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Mímesis (Platón y Aristóteles)


Enviado por   •  24 de Abril de 2019  •  Ensayos  •  1.706 Palabras (7 Páginas)  •  201 Visitas

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PLATÓN

En su teoría de la Mímesis, Platón dice que todo arte es mimético por naturaleza; a saber, el arte es una imitación de la vida. Él creía que la 'idea', esto es, la forma eterna e inmutable de las cosas del mundo sensible, era la realidad última.  De este modo, el arte imita la idea y, por lo tanto, es una imitación de la realidad. Él da un ejemplo de un carpintero y una silla. La idea de "silla" primero vino a la mente del carpintero. Le dio forma física a su idea de madera y creó una silla. El pintor imitó la silla del carpintero en su dibujo de la silla. Por lo tanto, la silla del pintor se aleja dos veces de la realidad. Por lo tanto, Platón sostenía que el arte está doblemente alejado de la realidad. En este sentido, la filosofía es mucho más importante que la poesía, ya que la primera se ocupa de las ideas, mientras que la poesía se ocupa de la ilusión, la cual existe escindida de la realidad. Platón, entonces, rechaza la poesía por ser esencialmente mimética respecto de la naturaleza, especialmente en sus fundamentos morales y filosóficos.

El más grande discípulo de Platón, Aristóteles, rechazó esta concepción de su maestro.  Platón afirma que el arte es la imitación de lo real y por ello carece de verdad. Solo proporciona la semejanza de una cosa en concreto, y la semejanza es siempre menos que lo real. Pero Aristóteles afirma que Platón no explica que el arte también refiere a  algo más que está ausente en lo real. El artista no refleja simplemente lo real a modo de espejo. El arte no puede ser una imitación servil de la realidad. La literatura no es la reproducción exacta de la vida en toda su totalidad. Es la representación de eventos seleccionados y personajes determinados en una acción coherente para la realización del propósito del artista. Incluso exalta, idealiza y recrea de manera imaginativa un mundo que tiene su propio significado y belleza. Estos elementos, presentes en el arte, están ausentes en la realidad que es más cruda y áspera. Mientras que un poeta crea algo menos que la realidad, al mismo tiempo crea algo más también. Considerado de esta manera, el arte no nos aleja de la verdad, sino que nos conduce a la realidad esencial de la vida.

Por otra parte, Platón sostiene que el arte es malo porque no inspira virtud, a saber, no enseña moralidad. Pero, ¿Es el objetivo del artista enseñar la función del arte? Aristóteles refuta indicando que la función del arte es proporcionar placer estético, comunicar experiencias, expresar emociones y representar la vida. Nunca debe confundirse con la función de la ética que es simplemente enseñar moralidad. Si un artista logra complacernos en el sentido estético, es un buen artista. Si falla al hacerlo, es un mal artista. No hay otro criterio para juzgar su valor. El arte no intenta enseñar. Simplemente afirma que es de un modo o de otro que la vida se percibe como tal.

ARISTÓTELES

Aristóteles consideraba la mímesis o imitación como uno de los aspectos distintivos de la naturaleza humana, y un medio para comprender la naturaleza del arte.

El filósofo afirma que el instinto de imitación se implanta en el hombre desde la infancia. Una diferencia entre él y otros animales es que él es la criatura más imitativa de las criaturas vivientes, y mediante la imitación aprende sus primeras lecciones; y no menos universal es el placer que se siente en las cosas imitadas.

Señala Aristóteles que:

La poesía épica y la Tragedia, la Comedia y la música de la flauta y de la lira en la mayoría de sus formas, están todas en sus modos de imitación de concepción general. ... Porque hay personas que, por arte consciente o por simple hábito, imitan y representan diversos objetos a través del color y la forma, o de nuevo por la voz; entonces, en las artes arriba mencionadas, tomadas en conjunto, la imitación es producida por el ritmo, el lenguaje o la "armonía", ya sea individualmente o combinados.

Ahora bien, es evidente que cada uno de los modos de imitación mencionados por Aristóteles exhibirá diferencias, y se convertirán en tipos distintos al imitar objetos que son también diferentes. Tales diversidades se pueden encontrar incluso en el baile, la flauta y la lira. Por lo tanto, el poeta siendo un imitador, como un pintor o cualquier otro artista, debe necesariamente imitar uno de tres objetos: las cosas tal como fueron o son, las cosas como se dice o se piensa que son, o las cosas como deberían ser.

Es cierto que aprender proporciona el placer más vivo, no solo a los filósofos sino a los hombres en general, cuya capacidad, sin embargo, de aprendizaje es más limitada. Así, la razón por la cual los hombres disfrutan de ver una semejanza es que, al contemplarla, se encuentran aprendiendo o deduciendo, ya que si no han visto el original, el placer será debido no a la imitación como tal, sino a la ejecución, el colorido o alguna otra causa. La imitación, entonces, es un instinto de nuestra naturaleza.

Además, por lo ya señalado en el análisis de la mímesis en Platón,  La Poética de Aristóteles a menudo se conoce como la contraparte de la concepción platónica de la poesía.

En este sentido, Aristóteles argumentó que el propósito de la tragedia era la catarsis. A Aristóteles no le preocupaba que el arte fuera una imitación de la realidad. Para que se produzca la catarsis, tiene que haber una cierta distancia entre la obra de arte por un lado y la vida por el otro; argumentó que las personas extraen conocimiento y consuelo de las tragedias solo porque no les suceden directamente. Sin esta distancia, la tragedia no podría dar lugar a la catarsis. Sin embargo, es igualmente importante que el texto haga que la audiencia se identifique con los personajes y los eventos en el texto, y a menos que ocurra esta identificación, no impacta substancialmente a la audiencia. Aristóteles sostuvo, además, que es a través de la representación simulada o mímesis que las personas responden a la actuación en el escenario que transmite lo que los personajes sienten, de modo que la audiencia puede identificarse con ellos de esta manera a través de la forma mimética del juego de roles dramático. Es la tarea del dramaturgo producir la representación trágica para lograr esta empatía por medio de lo que está sucediendo en el escenario. El resultado es una catarsis emocional, en la que el oyente puede lograr una liberación emocional, esto es, una especie de purga de emociones negativas.

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