Historia De La Iglesia Primitiva

INTRODUCCION

Sobre el martirio y la persecución existe abundante material por el impacto social que representa. Desde los albores de la humanidad, quien ha establecido una posición contraria ante una estructura social dominante en materia religiosa o política primordialmente, corre peligro a nivel de existencia e inclusive sus cercanos se verán afectados negativamente. Sin embargo, aún se escuchan las voces a través del tiempo de mártires como Juana de Arco, que de acuerdo a la leyenda, refería esta frase: “Todo hombre o mujer da su vida por aquello en lo que cree. Hay ocasiones en que la gente cree en poco o nada y aun así dan sus vidas por aquel poco o nada. Solo tenemos una vida, la vivimos y desaparece; vivir sin creer es peor que la muerte, aún más terrible que morir joven”.

Asimismo, en otro contexto histórico más cercano aunque similar al de la iglesia del primer siglo, Jim Elliot, misionero evangélico, muere asesinado a mediados del siglo XX al intentar pregonar el mensaje cristiano a la tribu huaorani en el Ecuador; del cual se comenta que oró de joven diciendo: “¡Dios! Enciende esta vida para que se consuma por Ti, consume mi vida pues te pertenece a Ti. Yo no busco una vida larga, sino una vida entera como la de mi Señor Jesús”.

Las vidas de los mártires olvidados enseñan mucho más que los sermones sin contenido de gran cantidad de predicadores actuales, que se destacan por su superficialidad y gracias al “show” adjunto se convierten en los héroes de nuestro tiempo, al mismo nivel de los actores afamados por la cultura occidental. El martirio, por lo tanto, no es un guion a considerar por la teología de la prosperidad, cuando en realidad, aquel que opta por el verdadero Evangelio debe asumir seriamente la posibilidad de la persecución en todas sus facetas.

Y es el apóstol Pablo, basándose en su experiencia como perseguidor y posteriormente desde el rol de perseguido para culminar en muerte de cruz, quien tiene mucho que enseñar al respecto. No en vano, su discípulo Timoteo recibe una carta descriptiva sobre la realidad inevitable de la persecución por sus creencias, y que a nivel de síntesis profética, se condensa en el verso 12 del cap. 3, aún válido para los creyentes de todas las épocas: “Y todos los que quieran vivir religiosamente, como cristianos, sufrirán persecuciones” .

CONTEXTO

II de Timoteo forma parte de las llamadas “Epístolas pastorales” de Pablo, cuyo tono general, a nivel de testamento - puesto la muerte le encuentra alrededor del año 67 d.C bajo el consentimiento del emperador Nerón -, “denuncia una iglesia que estaba luchando por mantenerse con vida en contra de la celosa malicia de un frustrado judaísmo y la corrupta indiferencia de un decadente paganismo. II Timoteo fue su último mensaje para sus ayudantes y amigos antes de abandonar el escenario”

Aunque no existe un marco histórico definido, se considera que las epístolas pastorales aparecen en el periodo de consolidación de la Iglesia primitiva, el cual se da entre el 60 y 100 d.C. Respecto de II Timoteo…”suena marcadamente con los presagios del fin, porque Pablo demuestra confiadamente que no espera sobrevivir al invierno (4:21). Su primera defensa, en la cual todos lo abandonaron, había terminado favorablemente (4:17), pero sus acusadores se habían vuelto más rencorosos (4:14), y su condenación y ejecución de seguro serían cosas que llegarían en poco tiempo” .

Se motiva, por tanto, a Timoteo para que, soportado en el ejemplo de Pablo, se mantenga fiel a la vocación y al Evangelio, asumiendo la responsabilidad propia del rol de un soldado, o de un atleta, o de un labrador, o finalmente, de un obrero fiel. Desde la perspectiva del soldado, no se alude al mercenario, se refiere al que sufre y se expone vitalmente por quien verdaderamente lo ha reclutado: Cristo. Desde la visión paulina del atleta, implica entrenar duramente el cuerpo y someterse para competir por una corona cuyas características no se comparan con ningún premio que se pueda recibir en esta vida biológica. Desde la óptica del labrador, la posibilidad de disfrutar los primeros frutos surge gracias al trabajo persistente y arduo, a pesar de las condiciones medioambientales adversas. Desde la función del obrero, el devenir fundamentado en la palabra de Dios asume construir conscientemente para enfrentar las circunstancias, y no siempre el futuro - de acuerdo al Evangelio -promete riqueza, salud o abundancia material.

Pero decidirse por asumir los tipos de roles expuestos - soldado, atleta, labrador, obrero - al nivel de la expectativa propuesta por el apóstol Pablo conlleva un proceso que demanda “sangre,

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