ANÁLISIS DE LOS TEXTOS: EL ARTE DE LO POSIBLE, DE SIR ROGER DOUGLAS Y EL PRINCIPITO
MiguelRodarEnsayo11 de Diciembre de 2022
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ANÁLISIS DE LOS TEXTOS: EL ARTE DE LO POSIBLE, DE SIR ROGER DOUGLAS Y EL PRINCIPITO, O SEA EL OFICIO DE POLÍTICOS, DE FERNANDO ESCALANTE GONZALBO
- Textos seleccionados y objetivo del ensayo.
Es importante dar una breve explicación del porqué elegí estos textos, de entre la gama de lecturas que tuvimos a disposición durante el curso. Empiezo señalando que, si bien la lectura de los pensadores del mundo clásico es fundamental para entender la política y la organización de los hombres en sociedad, mi interés va más apegado al mundo moderno. A la forma de hacer política en la actualidad y de cómo basan las personas, que la eligen como forma de vida, sus decisiones y su proyecto político.
Dicho lo anterior, me incliné por analizar el artículo publicado por Sir Roger Douglas, El arte de lo posible, en el número 53 de Nueva Revista y, por el libro de Fernando Escalante Gonzalbo, El Principito, o sea el oficio de políticos (oráculo manual para desegaño de aspirantes, meditación de profesos y deleite de jubilados).
El objetivo que busco es contrastar ambas lecturas, tomando como base los diez principios que enumera Douglas en su artículo, los cuales propone sean un manual para que las reformas estructurales vayan acompañadas del éxito político. Resulta para mi interesante comparar estos principios de implementación de un proyecto público, con los fundamentos de la práctica política que describe, de una manera brillante, Escalante Gonzalbo en su obra.
- Breve síntesis de los textos seleccionados.
- El arte de lo posible.
Previo a dar paso a la síntesis del artículo escrito por Sir Robert Douglas, es necesario proporcionar un poco de contexto respecto del autor y de su experiencia en el ámbito público, con el fin de entender su tiempo y circunstancia y, por tanto, el contenido de su propuesta.
Robert Douglas (1937) es un político neozelandés, retirado de la vida pública, que cobró relevancia internacional por la implementación de reformas económicas liberales en su país, como ministro de Finanzas, durante los años ochenta del siglo pasado. Fue electo al cargo en el gobierno del Primer Ministro laborista David Lange, quien después del crash financiero de 1987, buscó la salida de Douglas del ministerio y así detener el empuje de lo que ya se había denominado como la Rogernomics. En 1989, Douglas fue reelecto, lo que provocó la renuncia como Primer Ministro de Lange. Una año después, el partido Laborista sufrió una dura derrota electoral ante el partido Nacional. (State-owned enterprises are born, 2021)
Douglas pertenecía a un gobierno de corte izquierdista, por lo que sus reformas tuvieron mucha resistencia, aún dentro de su propio partido. Fue un político más apegado a la técnica que al oficio político y es por ello que los principios descritos en el artículo, considero que están más alineados a la estructuración e implementación de una política pública, que a la construcción de un proyecto político propio, lo cual necesariamente requiere de ciertas componendas y acuerdos, alejados de la solución pura de los problemas económicos. No por ello dejo de admirar su valentía y talante político, para ponerse frente a la necesidad de resolverlos.
En El arte de lo posible podemos encontrar, precisamente, la defensa de su visión de como deben implementarse las reformas estructurales y la postulación de su tesis, consistente en que los políticos no deben temer ni eludir el compromiso público de aceptar los costos iniciales, a cambio de proteger su popularidad en el corto plazo. Así, afirma que quienes buscaron el éxito político recurriendo a soluciones ad hoc y evadieron los verdaderos problemas, no solo causaron un daño cierto a la nación, sino que también destruyeron su propia reputación. (Douglas, 1997, pág. 45)
Del mismo modo, Douglas sostiene que el político no debe preocuparse por los consensos previos con los grupos de interés que se verán afectados por las reformas, ya que en la medida que éstas se ejecuten rápida y eficazmente, el consenso surgirá por la propia aceptación de que no hay marcha atrás. Esto es así porque defiende que no es conveniente llevarlas a cabo de forma escalonada o paulatina, su recomendación es la siguiente: si una solución tiene sentido a medio plazo, promuévase con empeño y sin dudarlo, pues ninguna otra producirá otra producirá un resultado que realmente satisfaga al ciudadano. (Douglas, 1997, pág. 46)
- El Principito, o sea oficio de políticos.
