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¿ES NICOLÁS MAQUIAVELO EL PADRE DE LAS CIENCIAS POLITICAS?


Enviado por   •  23 de Octubre de 2012  •  3.420 Palabras (14 Páginas)  •  5.511 Visitas

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"No hay que atacar al poder si no tienes la seguridad de destruirlo" Nicolás Maquiavelo (1469-1527)

¿ES NICOLÁS MAQUIAVELO EL PADRE DE LAS CIENCIAS POLITICAS?

La obra de Nicolás Maquiavelo titulada El príncipe es una obra que consta de 26 capítulos y 190 páginas en donde cada capítulo da a sus ideas en cuanto a la política; El poder ha seducido a los hombres desde los tiempos más remotos. Su concepción y su práctica han sido heterogénea a través de la historia de la civilización. Pero nadie en muchos siglos se había aproximado a develar la naturaleza del poder en forma tan realista y desnuda como Nicolás Maquiavelo.

En la ciencia política nadie ha sido más importante que Niccolo Machiavelli, pues sentó las bases, con su conocida obra El Príncipe, para la creación de la ciencia política mundial.

La vida de Nicolás Maquiavelo puede dividirse claramente en tres etapas: la primaria, la de la función pública y la del exilio. En su primera etapa, Nicolás Maquiavelo escribió El Príncipe, inspirado por Lorenzo de Médici, quien se encontraba con el poder en Florencia, Italia.

Ya en su segunda etapa y coincidiendo con la caída de los Médici, Maquiavelo ingresó al servicio público florentino, como secretario, canciller y secretario de la segunda cancillería, hasta el regreso de los Médici impulsado por el Papa León X, en donde fue acusado por traición a esa familia y finalmente terminó siendo exiliado.

La envergadura y la influencia del pensamiento de Nicolás Maquiavelo en la historia de las ideas políticas es un hecho incontrastable. Apenas ha habido pensador o actor directo en los movimientos políticos de la historia occidental que no haya tenido a "El Príncipe" como libro de cabecera.

A partir de Maquiavelo, la principal ambición de la política será la efectividad, y tomar "el partido menos malo" en las decisiones estatales, la mejor forma de actuación de los monarcas. Se justifica así la intervención política en la búsqueda del "bien común".

A raíz de su actividad gubernamental, Maquiavelo pudo conocer de cerca a los principales personajes/líderes de la época y desarrollar una opinión sobre el ordenamiento político de la Europa del siglo XVI, tal como se desprende de su Epistolario Privado, editado y traducido por Juan Manuel Forte (La esfera de los Libros). En sus cartas, el pensador italiano, además de reseñar los elementos que configuran su vida cotidiana, se nos presenta como un sagaz analista que comenta, fruto de su experiencia, sus principales percepciones de la realidad con amigos como el embajador en Roma Francesco Vettori o el noble Francesco Guicciardini.

En sus misivas podemos observar que su principal preocupación es el futuro de Italia, que continuaba disgregada en una multitud de repúblicas, reinos y estados que impedían organizar una fuerte unidad nacional, lo que la dejaba sometida a la "ruina y servidumbre" respecto al resto de potencias europeas.

En el texto podemos observar como Maquiavelo nos habla de TIPOS DE PRINCIPADOS

"En los primeros capítulos clasifica los tipos de principados, según su opinión, y las características y exigencias de cada uno, que determinan las medidas a tomar por el nuevo gobernante para garantizar su poderío. Estos principados son los hereditarios –que son los mas fáciles de conservar- y los nuevos, que sino son del todo nuevos, se llaman mixtos.

Estos dos últimos se caracterizan por la forma de adquirirse y que puede ser: por medio de las armas propias y talento personal –que son los mas seguros-, por medio de armas y fortunas de otros –que son inseguros-, por medio de crímenes y los últimos que son por medio del favor de los conciudadanos, que es llamado principado civil y que es impuesto ya sea por el pueblo o por los nobles, según que la ocasión se presente a unos o a otros.

Concluye que un príncipe debe vivir en la nueva provincia para asegurar la posesión al identificar desórdenes a tiempo, integrar colonias y desaparecer por completo a la dinastía derrotada para evitar levantamientos, además de cuidarse de extranjeros poderosos que puedan intentar una sublevación.

También en los dos primeros capítulos Maquiavelo nos habla de los TIPOS DE GOBIERNO, considera dos: los asistidos por siervos, donde el príncipe tiene mayor autoridad y le serán fieles si no los oprime, y el asistido por nobles, siempre fáciles de sobornar por su descontento; el consejo al gobernante es recordar que no puede cambiar a todos sus súbditos, pero sí puede cambiar o crear nuevos nobles.

Para gobernar plenamente a una ciudad o principado que antes de la conquista se regía por sus propias leyes, contempla tres reglas: primero, destruirlo; después, radicar en él; finalmente, regirlo por sus propias leyes, obligarlo a pagar tributo e integrar un gobierno con pocas personas de entre sus mismos ciudadanos. El gobernante que menos confía en la suerte conserva mejor su conquista.

Imponer nuevas leyes es difícil y peligroso, por lo que debe hacerse con habilidad. Es fácil convencer al pueblo de algo, pero difícil mantenerlo en la convicción. El príncipe nuevo debe deshacerse de enemigos, conquistar amigos, hacerse amar o temer de los súbditos, hacerse respetar y obedecer por sus ejércitos, disolver milicias infieles, reemplazar antiguas leyes y conservar la amistad de los poderosos. Para conservar el poder, los actos criminales deben ejecutarse de una sola vez para evitar intranquilidad y desconfianza.

Las fuerzas de todos los principados se miden en base: si un príncipe posee un Estado tal que pueda, en caso necesario, sostenerse por si mismo, o si tiene, en tal caso, que recurrir a la ayuda de otros, y esto ultimo puede ser fatal para el principado. Se considera capaces de sostenerse por si mismos a los que, o por abundancia de hombres o de dinero, pueden levantar un ejercito respetable y presentar batalla a quienquiera que se atreva a atacarlos; y se considera que tienen siempre necesidad de otros a los que no pueden presentar batalla al enemigo en campo abierto, sino que se ven obligados a refugiarse dentro de sus muros para defenderlos.

También existen los principados eclesiásticos, respecto a los cuales todas las dificultades existen antes de poseerlos, pues se adquieren o por valor o por suerte y se conservan sin el uno ni la otra, dado que se apoyan en antiguas instituciones religiosas que son tan potentes y de tal calidad que mantienen a sus príncipes en el poder sea cual fuere el modo en que estos procedan y vivan.

Estos son los únicos que tienen Estados y no los defienden; súbditos y no los gobiernan. Y los Estados, a pesar de hallarse indefensos,

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