Recensión libro "In-tolerancia cero" Santiago Redondo

In-Tolerancia cero: Un mundo con menos normas, controles y sanciones también sería posible (y

quizá nos gustaría más), de Santiago Redondo Illescas. Sello Editorial: 2009. Barcelona. 237 págs.

ISBN: 978-84-937381-2-9

En esta obra, el autor Santiago Redondo, experto en el campo del control de la infracción del delito y del tratamiento de los delincuentes, intenta plantar cara desde un punto de vista crítico al incremento desmesurado que se ha producido en las últimas décadas del control y del castigo frente al delito. Redondo, que tal y como menciona en el libro, ha sido invitado en múltiples ocasiones a dar conferencias tanto en universidades como en eventos relacionados con el estudio de la criminología (dado su amplio conocimiento y estudio del tema) critica como el control punitivo se ha endurecido exageradamente tanto como para infracciones graves, como para las no tan graves, y como este hecho no solo no es positivo para la reinserción de los delincuentes, sino que la dificulta.

En los primeros capítulos del libro el autor examina lo que podría llegar a ser uno de los argumentos centrales del libro: los dos métodos básicos de control social. El primero es un mecanismo que intenta anticipar la delincuencia, intentando concienciar a una sociedad de cuál es la conducta correcta que esta debe seguir (sistema socializador), y el segundo es el método que pretende corregir las conductas delictivas a base de castigos y sanciones (sistema punitivo). Ya desde el primer capítulo Redondo recoge toda una serie de diferencias y características de ambos, llegando a unas conclusiones en las cuales deja ver como el sistema punitivo quizá pueda ser visto como la solución fácil, pero no tiene por que ser la más eficaz.

El método que pretende sancionar las malas conductas es algo que viene de muchos años atrás, y no es algo novedoso en sociedad, lo que sí parece serlo, es que frente a un delito suficientemente grave, o uno que no lo es pero se exagera (o se crea algún tipo de escándalo), se endurezca la respuesta del sistema penal. Redondo, sin embargo, sostiene que este endurecimiento no es defendible desde lo científico, y desde mi punto de vista, tampoco desde lo ético.

Otro problema a destacar es la exhibición morbosa que se hace en la televisión día tras día de miles de asesinatos, violaciones, y/o crímenes que puedan ser considerado de la misma gravedad, creando entre los ciudadanos la falsa creencia de que estos comportamientos son muy frecuentes, lo que nos hace vivir en una constante alerta. ¿Es necesario este alarmismo? Las encuestas de victimización establecen tres categorías de países respecto al temor del delito: los optimistas, realistas y pesimistas. España se incluye en el grupo de los pesimistas, teniendo una de las tasas de victimización más bajas de Europa, pero uno de los índices más altos de inseguridad percibido por su sociedad. La respuesta sería fácil entonces, no, no es necesaria esta alarma social, pero está presente de todas formas.

Uno de los grandes culpables de estos fenómenos, tal y como explica Redondo en los capítulos X i XI, es la influencia (que no es poca) que tienen los medios en este incremento de la punitividad frente al delito. Actualmente los medios de comunicación están plagados de crimen, y lo peor es, la realidad delictiva que pretenden enseñar está teniendo un impacto en la sociedad que no es para nada cierto. Tal y como la delincuencia es presentada en los medios, hace que parezca que se necesita mayor control, creando así inseguridad entre la ciudadanía, que deriva a un alarmismo popular, el que resulta en la demanda de castigos más severos, y el sistema penal parece que comparte parte de su poder a la sociedad, dándole esas respuestas de la no toleración y de severidad máxima frente al delito. Es todo una cadena. Redondo propone un uso de los medios más racional y equilibrado, y salir así de este bucle en el que nos encontramos.

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