Herencia Cultural De Roma

Herencia cultural de Roma

Según algunos historiadores, especialmente Indro Montanelli en su muy conocida Historia de Roma, el origen de Roma se enlaza con la guerra de Troya, ya que uno de los héroes de esta guerra, Eneas, luego de la derrota sufrida se dirigió a la península itálica, llego a la región del Lacio, donde se caso con Lavinia, hija del rey Latino, y fundó una ciudad a la que le puso el nombre de su esposa.

Tiempo después, Ascanio, hijo de Eneas, fundó la ciudad de Alba Longa, convirtiéndola en la nueva capital de la región del Lacio. Posteriormente, dos de sus descendientes, Numitor y Amulio, ocupaban ambos el trono del Lacio y, como era de esperarse, surgieron problemas entre ellos, por lo que Amulio echo a su hermano del trono y asesino a todos sus hijos, excepto una, Rea Silvia, a quien obligo a hacerse sacerdotisa de Venus, a fin de evitar que tuviera descendencia.

Sin embargo, un buen día, siempre según la leyenda, el dios Marte vio a Rea Silvia y se enamoro perdidamente de ella, dejándola encinta. Rea Silvia tuvo dos gemelos (Romulo y Remo), a los que Amulio ordeno colocar en una balsa y echarlos al rio para que se ahogasen. Pero no fue así, la pequeña embarcación encalló en las orillas del rio Tiber y los gemelos fueron rescatados y amamantados por una lona, que con el tiempo se convirtió en símbolo de Roma.

Los gemelos volvieron a Alba Longa, mataron a Amulio, repusieron en el trono a Numitor y después, a las orillas del Tiber, sobre el monte Palatino, en el sitio donde había encallado la balsa, fundaron la ciudad y decidieron que la misma llevaría el nombre de aquel que venciera en la apuesta que al efecto hicieron y que ganaría el que hubiese visto mas pájaros. Rómulo gano la apuesta y por ello la ciudad llevaría el nombre de Roma.

Posteriormente, construyeron las murallas de la nueva ciudad, jurando dar muerte a quien las cruzase. Remo violo los límites de la ciudad impuestos por Rómulo y este, fiel a su juramento, lo mato, afirmando que así morirían todos los que intentasen profanar las fronteras de la nueva ciudad.

Esto sucedió en el año 753 antes de Jesucristo, exactamente el 21 de abril, día que aun se festeja como fecha aniversario de la ciudad.

Aparte de esta leyenda, lo cierto fue que los primitivos fundadores de Roma se establecieron en la colina del Palatino. En un principio, el pueblo romano estuvo formado por la unión de tres tribus: los latinos o ramneses, lo sabinos o titienses y los etruscos o lúceres.

Durante el gobierno de los reyes etruscos, Roma se convirtió en una verdadera ciudad. La influencia cultural etrusca fue muy profunda. Trasmitieron al pueblo romano algunos elementos propios, como el sistema de numeración, la costumbre de interpretar auspicios, el uso de la toga como vestimenta masculina, el arco de la arquitectura y la lucha de gladiadores. También transmitieron elementos que habían recibido de la influencia griega y que habían adaptado a su cultura, como el alfabeto, la escritura y algunos aspectos de la religión. La cultura del pueblo romano fue, entonces, el resultado de una fusión de elementos latinos y etruscos.

Para facilitar su estudio, se suele dividir la historia romana en tres etapas de acuerdo al sistema de gobierno de Roma, las que pueden identificar como:

La primera fue La Monarquía, la cual se remonta al origen de los romanos en la península itálica, donde hoy se encuentra Italia. Como en otras monarquías de la antigüedad, los monarcas romanos gobernaban junto con los hombres más ancianos de las tribus (reunidos en el senado) y con otros representantes de las mismas.

La segunda fase inicia cuando las familias nobles de algunas tribus logran expulsar a los reyes de Roma y establecen el mando de los cónsules. Estos gobiernan junto con los patricios (los representantes políticos de las familias nobles) y el senado. Tras largas luchas, nuevos grupos sociales consiguen intervenir en el gobierno, como los plebeyos, con lo que se logra una mayor actividad democrática en el gobierno. A este periodo se le conoce como La República.

La tercera y última fase es El Imperio. En él, el gobernante no es electo por su pueblo, sino que es impuesto, ya sea por el ejército o por otros grupos de poderosos patricios. En esa época, Roma extendió su dominio militar por toda la cuenca del mar Mediterráneo, expandiendo con ello sus

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