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Mitos Y Leyendas

jovannyy24 de Noviembre de 2013

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ANTOLOGIA DE MITOS Y LEYENDAS

SERGIO ADRIAN ALVARADO TOVIAS

1° GRADO SECC. A

Introducción

“Mitos y leyendas”

Un mito es un relato tradicional que refiere acontecimientos prodigiosos, protagonizados por seres sobrenaturales o extraordinarios, tales como dioses, semidioses, héroes o monstruosas.

Una leyenda es una narración tradicional que incluye elementos ficticios, a menudo sobrenaturales y se transmite de generación en generación por lo que cambian partes de la historia, lo que aporta al relato cierta verosimilitud. La leyenda transcurre en un mismo reino de posibilidades al que pertenecen el narrador y su audiencia.

Títulos de Leyendas

1. La confesión del muerto

2. La bala

3. El murciélago de colores

4. El jinete sin cabeza

5. Leyenda azteca el maíz

6. Terror en la ruta

7. La novia

8. La calchona

9. Aparecidos

Títulos de Mitos

1. Infocrisis

2. Ocultista del doble

3. Drácula de stocker

4. Frankeinstein

5. Titanes frente a héroes

La confesión del muerto

Se dice que una noche a principios del siglo XVII el Abad de la antigua Basílica de Guadalupe vió que entraba un hombre de elegante apariencia que le solicitó la confesión, por lo que el Abad pidió a unos familiares que lo esperaban unos minutos. Después de un rato, el Abad salió con el rostro pálido, y cerró las puertas, por lo que sus familiares se extrañaron y le preguntaron por qué cerraba si el hombre elegante aún no había salido, sin embargo, el Abad se negó a contestar y los apresuró a dejar el lugar.

Ya en casa de los familiares, uno de sus sobrinos le preguntó al Abad qué le había pasado, sin embargo, el Abad llevó su mano derecha hacia su oído, haciendo notar que se le dificultaba escuchar. Después de que el sobrino le hiciera nuevamente la pregunta, el Abad le respondió que el hombre que había entrado a la Basílica horas antes era un muerto que había venido de ultratumba para confesarse, y que después de escuchar la confesión había tenido dificultad para escuchar por el oído derecho.

El Abad nunca pudo contar lo que le había dicho el misterioso personaje, guardando el secreto de confesión, quedando la duda para siempre.

La bala

En un pueblo de la ciudad de Guanajuato, cuando la iglesia toca exactamente las doce de la noche se crea como un punto de suspensión, pues nada se mueve, pero eso no es lo interesante

Cuentan que en tiempos de la independencia un coronel de la nueva España acorraló en frente de la capilla del pueblo a unos soldados. En ese momento eran casi las 12 de la noche, entonces uno de ellos se dispuso a disparar cuando de repente la bala se paró y por el contrario la bala se volteo y mató al soldado español. Desde entonces siempre se tiene la costumbre de guardar un minuto de silencio cuando son las doce de la noche.

El murciélago de colores

Una vez existió un hermoso murciélago. Era la criatura más bella de la creación, ya que en su afán por parecerse al resto de las aves, subió al cielo y solicitó al creador poseer plumas. Éste le contestó que tenía su permiso para solicitar a otras aves sus mejores plumas. Y así lo hizo. Se dedicó a pedir las plumas de aquellos especímenes más vistosos y coloridos.

Tras un tiempo de recolección, el murciélago lucía, ufano, su nuevo y espectacular aspecto. Revoloteaba por toda la tierra recreándose en su imagen. Incluso, en una ocasión, con el eco de su vuelo provocó un maravilloso arco iris. Todos los animales lo observaban fascinados por su deslumbrante imagen. No obstante, los halagos comenzaron a hacer mella en él. La soberbia se apoderó de su raciocinio. Miraba con desprecio al resto de las aves, a las que consideraba inferiores a él por su belleza.

Percibía que ningún otro animal estaba a su altura. Hasta reprochó al colibrí que no eran tan agraciado como él. Consideraba que no existía otra cualidad más importante que no fuera el aspecto físico. El resto de aves se sentían humilladas ante el vuelo del murciélago. Su continuo pavoneo se hizo insoportable para todo el reino animal, y sus ofensas llegaron a oídos del creador. Éste decidió intervenir.

Tras observar la actitud del bello murciélago, lo hizo llamar y subir al cielo. Éste se sintió halagado al verse requerido por el ser supremo y su ego se elevó con él. Ante la presencia del creador, comenzó a aletear con una alegría desbordada. Aleteó una y otra vez, desprendiéndose, inconscientemente, de todas sus bellas plumas.

De pronto, se descubrió desnudo, como al principio de los tiempos. Avergonzado, descendió a la tierra, refugiándose en las cuevas y negándose la visión. Durante días, llovieron plumas de colores que éste no quiso observar, procurando olvidar lo hermoso que un día fue. Desde entonces, el murciélago vivió recluido en la oscuridad, lamentando su egoísta actitud.

