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La Historia Y La Cultura Mexicana Como Base Del Proyecto Educativo


Enviado por   •  30 de Septiembre de 2012  •  9.237 Palabras (37 Páginas)  •  814 Visitas

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La historia y la cultura mexicana como base del proyecto educativo

Las culturas del México antiguo son muchas y muy variadas: aztecas, Mexicas, Mayas, Olmecas, Zapotecas, Toltecas, etc. Cada una interesante y con gran importancia en la historia del desarrollo de nuestro país y en general de América latina.

Hoy día no conocemos mucho sobre nuestros antepasados prehistóricos, sin embargo los pocos datos que se tienen nos ayudan a concluir sus formas de pensar y actuar en distintos aspectos, tales como la política, la religión, la educación, la ciencia y Tecnología, la sociedad y su filosofía de la vida.

“La historia del México prehispánico que aproximadamente es del año 6000 a.c. (según Miguel León Portilla) hasta el año de 1519, terminando con la llegada de los conquistadores. Este periodo de aproximadamente siete mil quinientos años los especialistas lo subdividen en tres parte, el periodo PRECLÁSICO que inicia 200 a.c. y termina en el 6000 a.c.; el periodo CLÁSICO del 6000 a.c. al 900d.c. y el periodo POSCLÁSICO que va del 900 d.c. al 1519.”

La historia del México antiguo es bastante desconocida, en parte porque los aztecas y después los españoles destruyeron los códices y los testimonios orales, escritos y simbólicos de esta milenaria cultura. En efecto, el periodo azteca es el más corto y reciente de la época prehispánica, para tener una idea, la ciudad de Tenochtitlán se fundó en el año de 1325, apenas 194 años antes de la llegada de los españoles.

La parte histórica más importante del México antiguo, es la época del esplendor, está situada entre el 600 y el 900 d.c. El desarrollo cultural en Mesoamérica estaba en todo su apogeo los centros de conocimiento como Teotihuacán, monte alban. Chichén itzá, etc. Vivían sus mejores momentos. Sin embargo, algo misterioso sucedió en todo Mesoamérica, porque casi al mismo tiempo, estos centros de conocimiento fueron destruidos, cubiertos de tierra y abandonados por sus ocupantes y literalmente desaparecieron de la faz de la tierra.

Así que cuando se dio el fenómeno misterioso del llamado colapso del clásico superior, donde los hombres de conocimiento desaparecieron abandonando los centros de desarrollo, quedó el conocimiento en una religión que había elaborado a través de cientos o acaso de miles de años. En efecto, en aquellos momentos del esplendor clásico superior en Mesoamérica, no todas las personas eran hombres de conocimiento.

Existían como siempre han existido los hombres comunes o pueblo que tenían una religión en la que de manera sencilla se difundía el conocimiento y la sabiduría a los campesinos y artesanos. En ésta religión mesoamericana existían dos figuras fundamentales, una era Quetzalcóatl y la otra Tláloc. El primero como responsable del desarrollo espiritual y el segundo como responsable del fenómeno de la vida. Tláloc y Quetzalcóatl ya están presentes en el periodo PRECLÁSICO. Con los Olmecas, cobra toda su fuerza en el clásico llamado cultura TOLTECA y aún se mantienen en el periodo del posclásico con los aztecas, aunque con transformaciones substanciales. Lo cierto es que Tláloc y Quetzalcóatl eran símbolos, aparecen en todas las culturas de Mesoamérica, con otros nombres, pero con el mismo valor filosófico. Tláloc y Quetzalcóatl eran símbolos manifiestos de una completa concepción y percepción del mundo y de la vida del México antiguo. Generados por este conocimiento propiciaron una religión, en la que vivieron en paz y armonía los pueblos de Mesoamérica.

Sin embargo, el colapso del clásico superior, supone la desaparición de los hombres de conocimiento de los grandes centros como Teotihuacán, Monte Albán y chichén itzá; con ellos la tradición también se va de Mesoamérica y con ella el generador de la cultura, Quetzalcóatl.

De esta manera nos relata la tradición que Quetzalcóatl es vencido por las fuerzas del mal y tiene que huir por el oriente. Pero deja una profecía, que será muy importante para el desarrollo posterior de la historia en el territorio que hoy es México. Quetzalcóatl profetiza que regresara a instaurar de nuevo su reino de sabiduría y amor en un año, una caña calendario mesoamericano es cíclico por lo que periódicamente cada 52 años se repite el año uno caña.

Al desaparecer los motores del desarrollo cultural, los pueblos de Mesoamérica iniciaron un lento camino de decaimiento cultural. En efecto, cuando se fueron los hombres de conocimiento de Monte Albán Teotihuacán, Chichén Itzá, los hombres comunes fueron perdiendo la fuerza de las enseñanzas de los maestros que vivían en los impresionantes recintos. La religión comenzó a sufrir modificaciones, de acuerdo a intereses y concepciones de los sacerdotes. Los responsables de la conducción y organización social, sin la influencia de aquellos maestros, comenzaron a trasformar la vida de la comunidad. Monte Albán dejó de ser un centro de investigación y paso a ser un panteón. Los hombres importantes deseaban ser enterrados, ahí donde otros aprendieron a ser dioses.

Tiempo después Monte Albán pasó a ser fortaleza militar. En casi cinco siglos se perdió mucho conocimiento del clásico superior en Mesoamérica. Y como todo el poder que no está sustentado en una fuerza espiritual, se fue corrompiendo.

En estos siglos de decaimiento cultural, el recuerdo de aquellos maestros del conocimiento llamados toltecas fue permanente; muchos pueblos pretendían tener herencia del conocimiento, a través de linajes o líneas de parentesco. Casi al final de este periodo de decaimiento cultural cobra más fuerza otra profecía milenaria de Mesoamérica, aquella que dice que habiendo sido precedido por cuatro soles o eras anteriores, la tierra vivía el último periodo de este que es el quinto sol, próximos a la destrucción vendrían después un nuevo sol o intento humano en la tierra.

Así pues, como vemos, el momento histórico en el que llegan los aztecas al valle de México era de depresión y decaimiento cultural.

En efecto, a mediados del siglo X11 1200 d.c. apareció el último grupo nómada proveniente del azteca el pueblo cuyo rostro nadie conocía.

Traían a su dios Huitzilopochtli veneración y culto a los sacrificios humanos, a la guerra, a la materia; totalmente opuesto a los dioses de origen tolteca que amaban la naturaleza, la poesía, la belleza y la armonía entre sus pueblos que desde luego encabezaba Quetzalcóatl. Estos grupos del norte, guerreros, que no estaban tenían una inflexible voluntad de poder y dominaron en breve tiempo a los señoríos del valle de México, herederos lejanos de los conocimientos y enseñanzas de Quetzalcóatl.

Los aztecas rápidamente asimilan las

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