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Capítulo 1: “Sentimiento de infancia, escuela y modernidad”


Enviado por   •  18 de Noviembre de 2015  •  Ensayos  •  2.305 Palabras (10 Páginas)  •  240 Visitas

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Capítulo 1: “Sentimiento de infancia, escuela y modernidad”

La niñez como carencia, necesidad e incompletitud; fundamento de la constitución de la escuela, en la modernidad (Infancia desde Rousseau y Comenio)

Antes de comenzar a historizar  la pedagogía es preciso establecer que su punto de partida y de llegada es “la infancia”. Es necesario también mencionar que esta infancia es “la razón de ser del educador”.
Antes de la modernidad, y de la constitución de la pedagogía, la niñez tenía características diferentes. El niño era concebido como un adulto en pequeño.
La pedagogía, como producción discursiva que norma y explica la producción de saberes en el ámbito educativo-escolar, obtiene en la niñez su fundamento de intervención para educar y reeducar, para poder así participar en la formación de los seres humanos y el conjunto de los grupos sociales. La pedagogía, concebida como un “gran relato” ve en la infancia una vía de inserción en un futuro posible, estipulando “una infancia deseada en una sociedad deseada.
A diferencia de la concepción tradicional de la infancia, antes expuesta, la niñez culturalmente normal, en la actualidad, está vinculada con la escuela; y de ahí otros discursos explican y predicen la actividad infantil. Estas diferentes teorías coinciden en las acciones que realizan los educadores y en las respuestas dadas por los niños a ese accionar.
El objeto infancia es un campo de proyecciones y una fuente de preocupaciones teóricas; razón por la cual se constituyen diferentes elaboraciones discursivas. La psicología, el psicoanálisis y la pediatría analizan la infancia en general, mientras que la psicología educacional y la pedagogía estudian la infancia en situación específicamente escolar. El nivel del objeto de estudio es diferente en ambos casos; mientras que las primeras elaboraciones discursivas estudian niños, las segundas “se abocan a una infancia integrada en instituciones escolares que se especializan en producir adultos: la escuela. El objeto de estas últimas solamente es el niño, en tanto alumno.” (Narodowski, 2007, Pág. 26).
El niño es para la pedagogía, la base para construir teóricamente al alumno. “El niño y el alumno corresponden existencialmente a un mismo ser pero epistemológicamente constituyen objetos diferentes (…) El alumno es un campo de intervención no ajeno a la niñez sino más complejo” (Narodowski, 2007, Pág. 26).
Partiendo del supuesto de que “la infancia es un hecho dado para la pedagogía” a partir del cual es posible construir la conceptualización teórica del alumno Philippe Aries (1960) demostró que la infancia es un producto histórico moderno.
A partir del siglo XV se comienza a constituir lo que Aries llama el “sentimiento de infancia” en su forma moderna.
Con la modernidad el niño comienza a ser concebido como un ser inacabado, carente e individualizado que debe ser resguardado y protegido, dejando de ocupar el lugar de un residuo de la vida comunitaria, como parte de un gran cuerpo colectivo. Es la modernidad la que restituye a la niñez a la sociedad, pero ahora con un nuevo status.
Este cambio de visión sobre la niñez implica la aparición del cuerpo infantil. “Cuerpo para ser amado y educado” (Narodowski, 2007, Pág. 31). Estos nuevos deberes (amor y educación) serán nucleados en la integración de una familia.
Según Aries antes de la constitución de la época moderna, “los niños no eran ni queridos ni odiados sino simplemente inevitables. Compartían con los adultos las actividades lúdicas, educacionales y productivas.” (Narodowski, 2007, Pág. 31). No había diferenciación alguna entre un niño y un adulto. Y los sentimientos frente a la muerte de un hijo o el asesinato de niños eran conductas típicas, ya que no había ningún sentimiento de amor, ternura o compasión por la infancia.
Este nuevo sentimiento de infancia inicia una época donde la dependencia personal caracteriza a la niñez. Dicha dependencia se debe a la protección de los adultos y más específicamente de la familia, sobre los infantes.
Otra importante característica es el llamado amor maternal (sentimiento asociado al núcleo familiar y a la actividad docente femenina, que constituirá la alianza entre la escuela y la familia, dos instituciones fundamentales en la formación del infante).

Ahora bien ¿Qué papel cumple la pedagogía frente a un niño carente, necesitado e incompleto?
Para responder esta pregunta Narodowski analiza: El “Émile ou de l` éducation” de Jean Jacques Rousseau y “La Didáctica Magna” de Comenio.

