La Influencia De Las Escuelas Lancasterianas
Enviado por jnaespinoza • 21 de Noviembre de 2013 • 1.329 Palabras (6 Páginas) • 959 Visitas
Orígenes de la enseñanza mutua
Este método educativo tuvo su origen a finales del siglo XVII, inventado por el español Lorenzo Ortiz, aceptado en Francia, al mediar la centuria del XVIII, por Harbault y que posteriormente fue practicado por Paulot, Andoaga y los padres escolapios de Madrid, España. Al proclamarse la Independencia de México a iniciativa del periódico El sol, órgano oficial del Partido Masónico Escocés, se volvió a fundar, por el nuevo gobierno, la Compañía Lancasteriana en 1822, la primera escuela primaria de este tipo. También se establecieron, en varias provincias, centros educativos para la enseñanza mutua bajo la protección de los gobiernos locales y la ayuda de las logias masónicas del rito de san Juan de Escocia.
En la provincia de Sinaloa se adopto el nuevo sistema al fundarse una Escuela Normal Lancasteriana. Esto sucedió pocos días después de la caída de Agustín de Iturbide, cuando comenzó esta institución sus actividades docentes el 16 de noviembre de 1823. Estas escuelas lancasterianas impartían religión conforme a las ideas de sus directivos, luteranos y calvinistas, que orientaban a los alumnos conforme a un Catecismo civil que figuraba en el plan de estudios.
El objetivo principal de esta escuela era remediar la falta de maestros, la organización de este plantel consistía en que el maestro, en vez de ejercer de una manera directa las tareas de instructor alecciona previamente a los alumnos o monitores más aventajados para que transmitan después la enseñanza al grupo escolar.
La escuela lancasteriana del real de Álamos
La asamblea legislativa aprobó, en materia de educación, el establecimiento de una escuela lancasteriana de primera letras en la capital, recién elevada a la categoría de ciudad Real de Álamos, provincia de Sinaloa, conforme el decreto de fecha 13 de abril de 1829. Este plantel funciono con un programa de enseñanza mutua, en relación con la primaria, que se componía de las asignaturas siguientes: lectura, escritura, elementos de aritmética y catecismo “cristiano y civil”. Esta institución educativa presto, a pesar de los trastornos públicos, innegables beneficios a la instrucción primaria durante casi todo el primer medio siglo XIX.
El estado de Sinaloa y la educación
En esta constitución se estableció que la instrucción pública es obligación del estado; crear y sostener en todos los pueblos que lo componen, establecimientos públicos de instrucción; además, se declaro que la enseñanza se reglamentara uniformemente por la asamblea legislativa en todo el estado. En el estado de Sinaloa había, en su primer decenio administrativo, escases de maestros y escuelas, en muchos casos por la ignorancia y arbitrariedad de los alcaldes constitucionales. El nacimiento de las escuelas lancasterianas y su rápido desarrollo obedece a que, ya entrada la independencia, se extiende todavía la época de la educación confesional.
La educación monástica
El educador doctor De la Garza y Ballesteros
De la Garza y Ballesteros desempeño diversos y altos cargos eclesiásticos de la iglesia mexicana. El nuevo obispo días antes del 30 de agosto redacto, en la ciudad de México, las bases generales para la fundación en su diócesis de un seminario nacional y tridentino, las cuales deberían regir a la institución educativa y que fueron aprobadas por el presidente de la republica, general Anastasio Bustamante; con tal objeto se procedió a otorgar la escritura pública de la fundación del seminario el día 26 de septiembre de 1837.
Inauguración del seminario nacional tridentino
El obispo de la Garza, nueve meses después, el día 8 de octubre de 1838, estableció el seminario nacional tridentino. Este local sirvió provisionalmente como residencia de la nueva institución educativa. El obispo De la Garza y Ballesteros adquirió, al siguiente año, un solar al sur de la ciudad, que ocupaba una huerta en que antiguamente estuvo la Ermita de San José.
Los primeros seminaristas
Terminado el edificio el día 8 de octubre de 1842, se instalo el seminario nacional tridentino. El obispo designo en este acto primer rector del seminario, al licenciado José María Álvarez Bonilla, además, prefecto catedrático al BR. Pedro Loza y Pardave. En el seminario nacional tridentino el alumnado estaba compuesto, después de un riguroso
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