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Resumen Del Libro "santa"


Enviado por   •  20 de Marzo de 2014  •  1.662 Palabras (7 Páginas)  •  439 Visitas

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Capitulo V.- En los días siguientes a la muerte de su madre, se encerró en su habitación, cuando el doctor vino a ver que era lo que tenía se le olvido apuntar en la libreta de registro de Santa estaba sana, un día llegaron los agentes, que llevaban el control de la casa para que todas pagaran su registro y se llevaron a Doña Pepa y Santa, ésta última estaba conciente de que no había pagado sus últimos registros, pero en realidad se la llevaban por que pensaban que estaba enferma, Hipólito estaba platicando con Jenaro y le pedía que le describiera a Santa, cuando oyó lo que pasaba y se levanto, pero las dos mujeres eran llevadas a las autoridades superiores, entonces le pidió a Jenaro que fuera a investigar lo que pasaba, después de un rato entró el muchacho y dijo que ya regresaba Doña Pepa con el Jarameño, pero Santa se había quedado presa para después llevarla al hospital, Hipólito tomo su sombrero para ir en busca de ella, el Jarameño se fue junto con Hipólito para ver de que manera podían sacarla, esa noche estaba de guardia solo el secretario y a cambio de unos boletos para la corrida de toros que le regalo el Jarameño, le dijo que fuera con el doctor que atendía a Santa y le dijera que él la sacaría de la prostitución y que la haría su querida y solo así la dejarían salir, hizo lo que le habían recomendado y Santa regresó con ellos a la casa de Elvira, llegó y saco sus cosas para irse a vivir con el Jarameño, aturdida por todo lo que estaba pasando solo le dijo a Elvira cuando los acompaño a la puerta que la despidiera de Hipólito.

SEGUNDA PARTE

Capitulo I.- En la Guipuzcoana una casa de huéspedes española, se encontraban Ripoll un ingeniero que pretendía vender al gobierno mexicano un submarino de su invención, Don Praxedes Luro un cura carlista que esperaba que el obispo le asignara una parroquia, Feliciano Surdo dizque minero arruinado, de quien se decía ser el amante de la dueña de la casa, Izquierdo agiotista, Abascal dependiente de la Covadonga y Gallegos un cómico, todos ellos bajo la regencia de la dueña Doña Nicacia Azpeitia de Flores, viuda de un militar, cuando llegó el Jarameño acompañado de Santa la presento como la mujer de su alma, todos se asombraron de su belleza y los aceptaron inmediatamente instalando allí su nido de amor.

Se acercaba el domingo y Santa sentía que el Jarameño ya no la quería, pero lo que pasaba es que el Jarameño era torero y cada vez que se acercaba el Domingo y le tocaba torear sentía una gran preocupación porque decía que en ese arte el torero entra al ruedo y no se sabe si es por última vez, cuando llegó el Domingo el Jarameño se preparó para irse a su corrida dejando a Santa en la casa, cuando apenas se alejaba se presento Jenaro, el lazarillo de Hipólito, fue a verla para saber como estaba por mandato de su amo y le pidió a Santa que fuera discreta cuando volviera a ver a Hipólito, después de que Jenaro se marchó Santa se sentó a reflexionar sobre la vida que llevaba y se dio cuenta de que la vida que llevaba le aburría, extrañaba el burdel, la fiesta, a los hombres que la halagaban, que probablemente su perdición ya no tenía remedio, pero la atemorizaba las constantes amenazas del Jarameño de matarla si lo dejaba de querer.

Un Domingo el Jarameño se fue a su corrida, pero fue suspendida y se regreso a la casa, cuando llego encontró a Santa en la cama con Ripoll que salió inmediatamente de la recámara, Santa se quedo con el Jarameño pensando que seria su último día de vida, se arrodillo frente a la Virgen de los Remedio donde el Jarameño se postraba antes de salir a sus corridas, el Jarameño no pudo hacerle nada, solo la corrió diciéndole que la Virgen le había salvado la vida.

Capitulo II.- Sin titubeos ni vacilaciones Santa regreso al burdel de Doña Elvira, por el momento todas la recibieron muy bien, pero pronto mostraron su verdadero sentir ya que no les era grato que Santa fuera la preferida de los cliente y de la dueña, así que al volver a ver al Rubio aceptó la oferta que le había hecho antes, al platicarle a Hipólito sus planes la apoyo no sin antes confesarle el amor que sentía por ella, Santa dijo que él no merecía una mujer como ella, Hipólito acepto sus razones y no volvió a insistir en eso.

Una noche cuando Santa estaba en compañía de un cliente llamado Rodolfo otro cliente la saluda, entonces este sacó su pistola y le disparo al otro, la policía pronto llegó al burdel.

Capitulo III.- Se llevaron a todos los que allí estaban para que rindieran su declaración, cuando esperaban el abogados de Doña Elvira les decían lo que cada una debía decir

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