LAS ADUANAS EN COSTA RICA

LAS ADUANAS EN COSTA RICA

ANTECEDENTES HISTORICOS

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1. Antecedentes históricos:

Durante el período Helénico (siglo VIII a.c. ) y como producto de un surgimiento, de un alto intercambio con las ciudades y colonias que Grecia venía estableciendo con el Mediterráneo y en el Mar Negro, junto a la ganadería y la agricultura de la Industria y el Comercio, ya se cobraba a nivel de Aduanas un Impuesto Ad-Valorem. En consecuencia, es relevante el hecho de que junto al auge de alguna de las 4 principales actividades económicas de un pueblo: ganadería, agricultura, industria y comercio, y en especial este último, se inicio la actividad aduanal, como una de las primeras manifestaciones de organización y actividad de un Estado. Buscando el origen de la palabra Aduana, lo encontramos en la etimología arábica Ad-diwana, que proviene de diván, que significa casa donde se recogen los derechos.

Para señalar la instauración sobre la primera Aduana de Costa Rica tenemos necesariamente que introducirnos, en el campo de la historia aduanera del país que se encuentra íntimamente ligada a esta última. En el caso concreto de Costa Rica esta historia la vemos desarrollarse sucesivamente a través de tres periodos, presentando cada uno de ellos, una serie de características propias, las cuales nos permite ir detectando paulatinamente la evolución económica de nuestro país. En términos generales, estos tres períodos o etapas, corresponden a los tradicionalmente aceptados por los historiadores costarricenses y que son:

1. Precolombino

2. Colonial

3. Republicano

Desde el punto de vista económico, en el período precolombino encontramos una industria incipiente, caracterizado por la fabricación de telas de algodón y utensilios de cerámica. Sin embargo, en este régimen social y económico, lo que predomina es el trueque revelando esto una estructura comercial sumamente primitiva. En el Período Colonial se produce un cambio profundo, consecuencia de la conquista y colonización española, se da: la unidad administrativa, una misma orientación económica, una legislación común y un sistema monetario y aritmético. En estas circunstancias, es lógico que produzca una modificación de la estructura económica indígena, originándose de esta forma una verdadera organización fiscal. En efecto esta organización fiscal se da y según don Tomás Soley Guel no desmerece en pargón, con las creadas por los modernos estados en algunos casos las supera. En el período Republicano encontramos una Costa Rica independiente al menos de la Corona Española y un verdadero ordenamiento de la Hacienda Pública durante el Gobierno de don Braulio Carrillo. De 1839 al 1840 don Braulio Carrillo crea el primer Arancel de Aduanas de Costa Rica, pero no hay la menor duda en que la obra cumbre del dictador, lo fue el Reglamento de la Hacienda Pública del Estado.

2. Reseña Histórica de la Aduana en Costa Rica:

En cuanto a la primera Aduana, fue establecida en las inmediaciones del Río Grande cercana al poblado de Atenas en la década de 1780 -1790 y su administración estuvo a cargo de la Factoría del Tabaco, a efectos de impedir el contrabando del mismo, sin embargo muchos agricultores lo cultivaban en la zona de San Ramón de donde lo sacaban directamente a Puntarenas. Según se relata, parece ser que la citada Aduana se trataba de una verdadera fortaleza, con una estructura de adobes de tres secciones, las oficinas estaban en los extremos y en el sector del centro se encontraba el "Paso de la Mulas". Posteriormente, con la construcción de caminos aptos para carretas, es muy posible que esta estructura fuera modificada. Esta Aduana fue demolida durante la Administración de Don Otilio Ulate. Como se ha mencionado, la creación de esta Aduana fue para controlar fundamentalmente la salida de tabaco por el puerto de Puntarenas y posteriormente, el café. Su actividad era de carácter interno y su desaparición funcional es probable que se diera para los tiempos de don Tomás Guardia, con la construcción del ferrocarril y la habilitación de las Aduanas de Limón y Puntarenas. De acuerdo con las descripciones de viajeros que visitaron nuestro país en el siglo XIX, podemos darnos cuenta de algunas características de esta primera aduana en la Garita de Alajuela Wiolhem Marr, (1852). "Rocas de pórfido cortadas a pico se alzan a ambos lados del río de una altura de seis a ocho mil pies, en cuya pendiente oriental está la Garita, La Aduana. Edificio de cal y canto que parece una fortaleza, de uno y otro lado se yerguen casi verticalmente, rocas cubiertas de verdura, haciendo que el contrabando sea del todo imposible. Un camino sinuoso y bastante empinado conduce del profundo canal del valle hasta un puente de piedra bajo cuyos arcos a una profundidad de cincuenta pies muge y hace espuma el Río Grande. De noche se cierra el puente una casucha de cañas situada más allá de éste. Sirve de habitación a los empleados, subalternos encargados de la vigilancia. Arriba en la pendiente oriental del desfiladero está la Aduana Principal, edificio bajo de un solo piso, todo lo que va al puerto o viene de él tiene que desfilar por el patio de la Aduana por el cual pasa el camino. Allí reside el Administrador General de Aduana".

Tomás Francis Meagher (1858).

"Era el puente la Garita de la Aduana por el cual estaban obligados a pasar todos los que se dirigen al interior del país, toda tentativa de cruzar el río arriba o debajo de este puesto, se castiga con diez años de presidio, de esto se ha hecho ya mención, pero como se impone tan grave pena por el delito venial, no esta por demás reiterar la advertencia convenida en el aviso. Más allá del puesto hay un edificio de madera muy largo, bajo, muy toscamente construido y con un techo de tejas coloradas que sale de cinco a seis pies fuera de la pared de enfrente hasta una andana de postes cuadrados de cedros descoloridos: La Aduana allí es donde se horanda los barriles, se sacan los clavos de las cajas, se descosen los fardos, se registran los baúles y se colecta la mayor parte de las rentas de la República".

Como puede verse, esta primera Aduana marca un hito en el desarrollo económico de Costa Rica. La segunda aduana del país fue la Aduana de Sarapiquí para regular el comercio exterior que se realizaba por medio del puerto de San Juan, posteriormente, se fundo la Aduana de Puntarenas

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