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LAICISMO


Enviado por   •  24 de Enero de 2014  •  Informes  •  4.387 Palabras (18 Páginas)  •  252 Visitas

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Algunos de las tabúes más arraigados del Sistema Educativo en México son los temas relacionados con la laicidad y su aplicación en la educación, que es un problema que necesita detenerse minuciosamente para su estudio y análisis, es difícil realizar trabajos acerca de este tema por que normal mente son considerados como anticlerical sinónimo de antirreligiosa y mas cuando este análisis se efectúa en ciertos círculos sociales de nuestro estado y de nuestro país.

La laicidad existe y es parte de nuestra vida cotidiana, modela nuestras instituciones y permea nuestras actitudes. Sin embargo, poco nos hemos ocupado en estudiarla y analizarla, en conocer sus características, sus alcances y sus límites. Hay quienes niegan su existencia o la constriñen a experiencias muy limitadas en el espacio y en el tiempo. Hay quienes la consideran un fenómeno puramente occidental o incluso francés. Hay quienes la practican, aunque no la identifiquen como tal. Las interpretaciones se multiplican, así como los estudios de caso, pero aún así se está lejos de una versión definitiva del fenómeno.

El presente trabajo pretende responder a las preguntas ¿Qué es la laicidad? ¿México es un Estado laico? Lógicamente como un producto del mismo trabajo dentro de las conclusiones del mismo ¿Responde a las necesidades actuales de México la laicidad de la educación?.

En México, como en otras partes del mundo, la secularización de la sociedad ha llevado a que la religión sea en gran parte un asunto que concierne a las conciencias individuales y por lo tanto a la esfera privada. Pero eso no impide que el aspecto religioso constituya un factor que está presente en muchos aspectos de la vida social y pública y que requiera de un análisis informado para su correcta evaluación, para el diseño de políticas públicas adecuadas y acordes con nuestra tradición social y política: si se observa con atención, de manera paralela a esta individualización de las conciencias, muchos aspectos de la vida nacional inevitablemente encuentran el factor religioso incidiendo en ella de alguna manera.

En este momento histórico se presenta de hecho un debate muy marcado entre quienes defienden el concepto de laicidad en la educación tan como es vigente en la actualidad, y los que quieren que se modifique; Ya sea no suprimiendo él termino laicidad pero respetando la libre profesión de conciencia religiosa y reconociéndola como tal o bien la supresión total del concepto de laicidad, es por eso que se necesita realizar un análisis más detenido de la laicidad, revisar los fundamentos de la misma y al mismo tiempo los pros y contras que esta tiene sobre el ciudadano común que es donde finalmente su aplicación se lleva a cabo.

En un Estado como el mexicano donde ocurren múltiples ideología y expresiones religiosas, algunas de ellas todavía con resabios de expresiones de culturas prehispánicas, se debe procurar que todas las religiones o formas religiosas puedan tener acceso a la libre expresión sin perjuicio de unas de otras, siempre y cuando estas mismas respeten junto con el gobierno que los ciudadanos tengan el derecho a la libre expresión y a poder practicar la religión de su conveniencia dentro de un marco de tolerancia y respeto por las leyes civiles que rigen a todos los habitantes de la República.

Podrá la laicidad responder a la pregunta: ¿Cómo es posible la existencia duradera de una sociedad justa y estable de ciudadanos libres e iguales que no dejan de estar profundamente divididos por doctrinas religiosas, filosóficas y morales razonables?

Por lo tanto la laicidad no puede ser ni objetividad ni neutralidad pura, es respeto por el libre pensamiento, ideología y de conciencia de los individuos, lo que debe de dejar es el confundirse o ser sinónimo de negación de religión, esto ya no es una forma, además la educación debe de admitir la existencia de la religión y verla desde el punto de vista mas abierto, no es necesario negar la existencia de la misma, sino aprender a estudiarla y analizarla desde una perspectiva ética más amplia y con mayor criterio.

Pero hay que ver primero que es laicidad para poder entender todo (

¿Que es laicidad?

La laicidad es un movimiento a favor de la libertad del hombre. Nacida con la ilustración y con el impulso de democratización y reforma de la sociedad originado por la Revolución Francesa, la laicidad no profesa ni una edad de oro del futuro, desde la que deba interpretarse y condenarse nuestro lastimoso presente, ni una edad áurea del pasado, de una época mejor respecto a la que el mundo de hoy sólo sería un oscuro y débil reflejo.

Hoy, si una persona se identifica como partidario de la laicidad es posible sea tachado negativamente, de anticlerical, o, peor, de antirreligioso. Es necesario precisar que laicidad no es sinónimo de negación de religión, desde el punto de vista de la libertad de cada individuo para creer en cualquier religión o ideología. La laicidad defiende apasionadamente la libertad de pensamiento y de conciencia.

De hecho, destacados laicistas, como Voltaire, han sido teístas. Las acusaciones y denuncias de personalidades eclesiásticas durante los dos últimos siglos, identificando laicidad con supresión de la libertad religiosa, no se sostienen si se considera que el movimiento laico ha impulsado programas de reconocimiento de la libertad de culto o de la afirmación de la libertad de elección en leyes que regulan situaciones de conciencia .

El concepto de laicidad excede el puro ámbito científico-conceptual y roza los campos de la disciplina de los valores —axiología— y de los deberes —deontología. Es, a la vez, un concepto y un valor. En tanto concepto es una construcción de la mente humana que puede ser explayada y desenvuelta en una definición precisa, examinada con ciertos criterios lógicos y pensada a la luz de enfoques rigurosamente racionales y objetivos. En tanto valor, concierne a la categoría de lo estimable y, por la tanto, su misma esencia es susceptible de cuestionamiento y discusión de tipo ideológico y subjetivo. Ello explica la virulencia de las controversias al respecto.

La laicidad es respeto por las creaciones personales de los demás, las libres opciones de cada sujeto, la singular cosmovisión de cada uno y, más precisamente, por el derecho a generarlas sin coacciones.

La laicidad tampoco debe confundirse con la libre expresión, sino como libre posibilidad de acceso a los bienes formativos de la cultura; por eso las omisiones, falseamientos o mensajes implícitos, maniqueísmos, etc., son formas de no respetarla.

La laicidad no es tampoco ni pura objetividad ni neutralidad. La laicidad no es objetividad, porque

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