Memoria Individual Y Memoria Colectiva

Roxana Becerra Arias

Taller del historiador. Primer Semestre.

Memoria Colectiva y Memoria Individual.

Halbwachs, Maurice. La Memoria colectiva, Zaragosa España, Prensas universitarias de Zaragoza, 2004.

Somos el primer testigo al que recurrimos al momento de reconstruir un recuerdo, y dentro de cada uno de nosotros pareciese que existieran dos seres, uno sensible y uno que no lo es tanto, que se fija más en las percepciones de los demás. Nuestros recuerdos antiguos están relacionados con nuestras apreciaciones actuales, según estas últimas podemos reinterpretar un recuerdo de las otras, y viceversa: teniendo en cuenta los antiguos, creamos una memoria diferente respecto a lo presente. Pensamos y recordamos colectivamente. Incluso si nos encontramos solos en determinado momento, nuestros pensamientos ya estarán influenciados, por ejemplo, por ideas sobre el entorno en que nos encontramos en ese instante, que otros han dejado antes en formas de escritos, opiniones, señales, anécdotas, en nuestra mente.

Nuestros recuerdos pueden unirse con los de otros testigos respecto a un mismo aspecto y así formar un grupo, donde se reconstruye un acontecimiento en común, y unos recuerdos se complementan con otros. Pero algunas veces sabemos que fuimos parte de algún hecho y lo olvidamos, es ahí cuando los recuerdos ajenos respectivos no resultan suficientes para transformar el suceso en una imagen viviente en nuestra mente. Se presenta el caso de un profesor de colegio, y sus estudiantes. Ellos están unidos en una misma situación y por un mismo factor, el profesor. No sólo por el profesor en sí mismo, sino por sus ideas, lo que transmite hacia los alumnos, que es lo mismo para todos. A partir de esto, los estudiantes crean memorias que serán más fáciles de poner en común y reconocer entre ellos, ya que fueron condicionados al mismo ambiente juntos por determinado tiempo, mientras que para el profesor, ésta será una situación general, de la que será consciente pero no recordará los detalles específicos, pues su papel en aquel grupo tiene un enfoque diferente. Es así como, a pesar de pertenecer de cierto modo a un grupo con testigos del mismo contexto, no es lo suficientemente duradero como para que él pueda situarse en él y recordar el pasado.

Muchas veces, las personas que son parte de una misma sociedad no logran saber a ciencia cierta su posición en el pensamiento de otros. Los sentimientos compartidos, por ejemplo, pueden ser objeto de desequilibrio: La persona que ama más en una relación guardará recuerdos sobre el otro sujeto quien difícilmente será consciente sobre éstos. En otros casos, existen personas que son conscientes únicamente de asuntos del presente, cualquier cosa que no pertenezca a ese momento será ignorado y, una vez el asunto es concluido, ya no pensarán al respecto, y se introducirán en otros grupos. Por otro lado, las personas de un mismo círculo interactúan en otros grupos y eventualmente regresan al grupo original. Pero a veces sucede que se alejan cada vez más y al momento de regresar no es posible reconstruir el primero.

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