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MODERNIDAD, PLURALISMO Y CRISIS DE SENTIDO RESUMEN


Enviado por   •  19 de Febrero de 2022  •  Resúmenes  •  4.379 Palabras (18 Páginas)  •  198 Visitas

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Como dijo Otto von Freising, llegamos a tal extremo de depresión por la reiterada reflexión sobre hechos pasados, la presión del presente y la incertidumbre y temor hacia el futuro, que podemos llegar a cansarnos de vivir y aceptar la muerte inevitable que tiene la condición de estar vivo. Por ello, no es evidente que el término ‘crisis de sentido’ corresponda exactamente a una manera de desorientarse en la modernidad. Esta modernidad conlleva una innovadora configuración social del sentido que hace que – desde el punto de vista histórico – la existencia humana caiga en una crisis. La crisis de sentido de la época moderna se hace evidente al suponer que hay algo semejante a este sentido y a la significación que son motivación de la acción humana.

Es importante aquí la conciencia, que siempre va a ser conciencia de algo, es decir, que sólo existe si se dirige hacia otro objeto el cual, a su vez, se constituye por diversos logros sintéticos de la conciencia, dada por el cuerpo pensante. De esta manera, las experiencias estudiadas de manera individual no tendrían sentido. El sentido se construirá a través de la relación de estas experiencias, por lo que es una forma un poco más compleja que la conciencia, que igual que ésta, no existe de manera independiente. Este proceso que se ha explicado es lo que los autores llaman la fenomenología del funcionamiento múltiple de la conciencia, cuyas consecuencias son los componentes del sentido de la vida cotidiana.

Dentro de esta vida cotidiana diferencian entre el doble sentido de la acción y del acto. El aspecto principal al que debemos atender es a la temporalidad, puesto que la acción está configurada de manera previa hacia un fin premeditado, mientras que observar un acto es algo que se hace de manera retrospectiva. La acción sería una utopía en la que el actor es capaz de anticipar una situación que todavía no ha sucedido, realiza una evaluación sobre la necesidad que tiene de ella y considera qué será lo que la haga posible. “El sentido de las acciones, «en el acto», se configura por su relación con el propósito” (Berger & Luckmann, 1997). Esta estructura de sentido es la misma que posee la acción social, aunque asumiendo una gama más amplia de dimensiones: directa/indirecta, además de mutua/unilateral. Estas acciones sociales se dan de manera repetida en la vida cotidiana del individuo, cuya identidad se crea tan solo en la acción social. La construcción subjetiva de este sentido del cual se está hablando es el punto de origen de los acervos sociales del conocimiento, tales como tipificación, clasificación y esquemas de acción.

El individuo se siente agobiado por la carga que le suponen los problemas de la experiencia, por ello, como consecuencia, aparecen los depósitos de sentidos y unas nuevas instituciones históricas le libera de esta carga, pues no todo el sentido intersubjetivo es absorbido por estos acervos sociales del conocimiento. Estas soluciones a los problemas que supone el acto y la experiencia al individuo son subjetivas. Como ya hemos comentado, el sentido intersubjetivo puede ser recuperable mediante la comunicación con el resto, esto es posible gracias a las objetivaciones “prhanas”.

Esta estructura histórica específica de los depósitos sociales de sentido está caracterizada por la proporción existente entre lo accesible a todos los individuos y no restringido, es decir, entre el conocimiento general y el de los especialistas. La fracción del conocimiento general integra el núcleo del sentido común de la vida cotidiana, mediante el cual el individuo se enfrenta a su contexto natural y social. La estructura de esta fracción está formada por áreas de sentido, que importan sistemas de conocimiento específicos para cada situación, creando así patrones de acción y de experiencia. De ahí surgen los esquemas de sentido, fundamentados en la relación entre la totalidad de la vida en un determinado contexto y la existencia del individuo.

Las rutinas cotidianas poseen un sentido subordinado al “sentido de la vida”, es decir, que no desaparecen de manera eterna. En estas rutinas cotidianas se dan acciones sociales, que se encuentran reglamentadas que manifiestan un sentido-de-acto “original”. Las instituciones más importantes son las que su labor incide en el procesamiento social del sentido. Aunque en las sociedades modernas posee condiciones diferentes a las que se daban cuando se crearon estas instituciones, todavía existen algunas que siguen transmitiendo el sentido de las acciones, es decir, que permanecen unos determinados sistemas de valores.

En este proceso en el que las reservas de sentido se mantienen en depósitos históricos y son administradas por instituciones, el sentido objetivado y el construido de manera subjetiva mantienen relación, gracias a la que se hacen proyectos individuales de acción. Mediante la socialización los niños van interiorizando actos regulares, esto es porque lo incorpora como imitación de las personas adultas importantes de su vida que ya tienen esquemas de experiencia y actos obtenidos del depósito social de sentidos. De esta manera, tiene la capacidad de percibir los actos del resto como típicos bajo patrones históricos de experiencia y acto, a lo largo de este proceso desarrolla su identidad. Para los autores existen dos tipos ideales de esta “comunión del sentido”. El primero de ellos sería una comunidad en la que exista un sistema de valores coordinado a los estratos del depósito histórico de sentido y cuya población se forme acorde a sus patrones, pero es muy difícil que se dé una situación perfecta y que facilite tanto la formación de la identidad del niño. El segundo caso sería una comunidad en la que no existan esquemas de acción, en consecuencia, el niño no reflejaría su comportamiento en acciones sociales ejercidas sobre él. Pero, igual que en el primer tipo, es muy difícil que se dé esta comunidad, puesto que todos los individuos nacen en una comunidad de vida que, a su vez, son comunidades de sentido. En otras palabras, aunque haya un caso de una comunidad en la que no haya una reserva de sentido que se comparta de manera universal y se adapte a un sistema de valores, se pueden desarrollar ciertas concordancias de sentido dentro de la propia comunidad, extrayéndolas del depósito histórico del sentido.

Pero la explicación no es tan sencilla, en este tipo de procesos de creación de identidad, es posible que se den crisis subjetivas de sentido. Si el niño se encuentra de manera constante con reacciones incongruentes – de los adultos que le rodean – respecto a sus acciones, no será capaz de diferenciar el sentido social objetivo de las acciones. Además, si no recibe señales directas que le ayuden a definir quién es, no podrá asumir del todo la responsabilidad sobre sí mismo,

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