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Sistema Educativo Francés


Enviado por   •  9 de Junio de 2014  •  5.352 Palabras (22 Páginas)  •  566 Visitas

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GENESIS DEL SISTEMA EDUCATIVO FRANCES: DE LA REVOLUCION AL IMPERIO NAPOLEONICO

INTRODUCCION

LOS PRECEDENTES INMEDIATOS

Fisiócratas, filósofos y enciclopedistas habían creado el clima. Frente a la tradicional vinculación de la educación a la Iglesia, proclaman que la educación ha de preparar al ciudadano para una sociedad civil, con una moral laica que respete la libertad de la conciencia, que oriente a los niños hacia actividades profesionales, lo que a su vez exige una alfabetización universal y gratuita.

LA EFERVESCENCIA REVOLUCIONARIA EN TORNO A LA EDUCACION

Durante el período revolucionario, esta perspectiva burguesa entrará en colisión con las pretensiones más socializantes y radicales de los jacobinos. Condorcet y Lepeletier son la expresión clara de esta divergencia. El primero representa la línea burguesa y el segundo la línea nacionalista igualitaria y estatalizante.

La Revolución tardó en concretar sus realizaciones educativas.

La Asamblea Nacional Constituyente se limita, en un decreto de diciembre de 1789, a confiar a los Departamentos la vigilancia de la educación pública y la enseñanza política y moral, y en septiembre de 1791, días antes de disolverse, a prometer por ley que se creará y organizará una instrucción común a todos los ciudadanos. Mirabeau y Talleyand, fueron los que plantearon ante la Asamblea Nacional los proyectos de la burguesía revolucionaria sobre educación.

En 1792 se presenta ante la Asamblea Legislativa el informe de Condorcet mientras que, sin esperar a que estos intentos prosperen, se suprimen las congregaciones y hermandades y se prohíbe que la enseñanza pública sea confiada a las casas e instituciones religiosas. La política de secularización ha secado las fuentes de financiación de la enseñanza y el Estado naciente no tiene a punto el mecanismo sustitutorio.

Mirar pag 47 cronología de la Revolución francesa

1793 es el momento álgido de la marea revolucionaria. Ha sido ejecutado Luis XVI, Francia está en guerra con Europa. En esta situación, los problemas educativos se mezclan más y más con los problemas políticos.

A partir de 1794 se ponen en pie las primeras realizaciones revolucionarias. Se ha producido la reacción termidoriana. Lakanal es nombrado presidente del comité de Instrucción Pública, y se apresura a hacer votar un nuevo proyecto. Por lo demás, empiezan a funcionar las piezas básicas de las aspiraciones educativas que vienen fermentando desde 1789. 1794 se crea la efímera Escuela Normal para la formación de los maestros. También en 1794, echa a andar lo que sería el germen de la Escuela Politécnica. En febrero de 1795 se vota un proyecto de ley presentado por Lakanal que crea las Escuelas Centrales para afrontar el siempre aplazado problema de la enseñanza secundaria. Esta ley, recortada en cuanto al número de las Escuelas Centrales, se refunde en un nuevo decreto, al que se ha llamado la carta escolar y el testamento escolar de la Convención, y en el que se recogen medidas para la enseñanza primaria, las Escuelas Centrales, las escuelas especiales y el Instituto Nacional de Ciencias y Artes.

Las Escuelas Centrales

Una de las realizaciones más significativas de la Convención fueron las Escuelas Centrales, escuelas de carácter secundario que constaban de tres ciclos de dos años cada uno (12-14, 14-16, 16-18 años). Su finalidad era política y científica: una formación científica, laica y republicana.

Los profesores eran nombrados por el departamento a propuesta de un jurado de selección. Estaban bien remunerados y tenían plena libertad para organizar sus cursos.

Las Escuelas Centrales insistían en una cultura predominante científica, con débil base humanística y literaria y neutra en cuanto a la enseñanza de la religión.

Los alumnos escogían los cursos que les interesaba seguir. Debían pagar por la enseñanza, y aunque había lo que hoy llamaríamos becas, la mayor parte de ellos pertenecían a la burguesía, el funcionariado y algunos a la antigua aristocracia.

Bonaparte, encarga a Chaptal la redacción de un proyecto de educación, que resulta demasiado liberal para las intenciones del primer cónsul. Fourcroy se encarga de acomodarlo mejor a las exigencias del poder personal y el proyecto que resulta se concreta en la ley de 1 de mayo de 1802, que vivirá hasta la organización de la Universidad Imperial.

ESTADO Y EDUCACION

En el período revolucionario el Estado francés está decidido a tomar las riendas de la educación en la nación. En este período se alumbran ideas y principios de organización y se realizan experiencias que van a seguir presentes en la vida de los sistemas educativos en los siglos XIX y XX.

La educación entendida como “un producto de la sociedad y fuente de bienes para la sociedad y fuente igualmente fecunda de bienes para el individuo”, es una base estabilizadora del poder político en el pensamiento del astuto y prudente obispo de Autun.

La estatalización de la enseñanza es un hilo conductor importante en la evolución del pensamiento educativo de la Revolución francesa. Ya sea Condorcet delante de la Asamblea Legislativa, o Lepeletier o Romme delante de la Convención, todos coinciden en que la educación futura, la que ellos alumbren, debe ser el instrumento por excelencia para forjar la unidad de todos los ciudadanos en torno a los principios de libertad, igualdad política y fraternidad. Desde el primer momento, los legisladores de la Revolución tienen como meta la formación del ciudadano. Se considera como contenido educativo en el currículo escolar la enseñanza de los deberes cívicos y de la constitución, y para ello proliferan los catecismos, al uso de los instrumentos eclesiásticos tradicionales.

El hombre puede cambiar, puede perfeccionarse, y la palanca es la educación. “Educarse es hacerse mejor y más feliz”, según la Enciclopedia.

Los revolucionarios, impregnados de estas ideas, trataron de introducirlas en la práctica educativa. Fracasaron en su empeño, pero tienen el mérito de haber planteado y discutido ampliamente la mayor parte de las cuestiones que estarán presentes en la política educativa y en la pedagogía del siglo XIX.

El fracaso pudo deberse a la magnitud misma de los problemas y a la novedad

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