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Un Recurso Para Cambiar La Practica

bogarabs7 de Marzo de 2013

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UN RECURSO PARA CAMBIAR LA PRÁCTICA: EL DIARIO DEL PROFESOR.

José Martin Toscano

La práctica no es sólo lo que se ve

toda práctica obedece a una teoría

En primer lugar, afirmaríamos que la práctica no es sólo "lo que se ve", sino, y también, lo que hay detrás de lo que se ve. O lo que es lo mismo, que nuestros actos como profesionales están guiados y justificados por un conjunto de ideas, creencias, concepciones, etc

cambiar o transformar la práctica no es sólo cambiar la forma de hacer las cosas, sino fundamentalmente cambiar nuestras ideas, nuestras creencias y concepciones sobre por qué, qué y cómo conducirnos como profesionales, lo cual va a llevar inevitablemente a un cambio, una evolución, en nuestras conductas, si esto se hace de manera consciente y rigurosa.

reflexión sobre la práctica debería contemplar, al menos:

a) La posibilidad de describir lo que hago, para que otros lo conozcan.

b) La posibilidad de analizar y discutir los planteamientos que sustentan lo que hago, las ideas, los criterios, las razones últimas de mis decisiones.

c) La posibilidad de conocer y ensayar nuevos planteamientos, nuevas ideas, en la medida de lo posible compartidos con otros colegas (compañeros de centro, de ciclo, de seminario...)

La investigación escolar como un proceso continuo que favorece la reflexión en la práctica y sobre la práctica

cuando hablamos de investigación estamos haciendo referencia a un proceso sistemático mediante el cual se genera o construye conocimiento acerca de algo o alguien. Si hablamos de investigación escolar, estamos haciendo referencia a dos asuntos: que el objeto es la escuela, y que los sujetos que construyen o generan conocimiento "sobre la escuela", son los mismos que trabajan en ella, o sea los profesores; por tanto hablamos de investigación "sobre", que se hace "en la escuela". Y todo ello desde la perspectiva de transformar, cambiar o hacer evolucionar el estado actual de las cosas.

un recurso que se ha revelado como un instrumento nucleador de los procesos de investigación es el diario del profesor: a partir de su elaboración, y mediante su análisis y discusión colectiva, se han desarrollado experiencias que han propiciado y favorecido tanto la reflexión como el cambio de las ideas y las prácticas de los profesores que hemos participado.

El Diario del profesor como guía para la investigación: de la descripción al análisis.

El hecho de llevar un Diario de nuestra experiencia docente, implica poner en práctica un método de desarrollo profesional permanente, y como tal, un proceso donde podemos resaltar momentos y fases relativamente diferentes.

El diario ha de propiciar, fundamental-mente, el desarrollo de la capacidad de descripción de la dinámica del aula, a través del relato sistemático y de los distintos acontecimientos y situaciones cotidianas. Podemos comenzar simplemente registrando aquellas impresiones que, se nos quedan después de terminar, o en el intervalo, de una jornada. Eso que recordamos cuando volvemos a casa, o cuando conducimos todavía con el reflejo en la memoria de las situaciones vividas en clase recientemente. Progresivamente, conviene hacerlo de una manera más sistemática, siguiendo por ejemplo un guión fijado con anterioridad.

1. Descripción general de la dinámica de la clase: organización y distribución de la jornada.

2. Descripción pormenorizada de una o varias actividades (la más significativas).

3. ¿Qué hace el profesor durante su desarrollo?

4. ¿Qué hacen los alumnos?

5. Acontecimientos más significativos durante su desarrollo: tipo de conductas, frases textuales (de profesores y alumnos)

6. Descripción de conflictos (si los hubo) entre los alumnos, y entre alumnos y profesor.

7. Dudas, contradicciones, reflexiones que surgen durante, o después del desarrollo de las actividades.

Las reuniones de los equipos de profesores en los centros, generalmente, se dedican a aspectos organizativos, relativos a problemáticas generales, ajenas la mayoría de las veces a los problemas más cercanos de la práctica. Así de un mayor nivel de generalidad, se puede ir pasando, progresivamente, a una visión más analítica y profunda de la realidad a medida que se van categorizando.

