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Reforma Agraria En Chile

c_and_j17 de Octubre de 2013

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REFORMA AGRARIA EN CHILE

Integrante: Camila Santander

Curso: 3ºA

Fecha: 07/10/2013

Asignatura: historia

Profesor: Richard Aravena

INDICE

Tema…………………………..pág.

Índice………..………………………………………….…………..2

Introducción……………………………………………………3

Definición R.A ………………………………………………4-5

Contexto histórico……………..……………………………6-7

Establecimiento r.a en chile………………………8-9-10

Conclusión………………………………………………………..11

Anexos……………………………………......................................12-13

Introducción

A mediados del siglo XX, la agricultura chilena al igual que en el resto de Latinoamérica era muy poca y se desperdiciaba demasiado de recursos y de mano de obra. La tenencia de la tierra estaba en manos de unos pocos, y éstas eran sumamente infértiles. El contraste con lo que pasaba en el mundo desarrollado es sorprendente, mientras que en América latina aumentaba un 24% la superficie agrícola, los rendimientos sólo aumentaban un 7% (década del ’50). En Europa esos aumentos fueron 3 y 4% respectivamente.

Esta realidad no solo afectaba la economía de chile, que debía importar los alimentos ya que no podía abastecerse por sí mismo, sino que también tenía a la clase campesina hundida en la mayor pobreza y marginalidad.

La reforma agraria se transforma en el proceso de cambio estructural más importante del siglo xx, lo que obtuvo cambios en lo social, económicos y culturales en la sociedad chilena.

Con este trabajo lo que se quiere hacer es revisar , resumir y reconocer los puntos que marcaron o que son los más importantes vividos en ese proceso.

En el cual se pretende considerar el periodo comprendido entre 1962 y 2973, relacionando los cambios pasados por la sociedad chilena.

Definición de “reforma agraria”

Este concepto ha sido por largo tiempo definido por diferentes autores, notándose una diferencia bien marcada sobre el concepto.

Es así como en 1953, Jacoby, afirma que:

“…La reforma Agraria cubre toda la acción organizada diseñada para impulsar los sistemas existentes de tenencia de tierra, impulsando: una legislación de tenencia, consolidando las fragmentadas, reformando la tenencia y quebrando las largas permanencias de un solo dueño (redistribución de la tierra). Todos los efectos de reformas de tierra, de cualquier manera, sólo pueden ser obtenidos si son acompañados por impulsos y sus partes relacionadas estrechamente con los sistemas económicos y sociales, tales como facilidades crediticias, comercialización, tributación y educación”

En el año 1959, Antonio Núñez Jiménez, presidente del Instituto de Reforma Agraria de Cuba, opinaba que:

“…hay dos puntos esenciales en una reforma agraria y son: las expropiaciones de todos los latifundios y el reparto gratuito de la tierra entre los campesinos. Junto a esas dos medidas básicas, el Estado debe promover el proceso real de la agricultura, brindándole una amplia ayuda al campesino: entrega de semillas, aperos de labranza, créditos baratos, cooperación estatal para la construcción de viviendas higiénicas, abastecimiento de agua para el consumo y para riego, construcción de frigoríficos y muy especialmente vías de comunicación”.

Esta visión, era mucho más integral respecto a la reforma y el protagonismo que debía tener el Estado en su realización, ya que no sólo sería una redistribución de la tierra, sino que debe incluir apoyo al agricultor para que una vez entregada la tierra, éste la pueda explotar adecuadamente, de una manera eficiente y con un mejor estándar de vida, asociado a una entrega gratuita de la propiedad. En este sentido, es discutible si es la mejor forma de entregar la tierra, puesto que de no mediar cierto esfuerzo por parte de los beneficiados, no tendría el mismo aprecio por lo obtenido.

En Chile, en el año 1960, Mendieta y Núñez Jiménez, establecieron que:

“…la reforma agraria parte necesariamente de la distribución de la propiedad territorial. La misma palabra reforma está indicando un cambio en los modos o patrones existentes, en un país determinado, de la distribución de la tierra. Si no hay cambio fundamental en esos modos o patrones no puede hablarse propiamente de Reforma Agraria”….luego agregan “la reforma agraria comprende cuatro fases: a) redistribución de la propiedad territorial; b)crédito para la explotación adecuada de la tierra que ha sido objeto de redistribución; c) asistencia técnica a los nuevos propietarios para la mayor explotación de la extensión territorial que haya recibido como consecuencia de la primera fase de la reforma y d) asistencia social con el fin de que alcance más altos niveles materiales y morales de la vida”.

