Relatoria

Dentro de los muchos problemas que han afectado e impedido el buen desarrollo de un país a través de la historia ha sido la corrupción. Un problema que se ha manifestado notablemente y en mayor proporción en las actividades gubernamentales en una nación. La corrupción, como la define Transparencia Internacional, es “el mal uso del poder encomendado para obtener beneficios privados”, es decir, son las actividades con las que una persona transgrede los compromisos y privilegios adquiridos por el poder para así obtener un beneficio individual y no uno colectivo.

La corrupción ha sido principalmente causa de dos elementos, los exógenos y los endógenos. Entendiendo por la primera que son las influencias que una persona o institución tienen por parte de los modelos sociales, concentración o exceso del poder, cabría decir que en parte los mismos afectados por esta corrupción son también los responsables de otorgar tanto poder al corruptor. Por otro lado los elementos endógenos son aquellos que pertenecen a la persona en sí como la falta de valores, la falta de educación, el consumismo, el materialismo, la ambición y también la falta de conciencia frente al daño que podría causar en su alrededor.

En la actualidad la corrupción como abuso del poder consiste principalmente en el enriquecimiento de los políticos y favorecimiento “ilegal o ilegítimo a las causas u organizaciones a las que están integrados aunque no se beneficie personalmente gracias a los cargos que desempeña.” Es así como se ve reflejado el mal manejo de los recursos públicos por parte de los funcionarios públicos, afectando a la sociedad y aún más cuando es la misma sociedad la que dispone de estos para que el estado, confiando en él, haga uso racional de ellos.

Como se había mencionado anteriormente, la corrupción es uno de los problemas que afectan al desarrollo de una nación, en este caso examinaremos a Colombia, un país en donde aparentemente hemos aprendido a convivir con la corrupción y de cierta manera ya la vemos como algo natural. En los lugares gubernamentales colombianos hay participación de personas que se aprovechan de su poder para obtener beneficios individuales. Colombia de acuerdo al Índice de Percepción de Corrupción de Transparencia Internacional, en el 2008 obtuvo el puesto 70 entre 180 países, con una calificación de 3,8 en una escala en donde 0 son países más corruptos y 10 es la ausencia de corrupción.

Nos situamos entonces en un país donde la sociedad está ciega observando a sus mandatarios, la mayoría de ellos corruptos, malgastando los recursos del Estado y, que siendo un país democrático, los seguimos eligiendo. En este trabajo se pretende analizar de qué manera este problema se desarrolla más específicamente en los hacinamientos carcelarios, los cuales son controlados por el INPEC.

El INPEC es de orden nacional y conforma la rama ejecutiva del poder público, pero es un ente autónomo, independiente. Es la institución encargada de administrar las cárceles y penitenciarias del país, dentro de sus facultades se encuentran la organización de los establecimientos penitenciarios, la prestación de servicios a los reclusos y la resocialización de estos a la sociedad, entre otros.

La corrupción dentro del INPEC es un problema de actualidad y de gran trascendencia en Colombia, debido a que se ha convertido en una de las instituciones más corruptas a nivel nacional, y es por esta razón, por la cual se ha escogido profundizar en este tema.

La Corrupción del INPEC no es exclusivamente por parte de los reclusos, sino también por parte de los guardas y sus directivas, lo que lleva a concluir que la corrupción dentro de esta institución es una composición estrechamente bien formada entre ambos factores.

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