ENSAYO SOBRE DERECHO CONSTITUCIONAL

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SINTESIS DE OPINION

Dentro de los economistas más destacados del siglo XX, se encuentra el inglés John Keynes, (Cambridge, 1883 - Firle, Sussex, 1946), donde lo primero que debe decirse sobre Maynard Keynes es que era un hombre extraordinariamente inteligente, cuya obra principal es “Teoría General”, publicada en 1936. Keynes fue un inversionista grandioso y tal como indica el texto adjuntado en el foro, en el año 1929 ( La gran depresión y crisis del 29”), donde casi queda en banca rota, pero se fue recuperando paulatinamente, en los Estados Unidos, los ingresos reales disminuyeron entre un 40% y un 50%, y el desempleo alcanzó un 25%, tales impactos se extendieron a la economía del resto del mundo.

La gran depresión duró unos 10 años, y parecía que la economía no iba a recuperarse, hasta que surgió la obra de

Keynes, quien con sus recomendaciones logro reactivar el sistema capitalista. Pronto fue nombrado para la Comisión Real para la Moneda y Finanzas de la India, donde mostró considerable talento para aplicar la teoría económica a los problemas prácticos, lo cual era dotado de habilidades formidables en el campo de la inversión y matemática.

La teoría keynesiana sostiene que los componentes de los ingresos nacionales son el consumo, la inversión y los gastos del gobierno.

Cabe hacer presente que la economía keynesiana, puntualmente se centró en el análisis de las causas y consecuencias de las variaciones de la demanda agregada y sus relaciones con el nivel de empleo y de ingresos. El interés final de Jhon Keynes fue en poder dotar a unas instituciones nacionales o internacionales de poder para controlar la economía en las épocas de recesión o crisis, lo cual postuló que en ciertas situaciones es económicamente racional no gastar dinero. En ello se puede citar el ejemplo en que si los precios están bajando es racional no comprar hoy porque con el mismo dinero se comprará más la semana que viene.

Este control se ejercía mediante el gasto presupuestario del Estado, política que se llamó política fiscal. La justificación económica para actuar de esta manera, parte sobre todo, del efecto multiplicador que se produce ante un incremento en la demanda agregada.

Podemos indicar que Keynes, refutaba la teoría clásica de acuerdo a la cual la economía era regulada por sí sola, lo que tiende automáticamente al pleno uso de los factores productivos o medios de producción (incluyendo el capital y trabajo).

El consejo de Keynes era el de hacer un enérgico uso de la política fiscal que eran impuestos y gastos gubernamentales, en resumen él indicaba que el estado podía sacar la crisis devastadora de los 30”.

El no aceptaba a los clásicos decía que era inaceptable para él, el clasismo. Por el mismo hecho keynes no aceptaba la ley de Say, ya que para él, el equilibrio entre el ahorro e inversión no era cosa sencilla como lo era para los clásicos.

Keynes, contradice la ley de Say sosteniendo que al generarse un exceso de oferta no disminuye el precio sino que el mercado se mantiene un largo tiempo en situación de desequilibrio (o equilibrio sin pleno empleo) o desempleo (Según Say nunca habría desempleo porque siempre que se oferte trabajo, éste se demandará). El argumenta que la solución a este estado de desequilibrio debe provenir desde el Estado, el cual deberá poner en práctica la política económica traducida tanto en políticas fiscales, aumentando el gasto público, interfiriendo en la cuestión impositiva y demás, como en políticas monetarias.

En una crisis económica actual la teoría de Keynes se fundaría según mis fundamentos en solicitarle a los gobiernos, que deban estar dispuestos a solicitar dinero prestado a otros, imprimir más billetes, y también invertir en obras públicas para reactivar el crecimiento, actualmente resulta inédito pensar que con estos hechos pudiésemos tener logros en la mejora de una crisis económica, pero aún no han sido aplicados y pudiesen servir ante este evento. Quizás ni el propio Keynes podría explicar que con sus exclamaciones refundadas en los años 30”, podrían funcionar o quizás resolver nuestros problemas actuales. También no podemos diferenciar una crisis económica actual con lo vivido o secuelas de una guerra catastrófica como es el caso de la primera y segunda guerra mundial, pero si podemos enlazar su parecido en los riesgos que se comparan a los de Europa de 1919, lo cual una depresión profunda aumentaría

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