Todo nos permitir ir detectando y enunciando los problemas prácticos que realmente nos preocupan, a la vez que focalizar, progresivamente, nuestras observaciones para recoger información sobre los mismos, una perspectiva diferente según cada caso. Estos problemas pueden ser de origen y naturaleza diversa, pero quizás convenga clasificarlos como las siguientes:

a) Problemas relacionados con la dinámica general de la clase (de disciplina, de atención, de roles y liderazgos, de motivación, de participación, etc.)

b) Problemas relacionados con la adecuación de objetivos y contenidos (su pertinencia, su interés, su adaptación al nivel real de los alumnos, su secuenciación, etc.)

c) Problemas relacionados con la metodología de trabajo en clase (el tipo y la secuencia de actividades, la organización del espacio y el tiempo, el uso de determinados recursos, etc.)

d) Problemas relacionados con la evaluación (qué y para qué se evalúa, cómo se evalúa, quién evalúa.)

e) Problemas relacionados con la dinámica general del centro (la organización general del espacio y el tiempo, los recreos, la coordinación entre niveles, etc.)

De los problemas a las concepciones y de las nuevas ideas al diseño

En este momento predomina el intercambio de puntos de vista a partir del análisis de la información recogida en torno a problemas concretos. Si bien es cierto que resulta difícil "cambiar de idea" o de "forma de pensar", también es cierto que si sometemos las concepciones a procesos continuados de contraste con la propia realidad, o con otras concepciones y suelen aparecer contradicciones y evidencias que nos pueden llevar a la modificación, ampliación o sustitución de las mismas por otros puntos de vista que, en ese momento, consideremos más adecuados.

Estos procesos de contraste requieren de un cierto nivel de planificación y sistematicidad si pretendemos iniciar una dinámica sostenida de evolución de nuestras ideas

a) sobre los alumnos: cómo aprenden; cómo se desarrollan; cómo se facilita eso; cómo se comportan; las causas y las consecuencias de sus conductas; sus derechos y deberes.

b) sobre el profesor: su papel; su responsabilidad; su profesionalidad; estilos y métodos de enseñanza; fines y metas educativas, etc.

c) sobre la materia o materias: carácter del conocimiento; importancia del conocimiento de los alumnos; técnicas específicas de enseñanza; materiales y recursos.

d) sobre el ambiente: relaciones personales dentro y fuera del aula; relaciones de poder; democracia y participación; organización del espacio y el tiempo, etc.

e) Concepciones sobre el papel de la escuela en la sociedad: el tipo de formación ciudadana; la relación con los padres, etc.

Hacerlo de esta manera puede ayudar a organizar la discusión en el seno del equipo. Al mismo tiempo se puede invitar a participar a personas ajenas al equipo, que aporten una visión diferente sobre la problemática (otros compañeros con una experiencia similar.). También es conveniente seleccionar lecturas adecuadas, de artículos, libros, que aporten información significativa, o encuestar a los alumnos, a otros profesores del centro, etc.

En esta fase el diario no es sólo uno de los instrumentos más adecuados, al reflejar ya en la información que se recoge el punto de vista de sus autores, sino que además es el testigo biográfico que da fe de nuestra propia evolución personal. en un momento dado, permite comparar lo que pensaban unos y otros en diversos momentos del proceso.

Este intercambio facilita la ampliación de los puntos de vista iniciales y por tanto favorece la evolución de las concepciones. Estas nuevas ideas, o concepciones evolucionadas deben traducirse en el diseño de una nueva intervención, los cambios en las ideas han de tener un reflejo en los cambios en el programa.

Hasta ahora hemos intentado describir las características que debería adoptar el contenido de un Diario cuando se trata de reflexionar sobre los problemas del aula y sobre las ideas, creencias y contradicciones que están asociadas a ellos. A continuación nos hemos centrado en el "momento" del Diario en que nos esforzamos por cambiar nuestras propias ideas. Esta evolución de nuestras concepciones, si queremos ser rigurosos, ha de traducirse en el diseño de una nueva intervención; es decir, los cambios de ideas didácticas han de tener un reflejo en nuestro programa de intervención, y para esto el Diario, nuevamente, puede ser el testigo biográfico fundamental: el registro sistemático y coherente del nuevo diseño experimental.

El diario como instrumento para transformar las nuevas concepciones en una nueva practica.

Pues bien, aún queda un paso más, quizás el más problemático: queda la aplicación del nuevo diseño a la práctica. Conocer nuestros problemas, investigarlos, cambiar las concepciones asociadas con ellos y preparar hipótesis de intervención novedosas que pretendan resolverlos, son pasos obligados en nuestro desarrollo profesional, pero todo ello serviría de poco

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