Museo Memoria Y Tolerancia

Museo Memoria y Tolerancia

“Diferenciar no es discriminar”.

Todos los pueblos, ciudades y países tienen un lenguaje, entendido éste como el conjunto de signos y símbolos propios de una etnia, lugar o grupo de personas. Todas ellas tienen la capacidad del habla, que, en resumidas cuentas es un acto que permite comunicar al hombre con sus semejantes. ¿El objetivo? El entendimiento, la comprensión y comunicación de las personas; muchas veces para llegar a acuerdos comunes.

Lo anterior es una definición de la comunicación casi romántica, ya que parece ser que el hombre no ha sabido utilizar bien las herramientas de la comunicación, o no sabe expresarse, o no sabe hablar, o simple y sencillamente no sabe para qué habla. Si la comunicación se utilizara de una manera eficaz la humanidad entera habría podido evitar bastantes desgracias, o, por el contrario, ¿Será la falta de tolerancia de unos con los otros y no la falta de comunicación en sí misma? Si respondiera que sí, haría pensar que esa herramienta de la comunicación no ha servido de nada.

Antes de que un individuo pueda conocer a su semejante, emite juicios de cómo es, piensa y actúa. Sin saberlo, se odia o rechaza la presentación de una persona por estereotipos sociales. No se habla, no se comunica; por lo menos para rectificar si esa persona absolutamente no es de nuestro agrado. Sólo se enjuncia.

Conflictos, revoluciones, guerras…¡intolerancia!.

Los gobiernos no han sabido comunicarse con su pueblo, no sabe qué pide, que necesita, no lo escucha. México es un país pluricultural y en lugar de que en él exista un lazo afectivo de hermandad, hay odio, racismo, matanza. Etnias indígenas que piden llegar a un acuerdo, en vez de ser escuchados para resolver sus demandas sociales reciben a cambio la muerte.

Alemania, en una época de su historia fue testigo de millones de asesinatos de judíos por una causa racial. La intolerancia por que terceras personas piensen diferente puede provocar una estupidez.

En 1999 Memoria y Tolerancia A.C. surge como una asociación no lucrativa con el propósito de trasmitir la tolerancia a través de la memoria histórica mostrando los mayores ejemplos de intolerancia a los que ha llegado el ser humano como son los genocidios por cuestiones étnicas, raciales, religiosas o nacionales.

Desde sus comienzos, la asociación proyectó la creación de un centro educativo en la Ciudad de México, pensando que la mejor herramienta para generar conciencia es a través del aprendizaje y la educación.

El museo Memoria y Tolerancia ofrece 51 salas para visitar. La primera parte se hace llamar Memoria, pantallas grandes y pequeñas dan la bienvenida y explican lo que fue el genocidio, la parte central de la exposición. Se comprende las causas de uno de los asesinatos más importantes de la historia de la humanidad: la

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