Escuela Marginalista
CarolinaGarciaG27 de Junio de 2013
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La escuela Marginalista.
Definición:
El marginalismo o la escuela neoclásica es una escuela de pensamiento económica surgida a mediados del siglo XIX, en parte, como reacción a la escuela clásica. Los marginalistas introdujeron un lenguaje formalizado, que llevó a la asimilación de la matemática en la economía. Entre otros desarrollos, el marginalismo es responsable del individualismo metodológico que caracteriza muchos de los estudios en el área incluso en el presente.
Origen:
Se llama marginalismo o escuela marginalista al desarrollo del pensamiento económico surgido en el siglo XIX y en parte como reacción a la Economía clásica. Los marginalistas introdujeron rigurosidad a los conceptos y estudios lo que llevó a una matematización de la disciplina.Entre otros desarrollos, el marginalismo esresponsable por el individualismo metodológico que caracteriza muchos de los estudios en el área incluso en elpresente.A pesar de algunas tentativas anteriores de matematizar la economía por ejemplo el trabajo de William Petty generalmente se considera que el primer intento exitoso de introducir métodos matemáticos a la economía fue el de Antoine Augustin Cournot matemático de profesión quien utilizo el cálculo a fin de explicar la conducta deconsumidores y empresas Cournot definió el concepto de costo marginal e ingreso marginal y mostró como las empresas pueden maximar su ganancia a manteniendo su producción en el punto en el cual ambas cantidades se igualan.
A comienzos de los años 1870, y más exactamente entre 1871 y 1874, tres autores, de diferentes formaciones intelectuales, y trabajando de manera independiente, publicaron trabajos cuyos contenidos son sorprendentemente próximos. Ellos son Stanley Jevons en Inglaterra, Carl Menger en Austria y Leon Walras en Suiza, y se les reconoce como los fundadores del marginalismo. Esta escuela de pensamiento se desarrollará rápidamente, siendo el germen de una ambicioso programa de investigación para la economía que desde entonces ya no se circunscribirá a las fronteras de Inglaterra, y que conoce un éxito tal que puede considerársele como la escuela dominante hasta el nacimiento del pensamiento keynesiano en los años 30.
Esta nueva perspectiva se caracteriza, en primer lugar por su tema inicial: las reflexiones sobre la utilidad marginal decreciente de los bienes de consumo. Pero los autores descubren inmediatamente que los principios de este domino particular son fácilmente generalizables. De ahí el tema principal: el marginalismo aplicará procedimientos de maximización a las diferentes variables económicas razonando en el margen, es decir sobre la última unidad del bien consumido, producido, intercambiado o retenido. Si se tratase de resumir el razonamiento marginalista en una frase, diríamos que la utilización óptima de un recurso dado se obtiene cuando no hay ya ninguna ganancia neta a obtener del desplazamiento de una unidad de tal recurso de un empleo a otro. El óptimo nace así de la igualación en el margen de las utilidades de los recursos en los distintos usos posibles. Este es un principio universal, a partir del cual se construye una teoría del comportamiento de los agentes individuales de la economía, basado en la racionalidad de las decisiones económicas.
Además, ya que se trata de maximizar funciones objetivo, no hay que sorprenderse del empleo de las matemáticas admitido y reivindicado por la mayor parte de los autores aunque puedan hacerse muchas excepciones (entre ellas la de la llamada escuela austriaca). En resumen, las tres características esenciales del marginalismo son: la maximización como referencia del comportamiento, el cálculo en el margen como principio de racionalidad y las matemáticas como técnica de análisis. El marginalismo tiene entonces la ambición al mismo tiempo del rigor y la generalidad. Pero esta ambición no va a conseguirse sin cambiar los cuestiones planteadas por el análisis económico y puede dar lugar al reduccionismo. Hemos visto que la teoría clásica, construída a partir de la oposición entre el trabajo y la avaricia de la naturaleza en un contexto de competencia pone el acento en los problemas del desarrollo económico y de la distribución y era por ello en fundamentalmente macroeconómica y dinámica. El pensamiento marginalista, por su parte, dedicada a la búsqueda de la mejor utilización posible de los recursos dados, tendrá como tendencia el considerar como fijo lo que los clásicos consideraron como variable y a hacer de la economía algo esencialmente microeconómico y estático.
