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Investigación histórica: Clase 8


Enviado por   •  6 de Diciembre de 2015  •  Informes  •  892 Palabras (4 Páginas)  •  139 Visitas

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I.S.F.D. Nº 21 RICARDO ROJAS

INVESTIGACIÓN HISTÓRICA II

PROFESORA: MOHORADE, ELENA

ALUMNA: CABRERA, SUSANA

4º AÑO TURNO VESPERTINO

2015

CLASE 8

        El análisis de las fuentes lleva al presente trabajo a encontrar casos de deserciones que abundan en épocas  de conflictos (1839-1840) y que avalan la teoría del reclutamiento masivo y forzoso.

        A pesar de la eficacia del régimen rosista en la eliminación de sus adversarios, aún había en la ciudad y en la campaña opositores a sus métodos políticos y a las acciones perpetuadas por su aparato represor.

        Habiendo analizado fuentes de comisarías de ciudad, no de campaña, observamos que el reclutamiento allí no es para nada forzado. Al contrario, los transeúntes y desocupados se enlistan para pertenecer a “guardias de ciudad de a pie o de a cabayo”[1], eligiendo pertenecer a algún tipo de regimiento.

        Surge el cuestionamiento, entonces, sobre la figura del desertor. Si no lo hubiera querido ser, acercándose a los límites entre campaña y ciudad, y enlistándose de motus propio, no hubiera infringido la ley, ni desobedecido orden alguna.

         Explorar cuáles son las motivaciones que llevan a algunos hombres a continuar con ciertas prácticas (desertar de las filas militares, escapar, convertirse en perseguidos) aún sabiendo a qué castigos serían sometidos, podrían referir a cierta sensibilidad común entre ellos de no pertenecer a ningún sistema, a seguir perteneciendo a una realidad similar a las épocas prerrevolucionarias, donde andar “de a cabayo”, descalzos, semi cubiertos, y emplearse allí donde los necesitaran, sin ataduras, sin sometimientos, eran motivos de añoranzas.

        La indagación profunda de las fuentes escritas, así como su contextualización nos sumen en la necesaria agrupación de casos de estudio. Así, podríamos diferenciar a aquellos “vagos y malentretenidos”, jugadores de cartas, asiduos concurrentes a la pulperías de campaña, hombres de a caballo, semidesnudos, que desertan y escapan con el fin de no pertenecer ni siquiera a sus familias[2], menos aún, a algún regimiento militar, a pesar de los brutales castigos que recibieran al ser detenidos.

        Además, la confiscación de las propiedades de los unitarios, y de los sospechados de serlo, dejaban también sin trabajo a los empleados de las estancias o campos, que a su vez eran acusados de enemigos, cosa que servía como excusa para el reclutamiento. Esta explicación nos pone frente a otro grupo de desertores con características diferentes a los primeros.

        Algo similar ocurría con los soldados a los que les habían descabezado sus regimientos, apresando, desplazando, o asesinando a los jefes, y que ahora ya no tenían en quien depositar su lealtad, y no aceptaban pasarse a nuevas filas obedeciendo a desconocidos. Algunos de ellos desertaban de toda milicia.

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