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El desarrollo histórico artístico balcón


Enviado por   •  14 de Octubre de 2014  •  Trabajos  •  2.386 Palabras (10 Páginas)  •  165 Visitas

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EVOLUCIÓN HISTÓRICA ARTÍSTICA

1. EL ECLECTICISMO DEL S. XVI

Durante gran parte del siglo XVI la estructura de las casas limeñas era muy amplia, cómoda y similar en su distribución. Pero a finales del siglo aparecerán otros barrios como: S. Lázaro, el Cercado, S. Jacinto, Chacarilla, Santa Ana, etc. Donde las casas comenzaron a variar en dimensiones y aspecto, de acuerdo con la condición social y los medios económicos de sus moradores, muy diferentes a los privilegiados conquistadores.

A finales del siglo XVI las casas particulares triplicaron la superficie inicial de la ciudad por su gran extensión; la arquitectura religiosa influyó sobre la civil, aunque en Lima se daría en mayor medida en los siglos XVII y XVIII, con la arquitectura claustral. Desde el siglo XVI los patios de Lima mantendrían una gran relación con los claustros y patios de las casas andaluzas, estucados de cal, como los de Sevilla, Écija u Osasuna.

Los primeros pobladores colocaron el balcón en los frentes de las casas por coincidencia con el clima suave y sin lluvia de Lima, similar al de Egipto y a las costas áridas de algunas regiones de África, lugar de donde proceden originalmente.

Los balcones que sobresalían de la pared una media vara y se apoyaban sobre canecillos finamente labrados, se denominaban celosías o ajimeces. Tenían pequeños balaustres o calados con entrepaños y tableros horadados y el atepecho volado sobresalía ligeramente. El espacio de estos balcones era tan amplio, como para poder pasear de pie o mirar a través de la discreta celosía. En 1555 Lima ya tenía casas de dos pisos y algunos con balconerías, es decir, que veinte años después de la fundación de la ciudad ya existían balcones.

Los balcones y la portada eran el lujo exterior de la casa y decían de la riqueza del propietario, además, no eran habituales en este momento. Los balcones más hermosos tenían refinadas celosías y sus ensambles eran rectos, en forma de pequeños cuadros rectangulares cortados a escuadra, como los de Torre Tagle.

En la actualidad no se conserva ningún balcón del siglo XVI pero gracias a las crónicas de algunos autores y/o investigaciones anteriores sobre la ciudad de Lima podemos saber que dichos balcones se realizaban como rectángulos de madera con celosías y recuadros grandes, y lisos en el entablamento. Solían estar pintados de color verde olivo oscuro o barnizados de color natural. Tal vez sea de este estilo el largo balcón que aún hoy se conserva en la casa que hace esquina en la plaza mayor de la ciudad “La Casa del Oidor”, de principios del siglo XVII. Aunque no queden en pie balcones del siglo XVI tal parece ser que tenían las cuatro partes esenciales que antes señalábamos; pero a pesar de los estilos que imperaban en la época cabe resaltar que lo que más se buscaba con los balcones en esos tiempos era la comodidad, iluminación y ventilación de las casas, además de la elegancia y el ornato.

2. EL BALCÓN DEL S XVII. Protobarroco-Bajo Renacimiento

A principios del siglo XVII Fr. Buenaventura de Salinas y Córdova en su Memorial de Historia de Nuevo Mundo, describe las calles de Lima diciendo: “Todas por su igualdad, anchura y rectitud, son vistosísimas, y también porque los edificios que por esta ciudad se han labrado a mucha costa, y cada día como va creciendo siempre la mayor parte, tienen altos y bajos con muy hermosos y muy vistosos balcones y ventanas…”1

Las portadas del siglo XVII ostentaban un barroco compacto y nítido. Eran pulcras, precisas y a veces muy lujosas, pero siempre cargadas de unidad con sus fuertes relieves y vivo colorido. El añil se utilizó mucho para los muros y el almagre para las cornisas.

El modelo de balcón del siglo XVII tendrá las cuatro partes esenciales, pero se diferenciará por el estilo y decoración del mismo, el color verde olivo oscuro o el barniz natural.

En 1634 comienza a hacerse la casa de D. Alonso de Vargas de Carvajal y en la esquina se trazaba un amplio balcón que tomaba los dos frentes con sus canes labrados en “boca vieja” y “picadillo”, tableros trenzados y calados, dos andanas de balaustres y celosías de amarillo. El balcón iba colocado sobre una ventana ajimez en el primer piso, con su columna de piedra de Panamá, con dientes cuadrados y adornados con repisas y arquitrabe, friso y cornisa dórica, con sus pilastras, basas y capiteles.2

El balcón engalanó la ciudad y se engalanó el mismo, pues además de su adorno externo, en su interior se adornaría con un arrimadero revestido de azulejos.

Del siglo XVII encontramos otros tratos para las obras de balconería. Un claro ejemplo sería el balcón esquinado que abarcaba dos calles, de cuatro varas de largo en cada una, con el mismo hueco del balcón grande que tenía la casa.

La Casa de Pilatos o Casa de Jarava, poseía uno de los ejemplos más significativos. Esta casa perteneció a la marquesa de San Lorenzo de Valle Umbroso, después fue Colegio Fiscal de niñas y más adelante el Instituto Nacional de Cultura. El interior ha sido muy reconstruido debido a los continuos temblores que ha sufrido. El balcón donde se encontraba el Museo de Arte Taurino, actual sede del patronato de Lima, situado en Jirón Superunda, destaca por su sencillez y belleza sobre el color rojizo de la fachada, con un característico estilo del siglo XVII. Está pintado de verde y se extiende de extremo a extremo de la portada central. Las ventanas son vanos rectangulares y se conservan los bastidores con celosías moriscas. El friso del balcón también está calado y tiene pequeños balaustres, con un hermoso remate de cubierta sobrevolada.

1FR. VENTURA DE SALINAS Y CÓRDOVA. “Memorial de las Historias del Nuevo Mundo del Pirú”. Lima, 1630. Colección Clásicos Peruanos. Ed. Universidad Mayor de San Marco. Vol. I. Lima, 1957.

2HARTH-TERRE, E. La casa virreinal de Lima, Lima, 1959. Pág. 19. 

3. EL BALCÓN DESDE 1670-1746. Barroco

A pesar de los daños ocasionados por el terremoto de 1655, los balcones de cajón no se eliminaron. Por el contrario, estos cambiarían su estilo y decoración, como ejemplo de transición, tenemos un balcón que hoy se ha perdido, el de la Casa de Micaela Villegas, la “Perricholi”. Integra una de las páginas más bellas de la historia del Rímac.

Mientras el siglo XVII se distinguió por su austeridad y hondo sentimiento religioso ya

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