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Las Mujeres De La Revolución Mexicana

roberto990912 de Noviembre de 2014

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LAS MUJERES EN LA REVOLUCIÓN DE MEXICO

La lucha revolucionaria la cual fue iniciada en 1910, las mujeres obtuvieron un papel muy importante, participaron en los movimientos armados a través de múltiples facetas, en distintos grupos y sectores, estas tuvieron que levantarse en armas ocupando puestos importantes de mando, se expresaron partidarias del reconocimiento de la igualdad de la mujer con el hombre y trataban de dar forma a una nueva nación.

Estas mujeres eran de distintos rangos sociales, empezaban a salir de los estrechos límites del hogar para desarrollar otras actividades. Tenían participaciones en diferentes campos de batallas, algunas como voluntarias o benefactoras, otras ocupando el lugar del esposo muerto en batallas heredando incluso el grado militar, otras haciéndose pasar por hombres entre las tropas y algunas más en forma sanguinaria implantando justicia por sus propia manos.

Entre las diversas acciones revolucionarias se encontraban las adelitas, soldaderas, sindicalistas, conspiradoras, enfermeras, periodistas, escritoras, obreras y profesionistas.

Junto a las grandes tropas de Francisco Villa, Emiliano Zapata y Venustiano Carranza, más de miles de mujeres lucharon en bandas rebeldes.

Adelita fue una legendaria mujer que participó en la Revolución Mexicana en 1910. La Adelita verdaderamente existió. Hay quien sostiene que su nombre real era Altagracia Martínez, perteneciente a la clase alta en la Ciudad de México. Simpatizante de la Revolución se une a la misma, siendo bautizada con el nombre de “Adelita” por el General Francisco “Pancho Villa” y el General Rodolfo Fierro. También es conocida como Marieta Martínez. Al parecer fue asesinada por mandato de Pascual Orozco. Sin embargo, actualmente el término “adelita” se usa para referirse a todas aquellas mujeres soldado que participaron en dicho movimiento armado.

Las mujeres identificadas como adelitas en el período de la Revolución Mexicana, eran parte fundamental de ese movimiento social y tenían funciones de enfermeras, despachadoras de trenes, correos, espías, enlaces, abastecedoras de armas, telegrafistas, propagandistas de las ideas revolucionarias, combatientes y ocupando puestos de mando, también estaban las coronelas entre ellas encontramos a Carmen Alanis la cual se levantó en armas en Casas Grandes, Chihuahua y participó en la toma de Ciudad Juárez con 300 hombres a su mando, la Coronela Juana Gutiérrez de Mendoza y, la China que comandaba un batallón formado por las viuda, hijas y hermanas de los combatientes muertos, finalmente está Dolores Jiménez y Muro, Coronela Redactora del Plan Político y Social que desconoció al régimen porfirista ; redactora del diario liberal “Diario del hogar” y participante de “Las Hijas de Cuauhtémoc.

Las mujeres soldaderas fueron: las soldaderas del Ejército Federal, las Zapatistas estas pelearon al lado de Emiliano Zapata y sus generales, las Adelitas que pelearon en el norte con el general Villa y simples campesinas que se incorporaban a los ejércitos acompañando al padre, esposo o hermano, por propia voluntad o bajo órdenes de los superiores. Algunas de estas mujeres vendieron sus cosas de valor entre ellos sus bienes, joyas, esto con el fin de comprar armas para la Revolución, tomaron las armas y combatieron al lado de los hombres y muchas veces combatían sin ellos, caminaron en retaguardia, fueron espías y muchas de ellas parieron a sus hijos en guerra. Las soldaderas tenían que preparar la comida para los hombres con sus escasas provisiones, llevaban maíz, el cual molían en un metate y amasaban hasta formar las tortillas, también llevaban frijoles, café y carne en tiras. Gracias a ellas los soldados no hubieran comido, dormido ni podido pelear.

Carmen Serdán y las hermanas Narváez fueron las primeras colaboradoras del movimiento precursor, participaron como orientadoras ante la dispersión por el asesinato de Serdán y trabajaron en la distribución de armas, correos, noticias y órdenes. También se encontraban enfermeras de todo tipo, las que tenían conocimientos de yerbas y plantas y hacían curaciones primitivas, ellas eran generalmente de las soldaderas.

Otras de las enfermeras como Ana Pérez de Villarreal, que atendieron a enfermos y heridos, o Beatriz González Ortega Ferniza, quien colaboró en el establecimiento de un hospital de sangre para ayudar a los combatientes, Rosaura Lechuga Jáuregui, que era voluntaria en los hospitales de sangre fundados por la Cruz Roja. Gracias a la intervención de las enfermeras muchos de los revolucionarios se salvaron.

