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Laicismo Y Educción


Enviado por   •  22 de Noviembre de 2013  •  1.162 Palabras (5 Páginas)  •  269 Visitas

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Laicismo y educación

En México la educación laica, entendida como el desarrollo de una actividad docente que prescinde de la instrucción religiosa, se fraguó en los comienzos del siglo XIX mediante la acción de la corriente liberal. Valentín Gómez Farías, José María Luis Mora, Ignacio Ramírez, Melchor Ocampo y Benito Juárez primero y Justo Sierra, Gabino Barreda y Manuel Baranda después, sentaron las bases de la separación entre la escuela y la iglesia: La libertad de enseñanza proclamada en la Constitución de l857 tuvo el sentido de romper con el monopolio que el clero ejercía en el territorio educativo para abrir paso al establecimiento de escuelas particulares laicas y a la inicial construcción de un sistema educativo público.

El debate sobre la educación laica en el Congreso Constituyente de l9l6-l7 y en fechas posteriores estuvo marcado por la respuestas radicales a la beligerancia del Clero político y de las fuerzas más conservadoras que pretendieron incluso desconocer la recién promulgada Carta Magna. Los brotes de educación antirreligiosa que ello produjo pronto fueron sustituidos por posiciones alternativas que pugnaban por una educación socialista. Pero en l946 se llegó a la redacción de un texto constitucional (Art. 3o.) que mantuvo como eje de los contenidos educativos el resultado del conocimiento científico y la lucha contra la intolerancia y los fanatismos y que, además, definió a la educación pública como democrática y gratuita.

Escultura de Don Benito Juárez en un

patio de la SEP, Cd. de México

Al triunfo del gobierno de Vicente Fox apoyado por fuerzas de derecha, éstas han reclamado una vuelta a los privilegios de que dispuso el clero para impartir educación religiosa en las escuelas. Esos sectores, a nombre de una libertad de creencias mal entendida, demandan que en particular la religión católica y el clero que la representa ocupen un sitio destacado en los programas de estudio y en la dirección educativa. Con esas posiciones, en vez de convalidar la pluralidad que se ha naturalizado en las esferas política y cultural pretenden regresar a etapas superadas en el país y en el mundo.

Las nuevas autoridades educativas hasta ahora han declarado que respetan la educación laica, si bien este tema no está siquiera enunciado en el Plan Nacional de Desarrollo; por otra parte hablan de una revisión en los programas y en los libros de texto que, si no son bien conducidas, podrían alterar de manera negativa los contenidos de la educación pública. En este punto hay que recordar que las reformas al artículo tercero de la Constitución promovidas por el gobierno de Carlos Salinas incluyeron una, que en su momento no fue suficientemente debatida y que se refiere a las facultades expresas que adquirió de modo particular el poder Ejecutivo y no el Estado ni el gobierno en su conjunto para determinar los planes y programas escolares. Por ello y como parte de la reforma del Estado en el renglón educativo, es imprescindible implantar una forma de gestión de la educación pública basada en un consejo nacional surgido a propuesta de los grupos parlamentarios y no en un simple cónclave de autoridades como lo proponen los diputados del PAN. Este órgano tendría la responsabilidad de procesar los cambios necesarios a los contenidos del sistema educativo. Una de sus responsabilidades sería, también, asegurar el impulso a una educación pública de calidad, democrática, laica y científica.

El laicismo, en tanto principio elemental que salvaguarda la autonomía de las actividades humanas, debe mantenerse en la escuela y en la sociedad toda. Esto supone que en la enseñanza pública no puede ni debe incorporarse la enseñanza o práctica de culto alguno.

En efecto, es inadmisible volver a una escuela parroquial

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