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HISTORIA ARGENTINA

AlbertoRicattiEnsayo21 de Octubre de 2019

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1- En 1929 coexistían 4 centrales obreras: la FORJA (anarquista), la COA (socialista), la USA (sindicalista) y el CUSC (comunista). Hacia 1930 el escenario donde actuaban las organizaciones de trabajadores  se modifico profundamente debido a la crisis económica y política que atravesaba el país. Se van a dar cambios en la estructura económica que  van a dar paso a un proceso de industrialización. En este contexto los sindicatos apolíticos van a ser desplazados por aquellas organizaciones que contaban con alguna vinculación política, ya que iban a contar con una fuerza externa que podría proporcionar ayuda[1]. Con el golpe de estado, además de la crisis que genero altos índices de desempleo, las organizaciones van a sufrir una gran represión por parte del gobierno de Uriburu, por la cual los sindicatos anarquistas y socialistas son empujados a la clandestinidad y dejaran de funcionar temporariamente. Las patronales van a aprovechar la situación para rebajar salarios  y despedir trabajadores. Como respuesta, el 27 de septiembre, los integrantes de la COA  controlada por los socialistas; la USA controlada por los sindicalistas y un grupo de autónomos se van a unir para formar la CGT. El sector sindicalista había desarrollado, durante el gobierno radical, el hábito de depender del gobierno. Debido a esto la CGT tuvo una política de cooperación con el gobierno. Sin embargo poco pudo hacer más allá de alivianar la situación casi desesperante de los trabajadores. Con la asunción de Justo en 1932, si bien la situación económica no cambio inmediatamente, el clima va a mejorar para muchos sindicatos ya que se va a aplacar la represión. Si bien los anarquistas nunca pudieron recuperarse del golpe, para los comunistas la represión no tuvo el mismo impacto ya que la existencia de una estructura  partidaria le permitió sobrevivir. La CGT promovió la organización sindical a partir de cada rama de producción por la cual los sindicatos aparecerán con un número menor y más cohesionado. [2]

En el movimiento obrero tenían preponderancia los sindicatos pertenecientes a la CGT siendo la Unión Ferroviaria la más importante, relegando a FORA (anarquista) y a los agrupamientos comunistas. Con el término de la represión, los trabajadores trataron de recuperar el terreno perdido por lo cual se van a dar una gran cantidad de huelgas aunque la mayoría no prosperara. La respuesta del gobierno dependía del signo político de la protesta y la posición del sindicato en la estructura económica. De ahí que unas protestas fueran ignoradas y otras sufrieran una gran represión.  Esta ambigüedad se mantuvo durante el gobierno de Castillo pero la situación era más adversa. El movimiento obrero no conto con apoyo ni con hostilidad gubernamental pero en un contexto de sobreoferta de mano de obra que sería aprovechado por los empresarios.La mayoría de los sindicatos enfrentaban los problemas de la mala situación económica. Entre ellas las más importantes era la Unión Ferroviaria que dio muchas concesiones a cambio de que no haya despidos, aunque esto le generara problemas internos. La facción que tenía el poder era la sindicalista pero la socialista  fue acrecentándose. En 1934 se hará con el poder de la Unión ferroviaria abriendo una etapa de confrontación dentro de la CGT.  La unidad del movimiento obrero se dificultaba por incompatibilidad ideológica o por choques personales y si bien la CGT, a pesar de que sostenía que había unido al movimiento, esto no era tan así, ya que los anarquistas estaban por fuera continuando en la FORA. Tampoco se incorporaron los comunistas que, a diferencia de los anarquistas, siguieron en crecimiento con apoyo del partido. El verdadero problema estaba dentro de la CGT por la rivalidad entre sindicalistas (que sostenían que debían mantenerse próximos al gobierno) y socialistas (que admitían la participación política y querían distanciarse). Se va a dar un cambio en la relación de fuerza que no se reflejara en la estructura de la CGT ya que los Socialistas tendrán el control de la UF pero a diferencia de antes no votaran en bloque, los que les hubiese permitido dominarla.  En 1935 como consecuencia de esta politización  la CGT se divide en dos: una socialista y otra sindicalista. La UF apoyaba al sector socialista por lo cual los sindicalistas quedaron marginados[3].

Con la recuperación de la economía los sindicatos con predominio comunista constituyeron el sector más dinámico del movimiento obrero. El aumento de la influencia comunista se relaciona con el aumento de la sindicalización en la industria. La creación de la FONC y la afiliación de esta a la CGT les otorgo mayor influencia dentro del movimiento obrero. La buena relación entre comunistas y socialistas se romperá cuando Hitler y Stalin firmen en 1939 un pacto de no agresión. En realidad la disputa era para ver quien controlaba el movimiento obrero. La situación interna también se complejizo cuando Castillo retomo el fraude y recorto libertades[4].

En 1942 la CGT se dividen en 2: la CGT 1 comandada por José Domenech que agrupaba a los sindicatos socialistas entre ellos la UF y la CGT 2 conducida por Pérez Leiros  donde se agrupaban los comunistas de la construcción, la carne y los gráficos y agrupaba también a  los socialistas de empleados de comercio y municipales.

