EN BUSCA DE UN HOMBRE COOPERATIVO

De acuerdo a la lectura del hombre cooperativo, se puede discernir qué; el mismo trayéndolo a la actualidad, hace referencia que en su vida laboral y personal debe actuar de manera honesta, con sentido de responsabilidad y calidad humana, debe poseer unos comportamientos personales definido y tener relaciones personales excelentes.

De igual se cataloga porque es una persona que tiene la capacidad de trabajar agrupada mente en virtud de ejecutar una tarea común, facilitando el trabajo en equipo evitando surgimiento de problemas; y como lo afirma el texto “el hombre cooperativo”, es un hombre con deseos de lucha y superación, con entrega total a su trabajo y a los demás sin ambicionar una riqueza económica.

Como cualidades específicas de una persona se resalta: la seriedad, equilibro emocional; deseo de servir, creatividad, entusiasmo, imaginación, iniciativa, perseverancia, eficacia y eficiencia.

Prima también la moral de las personas cooperativas es decir, resalta las acciones correctas, la libertad propia y de los demás, la verdad, se aceptan las personas como cada uno es, pero debe obrar con buena voluntad. El jefe es el mejor de todos y da el ejemplo a los demás.

El hombre cooperativo además de tener un éxito económico debe transcender por sus buenas acciones, motivar a los demás a la lucha continua, a desarrollar su trabajo inspirando confianza honestidad y calidad en su trabajo, un hombre centralizado y transparente.

Aquel hombre cooperativo debe ser líder y emprender una administración exitosa, con responsabilidad para dirigir una empresa, en donde todos tengan capacidad de ejercer una buena labor con sentido de compromiso y responsabilidad.

Como vemos hoy en día se observa que las empresas a la hora de contratar personal, lo que buscan y el perfil que analizan es que sean personas integras, que no solo se basan en exigir una profesión y desempeñarse muy bien en una determinada área, sino que es también importante poseer buenas relaciones humanas, trabajar en equipo (cooperar), de igual que sean personas con capacidad de enfrentar una situación y resolverla; pues es claro que se debe ser personas con sentido de pertenencia, ir mas allá de lo que se necesita y dar todo el esfuerzo para lograr un objeto común.

Hoy, cuando las empresas privadas han concentrado su capital en grandes proporciones, revistiendo, entre otras formas, las de publicaciones, y aun yendo más allá en un nivel superior, de concentración internacional en las llamadas empresas transnacionales, se requiere necesariamente la integración de las cooperativas para aunar esfuerzos, reunir capitales y mejorar las técnicas de distribuir y producir bienes y servicios. La fortaleza y prosperidad de los movimientos cooperativos dependen en gran medida de su capacidad económica.

Hoy en día somos en el mundo “900” millones aproximadamente los hombres y mujeres que creemos en la solidaridad y en la cooperación para satisfacer, como hermanos lo que en verdad somos nuestras necesidades de trabajo, distribución y consumo de bienes y servicios, de las otras exigencias de nuestra naturaleza humana, como las de vivir en un clima social donde imperen la justicia y la libertad. El modelo socialista autoritario y burocrático, conculcador de libertades, ha ido desapareciendo de la faz del planeta. Es la gran oportunidad histórica entonces de este socialismo democrático, participativo, asociacionista, comunitario, autogestionario, “utópico” como le llamaban despectivamente algunos adversarios suyos que es el cooperativismo.

En otro orden de ideas, no debemos

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