Las periodistas formaron parte de un grupo de mujeres de actividad política y social. Fundaron periódicos en defensa de las clases desvalidas. Juana Belén Gutiérrez de Mendoza, defendió a los mineros y combatió la dictadura. La directora del periódico Juan Panadero, Guadalupe Rojo, viuda de Alvarado estuvo presa en la cárcel de Belén por defender a los campesinos de Yautepec. Se lanzó el Plan Político y Social, la cual se le confió a Dolores Jiménez y Muro, quien había sido periodista de El Diario del Hogar, este documento fue escrito por revolucionarios de cinco entidades de la República. María Hernández Zarco se hizo importante ya que en el año 1913, cuando todas las imprentas se negaron a imprimir el discurso del Senador Belisario Domínguez en donde condenaba el régimen de Huerta, ella lo hizo imprimió a escondidas por las noches en el taller de Adolfo Montes de Oca donde ella trabajaba. Precisamente a esto se logró que en la prensa de oposición se lograra la primera participación femenina.

Las mujeres sindicalistas fundaron en 1906 la Sociedad de Empleadas de Comercio y eran precursoras del sindicalismo. Fundaron academias de comercio, de música, gimnasios, una caja de préstamos a socias enfermas. Estas se destacaron al momento impedir la huelga de obreros textiles en donde los empleados de la empresa dispararon y empezó la violencia y tuvo que intervenir el ejército. Algunas de estas precursoras fueron: Isabel Díaz de Pensamiento, Anselma Sierra, Carmen Cruz, Guadalupe Martínez y Lucrecia Toriz, quien se enfrentó a los soldados elevando una bandera.

Entre la guerra, armas y cañones muchas mujeres se hicieron famosas por dirigir grupos rebeldes, como Encarnación Mares, quien fue cabo, sargento segundo y sargento primero y a María del Refugio Salado Santoyo, que enfrentó a las partidas villistas del 13 al 15 de abril de 1915, en la batalla de Celaya, Guanajuato. Todas estas combatientes demostraron habilidades en el manejo de las tropas y ser astutas en el uso de las armas.

Entre muchas otras mujeres insurgentes, no podremos dejar de mencionar a Margarita Ortega donde junto con su hija Rosaura Gortari fueron militantes magonistas y combatieron en los estados norteños de Baja California y Sonora. Al triunfo del maderismo en el año 1911, se refugiaron en Yuma, Arizona, donde fueron arrestadas por las autoridades de inmigración; lograron escapar y se trasladaron hacia Phoenix, se cambiaron los nombres por el de María Valdez y Josefina. El largo trayecto provocó la muerte de Rosaura Gortari. Margarita continuó su rango militar en el Partido Liberal Mexicano (PLM). Margarita se enfrentó a las fuerzas del carrancista Rodolfo Gallegos donde organizaba el movimiento en sonora Junto con Natividad Cortés en donde esta perdió la vida durante un tiroteo. Margarita huyó hacia Baja California y donde cerca de Mexicali la tomaron prisionera por las tropas Huertistas el 20 de noviembre de 1913; la encarcelaron y torturaron al no confesar los nombres de sus compañeros magonistas. La coronela Margarita Ortega después de su gran trascendencia en la revolución murió fusilada después cuatro días.

La participación de las mujeres en el ámbito político fue de vital importancia. Las magonistas, como Juana Belén Gutiérrez y Dolores Jiménez y Muro, llevaron a cabo un movimiento para liberar a los presos políticos en 1911; las maderistas Teresa Arteaga y Carmen Serdán formaron grupos antirreeleccionistas y difundieron los principios de la democracia.

El Carrancismo fue la parte triunfadora en la Revolución y asumió la dirección del país, igual que Madero, Carranza recibió mensajes de mujeres que le expresaban sus inquietudes políticas y estas también les proporcionaban información de lo que pasaba en sus localidades. Para darle un lugar favorable a la mujer, fue importante y decisiva la participación de Hermila Galindo, cuyo proyecto de feminismo pudo ajustarse con el constitucionalismo. Ella fue la primera mujer que solicitó el voto femenino al constituyente de 1916, además, hizo la propaganda de don Venustiano Carranza.

Las principales mujeres en la revolución mexicana

Adela Velarde Pérez.

En la historia del pueblo de México hubo una mujer que desafió su tiempo, Adela Velarde, nacida el 8 de septiembre de 1900, quien se convirtió en una destacada activista de la Revolución mexicana.

A pesar de su extracción social, no tuvo temor de hacer frente a su padre, un adinerado comerciante de la Ciudad de Juárez, Chihuahua y se incorporó a la Asociación Mexicana de la Cruz blanca para desempeñarse como enfermera.

Adela Velarde fue conocida por su eficiencia y destreza en la atención de los heridos, convirtiéndose en una figura muy popular entre las tropas.

Lógicamente por la época y por los prejuicios existentes en la sociedad mexicana de entonces, tuvo que enfrentar las críticas y todo tipo de ataques de las personas que asumieron su actitud como una afrenta a las buenas costumbres y tradiciones. Para la casta de aquel tiempo, era inconcebible

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