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El Liberalismo


Enviado por   •  22 de Junio de 2014  •  2.136 Palabras (9 Páginas)  •  147 Visitas

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El liberalismo proviene de la Ilustración, aunque por vía de ruptura, que es la revolución liberal.

El intento de revolución con orden de los ilustrados, su intento de revolución desde arriba, se les irá de las manos y provocará la revolución violenta y desde abajo que les derribará también a ellos.

Pero todos los planes de "reformas" revolucionarias de los ilustrados, de las que sólo realizan ellos una pequeña parte, serán realizadas por los liberales.

Y las ideas desencadenantes son las de los ilustrados.

Se basa en la proclamación de la libertad sólo con las normas éticas del propio individuo, sin reconocerle autoridad sobrenatural a la Iglesia para enseñar infaliblemente las normas morales, es la proclamación de la libertad absoluta, en la creencia de que el derecho de cada individuo es total y absoluto y que cada individuo tiene derecho a todo sin que existan más normas éticas que las que él mismo se dé o acepte, sin aceptar en la práctica normas objetivas que le obliguen a nada. (Absoluto quiere decir desligado).

En realidad, es consecuencia de la creencia racionalista de que no hay nada por encima de la razón humana. Spinoza, el máximo filósofo racionalista, ya proclamaba en el siglo XVII que el hombre en estado de naturaleza tiene derecho a todo, hasta donde llegue su fuerza. También se basa Spinoza en el mito del Contrato Social precediendo a Hobbes, Locke y Rousseau.

Rousseau es el que dice que la libertad en el estado de civilización, de sociedad, consiste en la alienación total de cada individuo y de todos sus derechos (absolutos según él) entregándolos y entregándose al colectivo social. Por consiguiente, el Pueblo Soberano, el colectivo social de Rousseau y de sus seguidores tiene un derecho ilimitado, es un soberano absoluto, el más absoluto de todos. No tiene nada por encima, ni humano, ni divino, creen ellos.

Pero en Spinoza y en el liberalismo propiamente dicho, la libertad se basa en el determinismo, la libertad la proclaman como absoluta porque creen que se actúa por necesidad, no con libre albedrío responsable, sino que todo está permitido porque todo está determinado: "la libertad constituye una fuerza vital inseparable de la necesidad. ¿Puede haber, en resolución, prontuario más liberal?", dice Fernando R. Genovés, uno de los creyentes en el liberalismo y en Spinoza (Benedictus de Spinoza, democracia y virtud, por Fernando R. Genovés, LIBERTAD DIGITAL. Martes, 13.12.2005).

Los liberales hablan de la necesidad de las normas morales, pero, al no reconocerle a la Iglesia autoridad sobrenatural para enseñarlas infaliblemente, constatan que cada uno da unas normas y considera inmoral lo que otros consideran lícito;

y se lamentan los liberales de no poder saber siempre con seguridad si algo es inmoral o no, siendo así que las normas morales son cognoscibles por la luz natural de la razón; y aún se lamentan más de que las normas morales no se cumplen siempre, sino cada vez menos, al renunciar a los medios sobrenaturales de la Iglesia para cumplirlas siempre o repararlo.

Y se dan cuenta de que la pretensión de que un consenso de sabios establezca las normas morales sólo aportará una versión discordante más, no cognoscible ni practicable generalizadamente al no ir dotada de más medios que los policiales o las predicaciones ateas. Como el esperanto es un idioma más. "Su moral evoluciona en función del consenso de las sociedades".

El liberalismo, además de la proclamación de la libertad absoluta, tiene como bases:

La doctrina del Pueblo Soberano en lo ideológico

El parlamentarismo en lo político

La doctrina del Pueblo Soberano, o de la Soberanía Nacional es la creencia número uno del liberalismo en el plano ideológico. Lleva consigo la negación o rechazo de la doctrina tradicional de que el poder viene de Dios, aunque se suele expresar diciendo que el poder reside en el Pueblo o en la Nación y que del Pueblo o de la Nación emanan todos los poderes.

El parlamentarismo es en el plano político la definitiva expresión del liberalismo: quien ejerce ese poder total y absoluto del Pueblo Soberano es quien controla el Parlamento, son los representantes de ese Pueblo Soberano absoluto o Nación soberana.

Bien sean elegidos por sufragio restringido de tipo censitario (sólo votan los ricos), como es característico del liberalismo decimonónico.

O bien sean elegidos por sufragio universal, que definirá el liberalismo democrático o democracia liberal que se generaliza en Occidente en el siglo XX.

La doctrina de la separación de poderes de Locke y de Montesquieu, que sirve para la llegada al poder de los liberales en la primera fase, derribando la monarquía absoluta,

quedará eclipsada por el ensanchamiento de ese poder, hasta ocuparlo totalmente en las fases siguientes con la plena imposición del parlamentarismo y del sistema de partidos, sustituyendo el absolutismo monárquico por el absolutismo del partido que tiene la mayoría en el Parlamento y que, desde el Parlamento, controla los tres poderes, diferenciados ya sólo de nombre.

No es lo mismo liberalismo que democracia, puesto que ya eran liberales cuando se basaban en el sufragio censitario (derecho de voto sólo de los ricos).

No es lo mismo parlamentarismo que democracia, porque existe el parlamentarismo, como poder supremo de quienes controlan el Parlamento, desde las revoluciones inglesas del XVII y desde las revoluciones liberales del XVIII y del XIX, y sin embargo, esos parlamentarios no tenían representatividad, porque actuaban en nombre del Pueblo con mayúscula, pero excluían al pueblo real de la participación política.

No es lo mismo el parlamentarismo que la existencia de los Parlamentos.

Los Parlamentos, Cortes, Estados Generales existen desde la Edad Media como expresión inicial de la participación del pueblo en el poder.

La democracia es una idea que existe desde la antigüedad clásica.

La democracia se define en la Edad Media como la participación del pueblo en el poder "eligiendo gobernantes de entre el pueblo y por el pueblo" de forma que actúen según la justicia, como expresa por ejemplo santo Tomás de Aquino en el siglo XIII. También los electores deben elegir según la moral a los gobernantes. Esta democracia tradicional, muy diferente de la democracia liberal, es una democracia participativa y no la base de un poder absoluto.

Apenas empezaba

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