El Émile produce efectos en la configuración de la pedagogía moderna, ya que delinea al niño en su educabilidad y en su capacidad natural de ser formado.
Rousseau estudia al niño de acuerdo a su misma naturaleza, siendo las características de las niñez propias de la niñez, y por lo tanto naturales a su ser. Por esto se designa a la niñez un lugar diferente al del adulto, y se definen cualidades y conductas posibles de cada uno.
De esta manera el Émile nombra a la niñez de forma transparente, asociando las características infantiles a la naturaleza y planteando un modelo de actividad educativa sobre la infancia, que se adecue a sus cualidades y características.
Para Rousseau “la infancia es parte inalienable de la naturaleza porque `la naturaleza quiere que los niños sean niños antes de ser hombres`” (Narodowski, 2007, Pág. 36). Esto se debe a que la infancia es propia de la naturaleza humana y es un paso necesario y anterior a la adultez. Es por ello que la educación debía concebirse como una acción que no perturbe lo que es natural, intentando a través de la propia experiencia desplegar aquello que el niño posee.
Esta propia experiencia infantil es vista por Rousseau como singular: “La infancia tiene maneras de ver, de pensar de sentir que le son propias” (Narodowski, 2007, Pág. 37). Fundamento por el cual se debe respetar la naturaleza de la infancia.
Esta concepción del “niño natural” define a la actividad educadora como “un instrumento que permite a la naturaleza continuar su sendero.”
Según la naturaleza, la infancia es el estadio previo a la adultez. El niño es visto como un “no adulto” que carece de razón, pero que tiene la capacidad innata de aprender. Esta falta de racionalidad es la razón por la cual la niñez necesita de protección y educación, ya que no puede comportarse de forma autónoma. Debido a su incompletitud necesita de la guía de los ya completos, los adultos. (Es así como el niño aprende a ser adulto, pasando de la dependencia a la autonomía).
Es necesario estudiar el cuerpo infantil, para delimitarlo de forma constante y minuciosa, con el objetivo de educar a los niños de acuerdo a lo que es propio de la infancia. Para definir lo que es propio o no, se utiliza como parámetro medible la edad.
“La Didáctica Magna” de Comenio intenta hallar el orden en lo que refiere a la educación, al aprendizaje y a la vida misma del ser humano.
La existencia del hombre se encuentra encuadrada en un modelo de ordenamiento de hechos y acontecimientos. Este ordenamiento tiene como eje característico la gradualidad.
Según Comenio: en el desarrollo humano la infancia ocupa un estadio inevitable, en el ordenamiento ya construido. Es el paso más simple e inferior, de una secuencia hacia la plenitud.
Es así como la infancia es el estadio con mayor capacidad para aprender, porque nada hay todavía aprendido.
Partiendo de la idea de que: “el punto final es el hombre formado y preparado para la vida eterna, el hombre completo y complejo, punto final de la secuencia; deberá existir un punto inicial incompleto y básico.” (Narodowski, 2007, Pág. 48) La infancia en la Didáctica Magna es parte de un ordenamiento gradual, es un punto de partida simple y carente, a partir del cual parte el proceso de complejización.
Para Comenio la infancia no implica una peculiaridad específicamente humana, debido a que es una necesidad natural de crecimiento y gradación, por lo que también la considera un estadio previo en otras especies.
A diferencia del Émile, que pone su acento en la edad, la Didáctica Magna habla del proceso de gradación, dividido en etapas no cuantificables. Plantea que la juventud dura veinticuatro años y que la misma para ser educada debe ser dividida en cuatro fases de seis años cada una.
Para Comenio la infancia es un elemento que depende de la actividad educacional y del método de enseñanza, y que por ende varía de acuerdo a este. Se hace énfasis en la transmisión y en la didáctica; no así en la protección, cuidado, castigo y afecto hacia el niño. Esto se debe a que la infancia desde el punto de vista comeniano “no necesita ser amada sino, simplemente, conducida gradualmente hasta los puntos más altos del conocimiento.” (Narodowski, 2007, Pág. 52)

Capítulo 2: Universalización de la enseñanza escolar:
“Enseñar todo a todos”

