Modernizacion

UNA FANTASÍA GIGANTESCA

Como lo menciona Escalante Gonzalbo “no tenemos calles y no está Gulliver para remediarlo” la frase y el titulo son claros, vivimos en burbuja llena de ilusiones y de fantasías que son nuestra zona de confort, en donde el estado se presenta de una manera omnipotente, pues si bien es cierto el estado y la ciudad crecen juntos, con una misma historia, uno existe gracia al otro.

Citando a Escalante, una ciudad consiste en un sistema de calles, de manera teórica las calles deberían funcionar para ordenar el espacio, pero esto es erróneo para nosotros, cada quien usa las calles como mejor le convenga, rescatando dos ejemplos que menciona como enormes aparatos políticos, el de los ambulantes y del transporte colectivo. Nadia hace nada por salir del estado de confort, somos aficionados a vivir una fantasía.

LA REVOLUCION INTERMINABLE

Lo que podría ser una fantasía más, es la educación, donde el gobierno busca que aprendamos lo que a ellos les convenga, aprendamos a vivir en esta sociedad que ellos han moldeado, es incomprensible qué celebramos cada 16 de septiembre y 20 de noviembre, que es obvio que no hay nada que festejar, tratar de entender el porqué de la Revolución es complicado, si continua o finalizó. Queda claro que las necesidades del pueblo son los más importante, el Estaco trata de justificar de manera absurda cómo logra satisfacerlas, pero el cómo no importa, lo importante es cubrir las necesidades que el pueblo exige.

Jorge Cuesta decía que las revoluciones son favorables para la vulgaridad, una Revolución es solo un cambio de gabinete donde se trata de desprestigiar al anterior.

LA POLÍTICA DEL RESENTIMIENTO

El estado parece tener su estructura solidificada, permanece permanente, pero la realidad es todo lo contrario, Un sentimiento/valor importante que cada país posee es su nacionalismo, algo que pareciere un sentimiento lleno de exaltación, respeto, amor por tu patria, pero que se convierte en un resentimiento del que todos somos parte, un resentimiento donde el nacionalismo ya no nos hace incomparables con las demás naciones sino es la superioridad moral, olvidamos todo lo que realmente es valioso, lo único que nos queda es una percepción de lo maléfico, del sufrimiento con el que afrontamos la modernidad del día a día, donde ya no todo es sólido, sino se desvanece en el aire. Dos claros ejemplos de este resentimiento es la corrupción y la grilla que son más que nada problemas de moralidad; esto conlleva a que se pierda la solidez, la desunión entre las instituciones y tradiciones, siendo los causantes de que no exista un acuerdo entre los que es justo y lo que no, y la divergencia entre las elites.

VIRTUDES INDISPENSABLES

Las elites son como los ethos, cada una con sus características, su porqué, su líder, en cada elite buscan un modelo a seguir, no un modelo cualquiera, uno que haya triunfado, sin importar el cómo lo hizo, poseen cualidades que la sociedad considera necesarias. Las personas moralmente y/o intelectualmente indulgentes no son las que triunfan, no son los modelos que la sociedad busca, triunfan los astutos, saben improvisar, con esto me refiero a que son “todologos” que pueden acomodarse en cualquier puesto sin importar que tengan nulo conocimiento del deber al cual se enfrentan, que tienen un sentido de oportunidad, resumido en “grilla”, en otras palabras, quien tiene la capacidad de poder grillar, es una virtud con la cual podrá alcanzar el éxito. Somos una sociedad condescendiente que se mueve al vaivén de modas efímeras. La debilidad que el estado posee es asombrosa, el estado es capaz de ceder ante cualquier presión todo de mano de la extorción, donde la participación de los políticos es inminente.

MEDITACIÓN SOBRE LA CLASE INQUIETA

Una clase inquita como la clase media situada entre pobres y ricos que no se halla viviendo como un magnate o un político, pero tampoco viviendo en la miseria pasando hambruna, siguiendo la cita de Escalante “se les va la vida en demostrar (y demostrarse) que son indispensable, es una sociedad donde los más trascendente es la seguridad, que aspira la distinción sobre los demás, hasta cierto punto hipócrita vive a crédito, gasta lo que no tiene, presume de lo que carece, coexiste en un vicio de modernidad, una modernidad que quizá aquí no funciona. Escalante cita un paradigma, la famosa “mordida”, esa que todos nos quejamos pero nadie deja de perpetrar, nos quejamos de políticos corruptos, de la burocracia, de la grilla, pero si se trata de esperar largas filas, perder el valiosísimo tiempo no dudamos en ofrecer cualquier cosa por que nos hagan un “favorcito”, somos una sociedad quejumbrosa, pero que nos gusta el estado de confort en el que vivimos y quisiéramos salir de el.

NUESTRO ESTADO DE NATURALZA

Hipocresía, vergüenza tal parece ese es nuestro estado natural, un estado creado por mera publicidad, nos hacen creer que el comportamiento fuera de nuestro hogar es disímil al comportamiento dentro de el. Se busca absurdamente una jerarquización, desde algo tan valioso que pareciera imposible jerarquizar como la familia, vista como el soporte moral de todo, a ella debemos nuestra paz, nuestra defensa, salir de ella, en la calle, es toda una hazaña, donde debemos desarrollar lo que Durkheim llamaba “solidaridad orgánica” no es más que tener civilidad, una civilidad inexistente provocaría el desbordamiento de una civilidad, podemos agradecerle o reclamarle ala familia.

ALABANZA DE LA ALDEA

La clase media mexicana anhela ser moderna para parecer a un país primer mundista, lo cierto es que no estamos preparados para ellos, la modernidad es constante, pero no del todo agradable para algunos, la modernidad es lo que mucho anhelan pero que otros huyen de ella, sin darse cuenta que ellos mismos forman parte de la modernidad. Como Echeverría y Berman mencionan que la gente busca mantener sus tradiciones, estamos es una constante contradicción, queremos modernizarnos, pero a la vez estamos aferrados a nuestras costumbres y tradiciones, Escalante nos habla de 3 etapas modernizadoras, la primera

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