Rivadavia, Mitre Y Sarmiento En La Educación Argentina

1.- Bernardino Rivadavia

La primera mitad del s. XIX se vio influenciada por las corrientes ideológicas de Europa y de Norteamérica, que consideraban como valores fundamentales a la libertad y a la dignidad del hombre “(...) El liberalismo intelectual moderado y deísta (…)” (MARTINEZ PAZ F. 1999-2003, Pág. 277) suplantó la fe religiosa por la fe en la razón y el progreso. Con estas ideas comenzaba a estructurarse la Argentina moderna.

El referente del liberalismo porteño fue Bernardino Rivadavia, adhería a aquellas ideologías europeas. Su forma de gobierno se caracterizó por la administración y centralización en Buenos Aires, aislándola de las Provincias, aludiendo así a su posicionamiento unitario.

Subordinado y representando a capitales ingleses, adquirió un empréstito de éstos, con lo que fue el comienzo de la deuda externa; además estableció el sistema de enfiteusis, entre otras medidas económicas.

Arremetió contra la Iglesia Católica, no por Católica, sino porque encarnaba el espíritu del pueblo argentino (criollos entre otros). Por la fuerte influencia que ejercía sobre ellos. Como consecuencia de esto, le suprimió los fueros y confiscó sus bienes y propiedades. Con la Iglesia inestable apuntó a la secularización de la educación, promoviendo el estudio de la Ciencias Naturales.

Introdujo el método Lancasteriano, decreto la obligatoriedad y gratuidad escolar y fundo la Sociedad de Beneficencia, encargada de la educación para niños, desarrollo la educación media. Optó por el modelo napoleónico que consistía en una Pirámide cuya cúspide está la Universidad que funciona como rectora de todos los establecimientos educativos. Por medio de la educación aspiraba a formar por un lado a un reducido grupo de personas ilustres, los cuales serían los futuros dirigentes, que continúen con su política, por otro trataba de educar en masa, a grandes cantidades de personas.

Juan Manuel de Rosas

El periodo se caracterizó por el tradicionalismo conservador, el nacionalismo y la exaltación de lo popular. Defendió los intereses de La Rioja contra la imposición centralista de la oligarquía porteña y del capital ingles, suprimió el liberalismo aduanero, y apoyó a los grandes terratenientes, lo cual lo transformó en un líder popular.

Su prioridad era la defensa de la Nación, y para ello se alió con la Iglesia porque le garantizaba el orden social y político, no subordinó su política cultural a la Iglesia, sino que trató de utilizarla para consolidar el Estado. Cuando se produjo alguna disputa entre poderes (Gobierno – Iglesia) dio más importancia a los terrenales que a los divinos.

Este gobierno le delegó la educación a la Iglesia en tanto la misma enseñaba contenidos homogeneizados que se adecuaron al conservadurismo popular y fueron americanistas antieuropeo y antiunitario.

La función de la educación debía ser ligada al orden, antes que al trabajo, ritualizar al régimen y no formar productores.

Realizó persecución ideológica, imponiendo un rígido control a las actividades docentes de extranjeros, censura a la prensa, expulsó intelectuales liberales y obligó jurar fidelidad a la Santa Federación.

Rechazó los principios pedagógicos liberales y modernos, anuló el método Lancaster, la obligatoriedad y gratuidad escolar, estableciendo aranceles en las escuelas primarias públicas, debiendo los padres o deudos pagar los gastos de educación.

Conclusión:

Para concluir con este tema, entendemos que ambas formas de gobierno respondían a las demandas y necesidades de su posicionamiento político, si bien tenían fuertes diferencias, el fin era el progreso del Estado. Sus políticas y posicionamientos fueron radicales en algunos casos y otros ignorados, nunca pensaron que se produciría una transformación en donde se gestaría lentamente nuevas miradas y posicionamientos que se desarrollan a continuación.

2.- Generación del ´37

Reunía a jóvenes liberales, quienes creían en la democracia liberal y se diferenciaban de los federales rosistas y de los frívolos unitarios. Querían hacer una revolución moral, tratando de meterse en los corazones de los jóvenes oficiales patriotas, a la juventud del interior, a los hacendados ricos, por la causa antirrosista. Aspiraban que Rosas cayera por si mismo, sin derramamiento de sangre. La asociación escribiría la historia y estudiaría las constituciones. El gobierno educará sistemáticamente a las masas, en tanto la religión fecundará su corazón.

Alberdi y Sarmiento coincidían en que la población que habitaba América era incivilizada, los sectores no educables correspondían a los indígenas, los mestizos y los gauchos, debido a su condición de pobladores de ésta zona geográfica. “(…) la base autóctona era, a juicio de los mismos, un resabio de teñido del atraso español y colonial.” (Mignone, 1982)

Para Sarmiento la población indígena y mestiza era culturalmente irrecuperable e ineducable, por lo que debería ser aniquilada.

Para Alberdi había que traer inmigrantes de la zona Nórdica de Europa, principalmente de Inglaterra, “(…) la inmigración noreuropea transformaría la sociedad; eliminando los restos indígenas e hispánicos (…)” (PUIGGROS, A. (2001)) ya que allí se encontraban las industrias, y éstos poseían cultura de trabajo, responsabilidad y moral. Se poblaría el territorio, para él “Gobernar es poblar” (Herrera, Jorge Alberto), por el solo hecho de incorporar inmigrantes a la sociedad, de esa manera el comportamiento de la población se transformaría en base a las costumbres europeas, que ayudaría a instruir, moralizar y mejorar la raza.

Hacía hincapié en la educación para el trabajo en industrias, en pos del progreso económico, aplicar a las cosas prácticas un idioma como el inglés, útil y rápido, aplicado a la industria. Modernizar las costumbres de la gente, a través de escuelas de comercio e industria, de ésta manera la prosperidad y el progreso se darían espontáneamente. Proyectaba enseñar a trabajar tomando como modelo

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