El golpe del 43 fue bien recibido por algunos sectores sociales pero no por los trabajadores si bien el gobierno les aseguro satisfacer las justas reivindicaciones laborales pidiéndoles colaboración a los sindicatos, limitándose estos solamente a su actividad gremial dejando la política de lado. Igualmente el gobierno va a intervenir la UF y la LF. El motivo de dicha intervención podría haber sido preventivo, ya que estos dos sindicatos estaban en condiciones de paralizar el país. Otro motivo podría haber sido que, proscripta la CGT 2 por tener lazos comunistas, la intervención significaría el vaciamiento de CGT 1, lo que daba una situación propicia para unir al movimiento obrero. Mientras tanto el gobierno tomaba  medidas favorables a los trabajadores. Pero más allá de las ambigüedades, predominaba la línea autoritaria y represiva. Sin embargo se veía una línea más flexible de abordar la problemática obrera.

Una crisis dentro del gobierno militar fortalece al grupo de Perón por lo cual Farrel asume la presidencia en el 44. Perón  se va a hacer cargo de la Secretaria de Trabajo y Previsión que se encargaría de apoyar a las organizaciones sindicales pero de manera selectiva, rechazando la influencia de comunistas y socialistas. Además va a promover la afiliación de los trabajadores, los sindicatos se van a haciendo cada vez más fuertes.  Destacan el rol como nueva defensora de los trabajadores ya que  con su gestión se obtendrán grandes beneficios Los propios socialistas no podían de dejar de admitir los avances que se estaban logrando pero acusaban que el concepto sindical del gobierno era corporativista. Ante la tenaz resistencia de los sindicatos comunistas no vacilo en fomentar la división creando sindicatos paralelos que obtenían mejores condiciones para sus afiliados  la discriminación alcanzo también a los sindicatos socialistas que se negaban a colaborar con la stp cuyas ataques a la política de perón eran  cada vez más virulentos [5] .

El cese de la dialéctica política entre la CGT y el gobierno no anuló la participación de los sindicatos en la redefinición del lugar de los trabajadores en el ámbito del trabajo y la sociedad. Este lugar que preservaron les permitió salir indemnes a la caída del régimen peronista. Entonces, a pesar de la creciente centralización de los controles políticos en manos de Perón, el movimiento obrero organizado se afianzará como un factor de poder por derecho propio y adquirirá una influencia sobre las políticas pública nunca antes alcanzado. De este modo, la movilización de los trabajadores y el protagonismo militante de los sindicatos no cesó con la instalación de Perón en la presidencia[6].

2-  A partir de 1930 y como consecuencia de la crisis económica mundial,  economía de la cual nuestro país  era totalmente dependiente, Argentina experimentara un crecimiento en su industria. Lo particular del caso argentino es que en esta época, el control del estado lo ejercen las fuerzas conservadoras, que representaban los intereses de los más poderosos beneficiarios  del modelo agroexportador[7].  Este grupo hegemónico empezó a incluir los intereses industriales, que antes eran antagónicos, en una alianza con el fin de equilibrar el sistema. La idea de la elite dominante era expandir y consolidar al grupo manufacturero. En este proceso de industrialización por sustitución de importaciones las inversiones se volcaran hacia textiles, metalurgia y comestibles, orientándose la producción hacia bienes de consumo. Murmis y Portantiero exponen que en los países exportadores de materias primas, como la Argentina, el crecimiento industrial limitado no perjudica a los sectores agropecuarios, en especial cuando el esquema clásico de división del trabajo deja de funcionar ajustadamente. El modelo agroexportador dejara de tener vigencia frente a las respuesta proteccionistas  de los países centrales, entonces parecía concluir el ciclo de la economía primaria  exportadora como núcleo excluyente.[8]

 El comienzo del avance industrial va a ser una consecuencia indirecta de la crisis, la disminución de las exportaciones hacen que se carezca de divisas para importar mercaderías, por lo cual el crecimiento industrial  se limitara a cubrir   un vacío llenado por los bienes de consumo importados. Este proyecto controlado por la oligarquía, solo se limitara a esos productos sin diversificar el mercado interno y sin necesidades de grandes inversiones en maquinarias[9].

Al quebrar el modelo agroexportador había dos alternativas: o se paralizaba la economía esperando una coyuntura más favorable o modificar la estructura productiva  reduciendo algunas importaciones y sustituyéndolas por producción local. Este es el camino que fue impulsado por las políticas gubernamentales (ISI). La política económica de Pinedo, ministro de hacienda, propone que las clases dominantes se reorienten y articule los marcos de enfrentamientos entre sectores rurales e industriales reagrupando sus fuerzas.[10] Para la definición de esta nueva política, llamada Pacto Roca-Runcinam, adquirirá una influencia determinante, como nudo central que condicionara el cambio de las orientaciones de una fracción de los propietarios terratenientes. A partir de su firma ,el sector agrario más poderoso, por ser el más ligado al comercio mundial definirá el nuevo ajuste y se definirá un nuevo bloque de poder a partir de las alianzas entre las clases propietarias, en los que el sector industrial comenzara a tomar participación. Esta nueva situación hará que el papal del estado sea más importante y complejo. El convenio significaba la aceptación por parte del Estado argentino de las reglas del juego impuestas por los ingleses. Este pacto traía grandes recelos por parte de la Unión Industrial, el temor más serio derivaba de de la rebaja de aranceles para la importación de manufacturas inglesas. Hacia fines de 1933 se anuncia un Plan de Reestructuración Económica que incluye control de cambio, creación de juntas reguladoras de producción. Aparece una clara necesidad de que la industria no se enfrente a la hegemonía oligárquica mientras el papel de la industria es darle equilibrio al conjunto[11]

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