REFORMAR LA FILOSOFÍA

Reformar a la filosofía

Muchos son los filósofos que a lo largo de la historia han buscado reformar a la Filosofía desde sus cimientos. Entre ellos podemos mencionar a Descartes, Kant, Husserl y Heidegger. La característica principal de estos pensadores, y que salta a la vista, es que pertenecen a la llamada Filosofía moderna. De todos es bien sabido que con Descartes se establece un punto importante al marcar la división entre el pensamiento medieval y el moderno; al tiempo que marcaba la pauta para que filósofos sucesores pudieran analizar, crítica y abiertamente, a la filosofía misma.

Ahora bien, cada uno de los filósofos mencionados plantearon propuestas muy diferentes entre sí, y enfocadas a aspectos distintos de la filosofía. Sin embargo encontramos similitudes muy marcadas entre ellos, como es el caso de Descartes y Husserl; por sólo mencionar algunas: ambos realizaron estudios en ciencias matemáticas –Descartes estudió en el jesuita Colegio de La Flèche y Husserl obtuvo el grado de doctor en Viena–. Estos dos pilares de la filosofía buscaron proveer a la Filosofía de la certeza ejemplar que brindan las matemáticas. Descartes y Husserl, se percataron de que la Filosofía carecía de proposiciones rigurosas y válidas. Por ello, Descartes propone su famoso Método científico y Husserl, su filosofía fenomenológica. Las dos propuestas tienen como finalidad reformar la manera de hacer filosofía para librarla de una vez por todas de esa ambigüedad de la que es objeto de crítica, por parte de los cientificistas.

Por su parte, Kant recibe de Newton la máxima de que la ciencia físico-matemática es el modelo de toda ciencia. Kant se da cuenta de que esa ciencia consta en realidad de juicios universales y necesarios, y que era eso precisamente lo que le hacía falta a la Filosofía. De allí que el trabajo de Kant se centrara en una fundamentación original y radical del conocimiento del hombre, basada en el análisis de los fundamentos o condiciones que han hecho posible que las ciencias físico-matemático cuenten con esos juicios universales y necesarios, para aplicarlos en la filosofía.

Cabe ahora mencionar otra similitud relevante entre estos tres filósofos expuestos, y que también es la característica de la Filosofía moderna, a saber, los tres, Descartes, Kant y Husserl, plantean un comienzo absoluto de la Filosofía centrado en el Yo. El famoso giro cartesiano reside precisamente en que la reflexión filosófica ya no está puesta en el ser de lo conocido sino en el poder conocer. “Estábamos tan desperdigados en los distintos objetos de las ciencias –decía Descartes– y no atendíamos el poder de conocer, lo que nos permitirá ahora, además, no errar en nuestras elecciones”.

Siguiendo esta misma dirección, Kant propone una analogía con la revolución copernicana: tradicionalmente se ha creído que el sujeto es el que gira alrededor del objeto, pero en realidad es el objeto el que gira entorno del sujeto, “lo que significa que el sujeto es quien impone sus normas (prejuicios) al objeto”.

Por su parte, Husserl también plantea la reformulación absoluta y definitiva de la filosofía centrándose en el Yo, lo que, desde luego, evidencia una clara influencia de Descartes. Husserl define su principal aportación, la Filosofía fenoménica, como la descripción neutra de esencias y vivencias que se presentan como apodícticas. Lo cual significa que la intuición intelectual es el procedimiento propio de la filosofía; es decir, es el Yo quien reflexiona, quien pone en práctica la epojé y la reducción eidética.

El cuarto y último filósofo que hemos mencionado al principio, como otro de los que han pugnado por reformar la Filosofía, es Martín Heidegger. Sin embargo, a este filósofo lo tratamos por separado, porque su idea de reformar la Filosofía resulta

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