El jinete sin cabeza

Se dice que en un pueblo muy aislado de toda civilización se contaba la historia de un jinete que acostumbraba a hacer su recorrido por las noches en un caballo muy hermoso, la gente muy extrañada se preguntaba ¿que hombre tan raro porque hace eso?, ya que no era muy usual que alguien saliera y menos por las noches, a hacer esos recorridos. En una noche muy oscura y con fuertes relámpagos desapareció del lugar, sin dar señas de su desaparición. Pasaron los años y la gente ya se había olvidado de esa persona, y fue en una noche igual a la que desapareció, que se escuchó nuevamente la cabalgata de aquel caballo. Por la curiosidad muchas personas se asomaron, y vieron un jinete cabalgar por las calles, fue cuando un relámpago cayó e iluminó al jinete y lo que vieron fue que ese jinete no tenía cabeza. La gente horrorizada se metió a sus casas y no se explicaban lo que habían visto.

Leyenda azteca El maíz…

Los huicholes estaban cansados de comer cosas que no les gustaban.

Querían alguna cosa que pudieran comer todos los días, pero de maneras diferentes.

Un joven huichol oyó hablar del maíz y de sus famosos mets, unas tortillas, los chilaquiles y la sopa de tortilla que se preparaba con este cereal.

Pero el maíz se encontraba muy lejos, al otro costado de la montaña. Eso no lo desalentó y se puso en marcha.

Al cabo de poco tiempo vio una hilera de hormigas y como él sabía que ciertas de ellas eran las guardianas del maíz, las siguió.

Pero cuando el joven se durmió, las hormigas, sin ningún problema, se devoraron todas sus vestimentas, dejándolo sólo con su arco y sus flechas.

Sin ropas y hambriento el huichol se puso a lamentar. Fue entonces que un pájaro se posó sobre un árbol próximo. El joven apuntó su arco sobre él, pero el pájaro le regañó y le dijo que ella era la Madre del maíz. Lo invitó a seguirla hasta la Casa del Maíz donde ella lo autorizaría a tomar todo lo que él buscaba.

En la Casa de Maíz se encontraban cinco bellas doncellas, las hijas de la Madre del Maíz: Mazorca Blanca, Mazorca Azul, Mazorca Amarilla, Mazorca Roja y Mazorca Negra.

Mazorca Azul lo encantó con su belleza y su dulzura. Se casaron y volvieron a la villa Huichol.

Como él no tenía aún casa, durmieron un tiempo en un lugar dedicado a los dioses.

Después, como por encantamiento, la casa de los recién casados se llenaba cada día de espigas que la decoraban como flores.

Las gentes venían de todas partes porque Mazorca Azul les ofrecía espigas a manos llenas.

La bella esposa enseñó a su marido a sembrar el maíz y a cuidar los cultivos. Enterándose qué delicias ofrecía este nuevo alimento, los animales intentaron robarle. Mazorca Azul enseñó a las gentes a colocar fuego alrededor de los cultivos para espantar a las bestias en busca de espigas tiernas.

Los Ancianos cuentan que Mazorca Azul, después de haber enseñado todo lo que ella sabía, se molió ella misma y es de esta forma que los hombres conocieron el excelente atole, una bebida caliente que se prepara con granos de maíz.

Terror en la ruta

Generalmente el narrador comienza diciendo: “¿Te conté lo que le ocurrió a mi amigo? Bueno, de hecho fue a su primo…” Y continúa así: Un automovilista va conduciendo por una carretera, cuando ve a un hombre joven con el pulgar levantado. Al disminuir la velocidad para recogerlo queda consternado al ver que detrás de los arbustos o árboles de la carretera asoman dos o tres compañeros suyos.

Considerando quizá que están abusando de su generosidad, o tal vez alarmado ante la posibilidad de que se trate de una banda de ladrones, el conductor decide en el último momento no recogerlos. Los viajantes se encuentran ya bastante cerca del coche, pero el conductor pisa el acelerador a fondo y se aleja tan rápido como puede.

Los viajantes parecen enojados: gritan y chillan mientras el automovilista se aleja. Feliz de haber logrado escapar a tiempo, el conductor sigue su camino unos kilómetros sin detenerse. Después, al comprobar que el indicador de la gasolina se acerca al cero, se para en una estación de servicio.

Acto seguido observa que el operario de la estación de servicio, lívido como la cera, se aparta horrorizado del coche. El conductor baja para ver qué es lo que pasa, y queda paralizado de horror ante lo que ven sus ojos.

Atrapados en una de las manijas de la puerta hay cuatro dedos humanos

La novia

Esta leyenda a recorrido muchos años

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