La didáctica Magna de Comenio: “Ideal Pansófico”-

Comenio fue el creador de varios dispositivos discursivos que se constituyeron como pilares de la pedagogía moderna. Dichos postulados son desarrollados en su libro “La Didáctica Magna”.
La finalidad de su obra se basa en el Ideal Pansófico, que expresa la necesidad de “construir un instrumento capaz de enseñar todo a todos”. (Narodowski, 2007, Pág. 65) Al referirse a todos Comenio incluye a todas las edades, a los dos sexos y a todas las clases sociales.
La propuesta comeniana es “un programa general de universalización de la enseñanza escolar”, presente en “una escuela materna en cada casa, una escuela pública en cada población, plaza o aldea; en un gimnasio en cada ciudad y una academia en cada reino o provincia mayor” (Didáctica Magna, Pág. 273, citado en Narodowski, 2007, Pág. 65).
Es así como se plantea que la educación escolar deberá estar a cargo del Estado. Siendo los niños educados por maestros en escuelas, y no por sus familias, ya que la educación de los padres ya no alcanza y es necesario que un especialista actué de forma ordenada y eficiente sobre “la niñez”.
Para la universalización de la educación a través del sistema público es necesario que los padres y los maestros “firmen un contrato tácito” en el cual se establezca una alianza que delegue aquellas tareas que naturalmente le corresponden a la familia, a la escuela. Por ello la pedagogía apela al Estado, para que se constituya como árbitro de esta alianza.
La universalidad del dispositivo escolar según Comenio está dada tanto por la extensión generalizada de los establecimientos escolares como por un funcionamiento homogéneo y uniformador, que garantice la distribución equitativa (en todas las escuelas y en todos los procesos escolares simultáneos) de los saberes generados por la humanidad. La preocupación de Comenio se centraba no solo en el hecho de que todos debían ir a la escuela, sino también en que todos debían hacerlo al mismo tiempo (a una misma edad, en una misma época del año y en un determinado horario del día)
La cuestión del tiempo y la simultaneidad es para el Ideal Pansófico fundamental, ya que delimita la organización escolar, distribuyendo el trabajo y el recreo de forma gradual, bajo un orden establecido y garantizando el control sobre la marcha del proceso de enseñanza en todos y cada uno de los alumnos.
La simultaneidad (en todos los niveles de la vida escolar - tiempo, contenido y método-) propone un funcionamiento homogéneo en todos los establecimientos escolares, en los que se aplica la Instrucción simultánea, método de enseñanza en el cual un solo especialista dirige y organiza el trabajo escolar de los educandos. (Narodowski, 2007, Pág. 85)
Comenio desmenuza la idea Pansófico en la que el contenido de la enseñanza (“educación para todos pero de calidad”) es tan importante como los dispositivos para su distribución.
En este sentido instaura un mecanismo denominado: gradualidad. Dicho mecanismo establece que los saberes serán transmitidos desde un abordaje didáctico diferente de acuerdo a las edades, agrupando a los alumnos según la profundidad de los conocimientos alcanzados. Y a su vez advierte que el acceso al conocimiento debe efectuarse de lo simple a lo complejo y de lo general a lo particular, estipulando en qué orden serán transmitidos los saberes, para así lograr una metodologización escolar de los procesos de aprendizaje.
Que todos aprendan al mismo tiempo bajo la tutela de un docente, trae aparejada la necesidad de unificar los contenidos, por lo que Comenio creó un Curriculum Unificado para la enseñanza en un determinado espacio territorial, e introdujo un libro de texto didáctico denominado libro pan metódico (Ej.: Orbis sensualis pictus – “El mundo sensible en imágenes”), en el que se definen las temáticas estipuladas para la enseñanza en cada nivel de la escolaridad. (Narodowski, 2007, Pág. 86-87) El texto didáctico tiene el fin de uniformar los saberes a transmitir y de homogeneizar el habla de la población en un solo idioma: la lengua vernácula.
La instrucción simultánea - de un maestro para muchos alumnos en un mismo nivel de aprendizaje, transmitiendo un mismo saber, siempre con el mismo método y con el mismo texto - repetida en todas las salas de clase de una escuela, y a su vez en todas las escuelas de un mismo territorio es la escena perfecta para la pedagogía comeniana. Frente a esta situación surge la armonización de las actividades de todos los docentes, alumnos y escuelas pertenecientes a un mismo espacio nacional, que supone la creación de un “calendario escolar único”. (Narodowski, 2007, Pág. 97)
Comenio sintetiza en su obra que “(…) el hombre será hombre si es formado, si es educado.” (Narodowski, 2007, Pág. 99) y sostiene la noción de Utopía, definiendo al hombre como constructor del pensamiento, con la capacidad de imaginar una instancia superadora y de organizar todos los elementos hacia esa instancia.
Con respecto a la capacidad del hombre de ser formado (educabilidad) es el educador el responsable de hacerlo de forma ordenada y adecuada. Siendo la Pansofia el ideal utópico igualitario que proclama (con una intensión universalizadora) “enseñar todo a todos”, pretendiendo incluir a todos los sectores sociales en el proceso de escolarización, y especialmente a los más desfavorecidos.
Para Comenio los castigos debían ser públicos, con el fin de que sirvieran de ejemplo a todos los alumnos. Siendo la prevención de las transgresiones y los castigos innecesarios cuando el método era correctamente aplicado por el maestro.

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