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El Proceso


Enviado por   •  22 de Agosto de 2013  •  1.316 Palabras (6 Páginas)  •  204 Visitas

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En esta obra presentada por Franz Kafka se muestra claramente el sin fin de irregularidades a las que estuvo sometido durante su proceso el apoderado de un banco, quien respondía al nombre de Joseph K.

Dentro del capítulo II; denominado “el primer interrogatorio”, Joseph expone ante el tribunal todas y cada una de las irregularidades a las que estuvo sometido; expone el tiempo exacto de su arresto, el cual hasta el momento del primer interrogatorio habían transcurrido diez días.

En su arresto se utilizó un procedimiento, que al criterio de Joseph K. había sido demasiado “ridículo”, pues simplemente una mañana fue sorprendido por dos agentes; quienes de un modo grotesco habían irrumpido en su casa, tales agentes mostraron su alta inmoralidad puesto que se ofrecieron al soborno y trataban de desvergonzarlo; quedándose con todas y cada una de sus pertenencias. Además fue conducido a una tercera habitación; la de la señora Grubach, lugar en donde se encontraría el inspector, allí Joseph lo cuestionó acerca del ¿Por qué? de su arresto y la respuesta a dicha interrogante simplemente no fue respondida ya que lo único que pronunció fue que estaba detenido y eso era todo.

Después de un tiempo Joseph recibió la visita de su tío; quien lo llevó a casa del abogado Huld para que llevara su proceso muy de cerca, el abogado a pesar de estar enfermo decidió tomar en sus manos el asunto, era evidente que resultaría favorable su ayuda; ya que el abogado conocía demasiado bien cómo funcionaban los tribunales y la propia Corte.

Joseph no dejaba de pensar ni un momento en lo relativo a su proceso, a menudo consideraba si no sería mejor elevar a la Corte un escrito de defensa.

Por lo que respecta al abogado Huld, este se había puesto a trabajar enseguida en el proceso de K., de modo que el primer escrito estaba casi listo para ser presentado. Ese primer escrito era muy importante, porque la primera impresión que producía la defensa era a menudo la que determinaba todo el curso de las posteriores diligencias. Aunque se debía advertir que por desgracia, solía suceder que los primeros escritos no fueran leídos totalmente por la Corte, simplemente los archivaban entre los demás papeles y si el peticionario lo exigía, por lo general agregaban que antes de que se dictara la sentencia se procedería al examen cuidadoso de todo el material acumulado, incluidos todos los documentos relativos al primer escrito.

Joseph debía recordar que que el proceso no era público; ciertamente que si la Corte lo consideraba necesario, se haría público, pero la ley no prescribía que debiera serlo. De manera que el expediente del caso, y, sobre todo, el acta de la acusación, no eran accesibles para el acusado y su defensor, y, en consecuencia, no se conocían al menos con precisión, los verdaderos cargos de la acusación para poder refutarlos en el primer escrito.

En efecto, la ley, no favorecía a la defensa, solo la toleraba, e incluso en este punto hay diferencias de opinión en cuanto así la ley, admite en su articulado alguna tolerancia. En consecuencia, ninguno de los abogados, en función de defensores eran reconocidos como tales por la Corte, y todos los que se presentaban ante el Tribunal como defensores no eran sino simples picapleitos.

La justicia procuraba así eliminaren lo posible a los abogados defensores para que el acusado tuviera que hacerlo por sí mismo.

Transcurrido el tiempo tuvo un encuentro con un pintor llamado Titorelli; dicho personaje conocía muy de cerca la Corte, y al estar charlando con Joseph, le preguntó acerca de qué clase de absolución prefería para su caso, pues existían tres posibilidades: la absolución real, la aparente y la retardada indefinidamente. Titorelli dijo a Joseph que la absolución real consistía en que para este tipo de absolución todos los documentos relativos al caso eran anulados,

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