Como lo mencioné en la primera parte del ensayo, reconozco este libro como un texto que toda persona, que busque o esté en el poder, debe analizar a profundidad para entender la distinción de la ética personal, guía del comportamiento de un hombre como parte de la sociedad en la que se desenvuelve, de la ética pública destinada a resolver las necesidades de los ciudadanos que habitan dentro de un Estado.
Fernando Escalante parte de la importancia de comprender la política, o la práctica de ésta, en un lenguaje capaz de influenciar las decisiones de quienes quieran desarrollarse en el sector público, con fundamentos de orden práctico y funcional. Para conseguir tan preciado objetivo, procura seguir en la estructura de sus postulados la técnica maquiavélica de argumentación mediante ejemplos, omitiendo buena parte de la discusión conceptual, y eso tiene su razón de ser.” (Escalante Gonzalbo, 2011, pág. 32)
Difícilmente la mera teoría y la rígida aplicación de la ciencia llevarán al personaje público a tener éxito. Su actuar debe basarse, también, en tácticas y posiciones que le den ventaja sobre los demás actores y, por tanto, prever las consecuencias de sus decisiones con base en la prudencia política.
Para Escalante es imperioso distinguir, reconociendo que existen otras formas de gobierno, entre las repúblicas burocráticas y las repúblicas mafiosas. En las primeras, los servidores públicos basan su actuar, exclusivamente, en lo que les está permitido por la ley; en las segundas, los políticos utilizan la ley a su conveniencia, con los riesgos que conlleva, por lo que no pueden dejar de lado a la prudencia política.
Con el fin de dar mayor claridad al lector, el autor utiliza múltiples ejemplos tomados de estudiosos de la ciencia política, el derecho y de políticos con experiencias exitosas en su función de jefes de Estado o de Gobierno, tales como: Jeremy Bentham, Edmund Burk, Cicerón, Francisco Guicciardini, Martin Luis Guzmán, San Ignacio de Loyola, Roberto Michels, Francisco Quevedo, Carl Shmitt, Max Weber, el Cardenal Richelieu, Luis XIV, Napoleón Bonaparte, Miguel Alemán, Plutarco Elías Calles y Franklin D. Roosevelt.
Escalante Gonzalbo utiliza, constantemente, al florentino Nicolás Maquiavelo, famoso en el mundo de la política por su obra El Príncipe, como recordatorio de la necesidad del político de afrontar los problemas que se le presenten con inteligencia y sagacidad, para aprovechar sus talentos y ocultar sus debilidades, pero también, para conseguir el respeto de los gobernados, generar orden público y controlar a sus enemigos. El autor no busca compararse con él, ni mucho menos que su obra sea vista como una continuación o crítica a los consejos maquiavélicos, pero sin duda, puede leerse como un suplemento contemporáneo a lo que Maquiavelo escribió en el siglo XVI.
- Contrastes y semejanzas entre ambos textos.
Como se estableció con anterioridad, el objetivo de este apartado es contrastar las dos lecturas seleccionadas, con el fin de analizar si los principios recomendados por Douglas, en la implementación de reformas estructurales de gran calado, realmente son del todo aplicables en el contexto de la práctica política expuesta por Escalante Gonzalbo.
Es conveniente hacer notar que el contraste de los textos, parte de ámbitos de apreciación distintos de lo que es la política y que resulta, precisamente, el objetivo del presente ensayo. Así, la receta política de Douglas proviene de su paso por el gobierno de Nueva Zelanda, que puede ser comparada, para efectos de este ejercicio académico, a lo que Escalante define como una república burocrática, ya que se trata de un régimen parlamentario, de corte británico, que al de una república mafiosa, en la que se requiere en mayor medida, según el propio Escalante, del uso de la prudencia política.
- Principio I: Para políticas de calidad se necesitan personas de calidad.
Parte de la base que las políticas empiezan por las personas. Nacen de la calidad de sus observaciones, de su conocimiento, análisis e imaginación, de su capacidad de pensar alternativas y examinar el abanico de opciones más amplio posible. (Douglas, 1997, pág. 48)
Siempre es deseable que las reformas sean supervisadas y ejecutadas por servidores públicos profesionales y técnicos, que puedan resolver aquello que se presente y llevarlas a buen término, dentro del marco de su especialización. Es muy poco lo que puede aportar un político profesional en esa parte. Pero también es cierto que, para llegar al punto en que se esté en posibilidad de implementar una reforma estructural, se requiere previamente del oficio político. Douglas omite esta parte fundamental en el armado de un proyecto de política pública.
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