepciones, que intentan definir la subjetividad, en la siguiente “la subjetividad se refiere a la singularidad de las experiencias”, es decir, las experiencias son únicas para la persona que las experimenta, son sólo accesibles a la conciencia de esa persona. Aunque ciertas partes de la experiencia son objetivas y accesibles a cualquier otro, otras son sólo accesibles a la persona que las experimenta. Surge acá preguntarnos ¿qué es la experiencia? Es posible definirla como el cúmulo de hechos vividos que nos constituyen y acompañan durante toda la vida.

Las experiencias pueden ser gratificantes o displacenteras. Cuando hablamos de experiencias estamos haciendo referencia a las experiencias familiares, laborales, espirituales, enriquecedoras, dolorosas, reiteradas, inéditas, etcétera. En cualquiera de las situaciones mencionadas, el registro de la experiencia se concreta desde lo subjetivo, lo individual, lo propio y personal, lo diferente del otro, que nos distingue y caracteriza. Una misma experiencia vivida por sujetos diferentes, adquiere valores únicos en cada uno; la carga emocional adjudicada es dada por quien la vive y sólo comprendida por él/ella.

A partir de lo que hemos venido desarrollando, podemos comenzar a aproximarnos al concepto, recurriendo a distintas formulaciones sobre el contenido y alcances de lo que se ha denominado subjetividad

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El concepto de subjetividad es entendido como “el conjunto de percepciones, imágenes, sensaciones, actitudes, aspiraciones, memorias y sentimientos que impulsan y orientan el actuar de los individuos en la interacción permanente con la realidad” (Grajeda, 2001–Durán, 2006). Esta concepción es retomada y caracterizada como “una disposición interna que el sujeto ha construido de una forma personal y social, a partir de su interacción con el entorno inmediato y el entorno ampliado” (Davini, Liston y Zeichner).

La indisoluble relación entre subjetividad e identidad se pone de manifiesto en la siguiente expresión que afirma que “la noción de identidad se estructura sobre la pregunta ¿quién soy? y ¿quién soy frente al otro?, la identidad se reconoce como un proceso constituido por prácticas con un significado cultural, ideológico y social, es decir, somos en razón de nuestra historia, nuestras prácticas y el significado colectivo que éstas adquieren, estas evidencias se reflejan en las formas de hacer, de hablar, de pensar, de concebir el mundo, de organizar su vida en espacios y tiempo” (Aguado y Portal, 1991).

En estrecho vínculo con la identidad docente, es posible mencionar que “la formación es concebida como el proceso de construcción del sujeto, mediante el cual se va adquiriendo o transformando capacidades, formas de sentir, de actuar, de imaginar, de comprender, de aprender” (Gilles Ferry, 1990), esto implica que la identidad docente se convierte en el entrecruzamiento de subjetividades, a partir de lo personal, lo institucional, lo laboral y lo cultural.

“La subjetividad se define como el resultado del en cuentro de los impulsos primitivos del ser humano, con las exigencias de su entorno social. Hablar de la subjetividad es hablar de la condición de los sujetos, de su índole, de sus peculiaridades, de aquello que los delimita y distingue del mundo de los objeto” (Emma Ruiz Martí del Campo, 1998).

En Psicología y Sociología, la subjetividad es el conjunto de características particulares que hacen del ser humano, un sujeto único e irrepetible, una persona autónoma con pensamientos, deseos, intereses, voluntad propia. Desde la perspectiva de Michel Foucault, uno de los pensadores más lúcidos del siglo XX, la subjetividad sería el resultado de la incidencia de los mecanismos de normalización en el individuo, con lo cual hacer referencia a la manera en que los dispositivos disciplinarios se articulan, con el fin de producir un tipo de mentalidad acorde a las condiciones culturales existentes.

Ahora hemos de intentar, siempre desde la visión de Michel Foucault, dar cuenta de la manera en que los dispositivos de normalización, son incorporados por los individuos y, de esta forma describir el proceso de subjetivación. Tomaremos como punto de partida los mecanismos disciplinarios y las inscripciones que estos dejan en los sujetos, delineando sus relaciones sociales.

Los mecanismos de normalización funcionan como dispositivos que desde el exterior, moldean las acciones de los individuos, estos mecanismos funcionan en los espacios cerrados de las instituciones disciplinarias (familia, escuela, etc.) y tiene como finalidad normalizar y evitar el comportamiento desviado. Es necesario tener muy presente lo afirmado en párrafos anteriores, acerca de que la normalización actúa en el espacio cerrado de las instituciones y toma el cuerpo del individuo como lugar de operación.

En las sociedades disciplinarias el cuerpo es el lugar en el cual se inicia el proceso de subjetivación, es decir, con la producción del cuerpo normalizado y con su modelación se pretende establecer una vía a partir de la cual se pueda gobernar el alma del sujeto. El cuerpo se convierte en la superficie donde las instituciones imprimen sus disposiciones normativas, a partir de esto, el cuerpo entra en el circuito disciplinario donde el tiempo, el espacio, la combinación de fuerzas, la mirada y la sanción se tornan estrategias para

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