Crítica a la escuela clásica
Como es generalmente aceptado1 la economía o escuela clásica centra su atención en los grupos o clases de individuos. Estudia lo que determina los salarios en general, en lugar de lo que recibe cada trabajador. Asimismo, se interesa en qué ocasiona que la tasa de ganancia suba o baje, más que los factores que ocasionan la ganancia de una empresa particular, etc.
Una segunda característica del clasicismo es su interés en la generación y distribución de la plusvalía. Empezando con Quesnay, los economistas políticos se interesaron en el fenómeno del resultado "extra" del proceso de producción. Lo anterior llevó al desarrollo de una teoría del valor específica, así como a tentativas de explicar la mayoría de los fenómenos económicos en relación a ese concepto. A su vez, llevó a una situación en la cual algunos buscaron clarificar y formalizar tales términos y la disciplina misma.
Precursores:
La revolución marginalista representa ciertamente una ruptura. Pero esta ruptura tiene una historia previa. Antes de los fundadores, los precursores, ignorados en su tiempo, intuyeron los conceptos que luego serían redescubiertos.
1.. Cournot (1801-1877): maximización del beneficio, monopolio y duopolio
Con las Recherches sur les principes mathematiques de la theorie des richesses (1838), Cournot, matemático célebre, aparece incontestablemente como un precursor del marginalismo, pero en un sentido distinto de lo que lo serán un poco más tarde Gossen y Dupuit. Cournot no se interesa por la utilidad. Él considera que la determinación del valor de cambio (el precio) es el hecho económico elemental. Sin duda la utilidad participa en tal determinación, pero su influencia se puede ignorar. En el mercado aparecen los precios y las cantidades, y estas variables deben constituir el punto de partida. Además, las relaciones entre precios y cantidades se pueden formalizar algebraicamente. Las leyes económicas se expresarán entonces naturalmente en lenguaje matemático, y más precisamente en funciones, en derivadas y en procedimientos de maximización. La aplicación de esta concepción dio lugar a una obra original considerada habitualmente como el primer tratado de microeconomía. Su arquitectura general se construye a partir del análisis del monopolio, que Cournot considera como la situación más simple, pasando por el estudio del duopolio y el oligopolio, en intentar generalizar los intercambios para construir una teoría de un mercado competitivo. Pero son todo los estudios del monopolio y del duopolio los que justamente convierten al autor en un clásico.
En primer lugar Cournot describe la situación de un productor único enfrentado a una demanda de mercado. Cournot plantea, como una evidencia impuesta por la realidad, una función de demanda relacionada inversamente con el precio:
Esta es la primera función de demanda que aparece explícitamente en la literatura económica. Cournot la escribe pero no establece sus fundamentos: si la utilidad tiene alguna influencia sobre la demanda, esta no se menciona. El ingreso total del monopolista se deriva inmediatamente, lo que permite, derivando con respecto al precio, deducir la función de ingreso marginal. Además, el monopolista debe tener una función de costes que dependen de las cantidades producidas. En estas condiciones el monopolista buscará maximizar su beneficio, lo que obtiene derivando el beneficio total con respecto al precio e igualando a cero. Las condiciones de segundo orden aseguran que se trata efectivamente de un máximo. El monopolista debe entonces producir una cantidad tal que de acuerdo con la función de demanda permita igualar el coste marginal con el ingreso marginal.
El el caso del duopolio, la demanda se dirige dos productores con lo que se abre la via para que entre ellos exista un comportamiento estratégico. Cada productor puede estar dotado de una función de costes dependiente de las cantidades producidas (y vendidas) y maximiza sus beneficios. Para un productor el óptimo, que se obtiene maximizando la función de sus propios beneficios, le permite obtener su nivel de producción en función de la producción del otro. Esto permite a Cournot trazar la evolución de la producción de cada productor en función de la producción anunciada por el otro. Esta curva, denominada de reacción también puede obtenerse para el otro productor y con ambas es posible obtener la solución de equilibrio y la dinámica que permite que este se alcance. Esta solución será contestada más tarde. )Por qué no podemos admitir que los duopolistas cooperen, mediante acuerdos colusorios, en lugar de hacerse competencia? Por otra parte, las decisiones de producción de uno se toman en función de las decisiones de producción del otro: )por qué descartar la competencia vía precios en lugar de cantidades?. Además, en el modelo las decisiones se encadenan siguiendo una secuencia de errores de previsión: )podríamos pensar que las curvas se modifican en función de los errores? A pesar de todo eso, el aporte de Cournot
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