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La Republica De Platon


Enviado por   •  26 de Septiembre de 2011  •  2.705 Palabras (11 Páginas)  •  921 Visitas

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CAPITULO 1

El diálogo se inicia presentando a Sócrates y a Glaucón en el Pireo, luego de asistir a las fiestas de la Diosa Bendis o Atenea. En la ciudad se encuentran con Polemarco, quien estaba acompañado por Adimanto, Nicerato y algunos otros que también regresaban de las fiestas. Polemarco invita a Sócrates a su casa, quien acepta.

En la casa Sócrates, se encuentra con Céfalo, quien lo saluda cordialmente. Sócrates demuestra mucho agrado por poder conversar con alguien de su experiencia en la vida y le pregunta, como considera a la ancianidad.

Céfalo, le responde, que si bien lo acompañan algunos deterioros, estos le traen algunas recompensas y agrega que no saber tolerar la vejez depende no de los males humanos, sino del carácter.

CAPITULO 2

Platón nos explica qué es lo que se hace con este individuo que es forzado a abandonar su antiguo puesto y a salir a la luz. En un principio, no soportaría la luz (intentando incluso volver a la sombra), puesto que sus ojos necesitarían adaptarse a ella tras haber estado en la oscuridad, pero, nos cuenta también como, poco a poco, se va adaptando, y, pasando por distintos niveles, cada vez es capaz de soportar mejor la luz hasta poder llegar a mirar directamente incluso al sol.

Y si, por algún motivo, este individuo tuviera que regresar o regresara de nuevo a las tinieblas, volvería a necesitar un tiempo de transición para volver a adecuarse a ellas, siguiéndole a este período otro de confusión, pues se volverían a mezclar en él las ideas de ambas partes (la luz y las sombras), y sus antiguos compañeros, que aún no saben de la verdadera realidad ni del error en que se hayan, pensarían que se ha vuelto loco o que su viaje a la Luz le había estropeado los ojos, de modo que ese viaje sería una pérdida de tiempo; por lo que, si éste los intentase conducir hasta ella, lo matarían.

CAPITULO 3

"Estas son- dije- las normas de las narraciones sobre los dioses que, según nuestro parecer, conviene que oigan o no oigan desde la infancia los que han de honrar a esos mismos dioses y a sus padres y apreciar sobremanera la amistad"

En su educación se deberán censurar los mitos y fábulas ya que se las considera como mentiras y que presentan a los dioses y a los héroes llorando, riéndose incorrectamente, mintiendo, utilizando un lenguaje injusto y lamentándose, las cuales son peligrosas. Se les leerán los pasajes, en que los héroes aparecen leales, valientes, templados, desinteresados y dóciles a sus jefes, los cuales serán sus modelos.

CAPITULO 4

En este capítulo se tratan dos temas bien diferenciados:

• La educación: afirmando que ésta no se trata de implantar algo, mediante la metáfora de devolver la vista a un ciego, sino de orientar a la persona hacia donde está la sabiduría. Critica que la ignorancia es tratada como la ceguera, mientras que él la ve como el olvido; esto es, que la sabiduría no es aprender cosas, sino recordar lo que el alma vio en su ascensión a “la Luz”, pero que, al bajar de nuevo a las tinieblas (la caverna), y volverse a cegar, todavía no recuerda bien, la educación consiste en liberarse de las cosas terrenales que impiden al alma dejar su “ceguera” y llegar de nuevo a la sabiduría.

• El gobierno: se nos plantea aquí un pequeño problema, ya que los que no tienen la educación para ello no pueden gobernar, pues no tendrán presente en sus fines la Idea del Bien, sino su propio lucro y ambiciones; mientras que los que ya observaron la Idea del Bien y la tienen presente, no quieren gobernar, pues no están dispuestos a ocuparse del manejo de “la Caverna” (en el capítulo anterior explicábamos que los que habían alcanzado la sabiduría de la Luz, no querían volver a bajar a las tinieblas, a la imperfección y el error).

CAPITULO 5

Sócrates, expresa, que deberán volver a tratar un asunto que tendrían que haberse ocupado antes:

"Para hombres nacidos y educados como los que hemos descrito no hay, en mi opinión, otra recta norma de posesión y trato de las mujeres y de los hijos que la que se deduce de hacerlos seguir el camino que trazamos al principio. Comparamos a esos hombres, creo, con los guardianes de un rebaño."

Sócrates, opina, que las mujeres y los niños de los guardianes se convierten en bienes comunes. En primer lugar enseña que las mujeres poseen las mismas capacidades que los hombres, aunque generalmente en grado menor; por lo tanto, nada se opone a que participen de la misma educación y ocupaciones que los guardianes. Hombres y mujeres pueden colaborar y trabajar para el mismo fin.

Con miras a un más seguro éxito de las tareas y objetivos propios de los guardianes, propicia una especie de matrimonio común, que mejoraría la raza, libraría a las mujeres de obligaciones insignificantes y contribuiría a una más completa unidad y armonía de sentimientos en el Estado.

CAPITULO 6

Según expresa Sócrates, el gobierno, no se confiará a ciegos conductores de ciegos, sino solamente a los que posean ideales claros; aunque se ha de procurar también que no les falte experiencia.

Los amantes de la verdadera filosofía están destinados al gobierno del Estado ideal, porque se consagran a las ideas abstractas y a una concepción sistemática y coherente de la vida.

El diálogo se desarrolla luego con la objeción de que la mayoría de los que se llaman filósofos no son capaces de gobernar ni aptos para ello. La culpa no está en la filosofía. Muchas son sus virtudes, pero también se halla expuesta a múltiples tentaciones: la riqueza, la belleza, etc., o el halago de la multitud.

No considera verdaderos filósofos a aquellos cuya ciencia consiste en conocer y complacer los instintos, los gustos de la multitud heterogénea que se reúne para satisfacer sus instintos, opinando sobre ciencia, pintura, música o política.

CAPITULO 7

Platón vuelve a defender el estudio del cálculo incluso para los guerreros, pero además puntualiza sobre este estudio que no se emplea como debiera, pues sólo analizamos los casos que nos producen duda, en los que la percepción no nos basta, cuando nuestros sentidos captan dos sensaciones distintas, mezcladas en un mismo elemento (o dos unidos, percibidos como uno); es en estos casos cuando hacemos uso de nuestra inteligencia y razonamiento, y no cuando nuestra percepción basta para definir (o examinar) un objeto o elemento:

• Estimulantes: aquellos que producen

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