Escuelas Lancasterianas

Escuelas Lancasterianas

Es importante mencionar que en las primeras constituciones no se hablada de la obligación de la educación. Fue hasta la consumación de la Independencia (27 de septiembre de 1821), que se empieza a dar esa idea y cuatro meses después surge la Compañía Lancasteriana para ayudar al gobierno a brindar educación a las personas.

Con la finalidad de promover la educación primaria entre las clases pobres llega la Compañía Lancasteriana, haciéndole honor a Joseph Lancaster, quién lo popularizó. Esta nueva técnica pedagógica consistía en que alumnos más avanzados enseñaban a sus compañeros. El método que se utilizaba era Sistema de Enseñanza Mutua o Sistema Lancasteriano, el cual tenía tres características:

- Mantener al niños siempre ocupado.

- Sistema de Premios y Castigos.

- Corrección de datos.

Dicho sistema se volvió muy popular y obtuvo tanta reputación debido a su economía y rapidez, siendo que un maestro podía enseñar de 200 hasta 1000 niños.

Los alumnos eran divididos en grupos de 10, pero cada grupo estaba instruido por un monitor o instructor, que era un mismo alumno pero aventajado, es decir con más edad y capacidad el cual previamente había sido preparado por el director de la escuela.

Desde la entrada hasta la salida los alumnos estaban muy controlados. El aula de clases tenía espacio de 100 a 300 personas, al frente se localizaba el escritorio del maestro y se sucedían 8 mesas largas de madera con 10 bancos uno para cada alumno. En la primera mesa de cada una de las ocho clases se colocaba un “telégrafo” (palo de madera que sostenía en su extremidad superior un aspa de hojalata, que en un lado tenía la palabra EX (examen) y al reverso Clase.

En la parte de enfrente del salón se colocaba una plataforma de madera, donde estaba el escritorio y la silla del maestro, junto con dos bufetes para los monitores de orden. Las instalaciones no eran las mejores, algunas ventanas estaban rotas, el baño era un cajón el cual casi no utilizaban porque casi siempre salían a la calle hacer sus necesidades.

Habían tres tipos de monitores:

Monitores Particulares o de Enseñanza: los cuales de acuerdo al horario enseñaban las lecciones de escritura, lectura, aritmética y doctrina cristiana.

Monitores Generales: ellos tomaban la asistencia y cuidaban los útiles de enseñanza.

Monitores de Orden: se encargaban de administrar la disciplina de los demás.

Estos monitores estaban supervisados por el director de la escuela, el cual rara vez hablaba, pues según el método lancasteriano, el sistema de monitores debía funcionar por sí solo.

En las mañanas los alumnos entran y lo primero es una revisión de cara, manos y uñas, las caras deben estar limpias y los pies o zapatos sin lodo. Cuando la campana sonaba los niños se dirigían a su salón, en donde ya estaban bien organizados pues no era por grupos, sino por el nivel de conocimientos que tenían.

La primera asignatura era de escritura la cual se dividía en ocho clases. En la primera fila se localizaban los alumnos más pequeños y en vez de superficie de madera tenían una cajilla de arena. Los monitores les escribían una letra y ellos tenían que delinearla, cuando tenían más experiencia podían hacerlo solos. Primero les enseñaban las letras más fáciles es decir, las lineales ( I, H, T, L, E, F); posteriormente las que poseían ángulos (A, U, W, M, N) y al final las curvas ( O, U, J). Los monitores enseñaban la letra y después revisaba que estuviera bien hecha y procedía a enseñar la siguiente letra.

Las siguientes 5 clases eran en la pizarra, el monitor dictaba las palabras que podían ser de una a cinco sílabas. Los monitores dirigían todos y cada uno de los movimientos de los alumnos.

La séptima y octava clase era la más avanzada y los alumnos ya escribían en papel, en la penúltima clase, los niños escribían los trazos de la letra grande y mediana,

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