Rebelión Zapatista

Rebelión Zapatista

Las Consecuencias de las Políticas de Modernización y Globalización en México en la Década de los 1990s

En el día de Año Nuevo , 1 de Enero de 1994, después de largas décadas de frustraciones por parte de campesinos y pueblos indígenas del estado de Chiapas, la violencia estallo en lo que llego a ser conocida como la Rebelión Zapatista. No solamente fue una rebelión militar, pero más importante una rebelión política y social. En este día, la aplicación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entre Estados Unidos, Canadá, y México fue promulgada. El movimiento zapatista eligió está fecha en particular para generar la máxima cantidad de vergüenza para el gobierno mexicano, encabezado por el presidente Carlos Salinas de Gortari. El libro de George A. Collier, Basta! Tierra y la Rebelión Zapatista en Chiapas analiza las políticas del gobierno mexicano y ofrece una exposición detallada de las muchas cuestiones que se señalaron a la vanguardia por el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). El análisis profundo de la situación por Collier, desafía las políticas del presidente Salinas de Gortari de modernización y globalización, lo que llevo al conflicto en Chiapas. Aunque el EZLN tenía muchos problemas con el camino elegido por el gobierno mexicano, el tema en el centro de la disputa fue la enmienda por el presidente de Gortari del artículo 27 de la Constitución de 1917, en relación con la aprobación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Para ilustrar los problemas con la idea de la modernización y de globalización tal como se aplica en México, la modificación del artículo 27 de la Constitución de 1917 es un ejemplo perfecto de las políticas equivocadas del gobierno de Salinas. Los campesinos y los pueblos indígenas habían logrado avances significativos en la propiedad de la tierra en forma comunitaria, un retorno al sistema ejidal de tenencia de la tierra, donde las comunidades son responsables de la administración y gestión de sus tierras. Pero bajo la política de Salinas de Gortari, las ganancias fueron reducidas y revertidas. Las nuevas políticas forzaron la propiedad de las tierras en forma individual en lugar de un grupo comunal. Este cambio en la política causo grandes problemas ya que los propietarios de esas tierras ya no eran capaces de pagar las tierras como individuos y como resultado, se vieron obligados a vender sus parcelas a las corporaciones ricas, tanto extranjeras como nacionales. Además de la eliminación de la propiedad comunal de la tierra, el presidente desmantelo los subsidios a las empresas agrícolas pequeñas, por lo que los campesinos ya no eran capaces de comprar la semilla y el fertilizante necesario para cultivar a gran escala. Con la economía en una situación desesperada debido a las medidas de austeridad puestas en marcha, De Gortari dio cuenta de que está era la única manera de mover al país hacia delante y al mismo tiempo mejorar la imagen de México ante los ojos de la comunidad internacional. Para Salinas de Gortari, ya era tiempo que México sea considerado como un país del primer mundo, pero en proceso de movilización de la nación hacia el objetivo de convertirse en una nación industrializada, las políticas causaron un gran daño a la población campesina y indígena en general, pero en particular a los más pobres de la población en Chiapas. Los pequeños propietarios de tierras en Chiapas se vieron obligados a endeudarse inmanejablemente en un intento de competir con las empresas multinacionales. Con el tiempo se vieron obligados a vender sus empresas y tierras a las empresas más grandes o propietarios más ricos.

Igualmente importante fue la asfixiante presión aplicada a los sindicatos. Los derechos de los trabajadores de la industria, los agricultores, y otros sectores de actividad que habían contado con el apoyo del gobierno, fueron atacados. El gobierno limito los derechos de los sindicatos a organizar huelgas, así como evitar la creación de nuevos sindicatos. En consecuencia, estás acciones del gobierno mexicano ayudo a aliviar los temores de las empresas extranjeras y para allanar el camino para la industrialización de México por la propiedad extranjera. La incapacidad de los sindicatos para proteger los derechos de los trabajadores se sintió en todo el país, pero de nuevo en particular, en la empobrecida región norte de Chiapas. Los trabajadores industriales que fuero a las ciudades en busca de empleo fueron obligados a regresar a su territorio por los bajos sueldos impuestos por las corporaciones.

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