Según se observa, la definición de Reforma Agraria fue complementándose, y los alcances que ésta debía tener varió de acuerdo a la visión de sus autores, manteniendo un común denominador: redistribuir la tierra y apoyar el proceso productivo de sus nuevos propietarios.

Contexto histórico

En la primera mitad del siglo XX, en la mayoría de los países de América Latina predominó en las zonas rurales el sistema latifundista con sus medianeros, aparceros o arrendatarios; al margen de los latifundios se encontraban los minifundios familiares.

La población rural en muchos de los países de Latinoamérica llegaba a constituir más del 50% de la población total. Era característico de estas zonas que los trabajadores agrícolas vivieran aislados, con altas tasas de analfabetismo, carentes de servicios básicos (energía eléctrica, agua potable, alcantarillado), sus viviendas eran rústicas, característicos de una población sumida en la pobreza.

En algunos de estos países, empresas transnacionales que explotaban minerales e hidrocarburos, no sólo introdujeron nuevas prácticas administrativas sino que además influyeron en la creación o fortalecimiento de los movimientos sindicales, incluidos los sindicatos agrarios, y en la formación de las bases de los partidos políticos modernos.

Ya en el año 1910, en México, se encausaron las primeras reclamaciones agrícolas, dando inicio a una reforma agraria que fue ratificada por la constitución de 1917, sentando el precedente para las reformas que se realizarían más tarde en el resto de América Latina.

Es en este contexto, como organizaciones dependientes de las Naciones Unidas influyeron en la formación de un pensamiento favorable al cambio en el agro de América Latina y el Caribe. En la década del ’50, tanto la Asamblea General y la Secretaría General de las Naciones Unidas, como en la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y otras organizaciones como la FAO y la OIT, se desarrolló un marco analítico que concluyó en la idea de la Reforma Agraria. En 1961, en la Carta del Este, se postula la Reforma Agraria como condición esencial para el desarrollo económico y social de los pueblos latinoamericanos.

Chile, no era la excepción a esta realidad, tal como se relata en el libro “Reforma Agraria Chilena”:

“…Ya en 1958 se afirmaba que más de la mitad de las viviendas campesinas debían ser reemplazadas. Con posterioridad hubo terremotos que agravaron la situación. La insalubridad, la miseria, el analfabetismo y el cierre de todo horizonte de progreso, impulsó el traslado masivo del campesino a las ciudades generando una marginalidad agobiante. Todo el país fue testigo de esta situación”. Luego continúa: “El campesino no tenía voz, ni estaba presente en la vida nacional. Tampoco interesaba que la tuviera a quienes lucraban con su aletargamiento. Cientos de miles de hombres y mujeres atrapados por la miseria económica y cultural”.

Conjuntamente con esta realidad, en Chile se presenta el desarrollo de los medios de comunicación, aumentan los afuerinos v/s los inquilinos, desarrollo de ideas de reforma agraria propios del pensamiento estructuralista de los años ’60, sumado a la influencia de la Revolución Cubana (1959) y de la Alianza para el Progreso (1961), factores que gatillaron una mayor politización del campesinado.

En 1955, de 345.000 familias residentes en el sector rural, el 50% no era propietario de tierra alguna, y del resto 10.000 grandes propiedades sobre 151.000 concentraban el 80% de la tierra, con baja productividad, muchas veces adquiridos por quienes sólo les interesaba especular con su valor y/o para evitar pagar impuestos, ya que en aquéllos años las propiedades agrícolas estaban exentas de éstos.

La situación afectaba la economía del país, según se expone en el folleto “Chile avanza, Reforma Agraria” : “Nuestra producción agrícola no crece al ritmo con que está aumentando la población del país. Por eso, como nuestra agricultura no alcanza a producir lo suficiente para abastecernos, hemos tenido que traer desde otros países mayores cantidades de alimentos”. Luego continúa “…De los 11 millones de hectáreas posibles de ser cultivadas, solamente estamos cultivando dos millones”. Esto atribuyendo a la mala distribución de la tierra

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