Resumen Libro Siutico
keitlin.nichole21 de Noviembre de 2012
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Siútico: arrbismo, abajismo y vida social en Chile
Extraños en el salón
Roto es una palabra que se origina en época de la colonia, de un significado tanto ofensivo como inofensivo (roto chileno). Su principal característica es que este nunca discrepa sino se “alza” del cual no espera una posible evolución y su condición es hereditaria hasta la muerte.
Por otra parte, el roto nunca se reconoce a si mismo sino es el de “al lado, surgiendo así e ejercicio de “rotear” donde tenía como objetivo distanciarse del grupo donde se pertenece, siendo usado principalmente por la gente que se siente en medio (mediopelo). Sin embargo el roto encontró la respuesta con la palabra “futre”, que alude al tipo refinado, al elegante, al patrón, etc. Actualmente la palabra roto se le da a una persona maleducada o grosera, generando que ahora el roto no nazca en esa condición, sino se haga por su propia voluntad.
Dentro de los mecanismos para evitar el roteo, especialmente en el grupo del mediopelo, nace la estrategia de escalamiento social, donde se pretende arribar imitando los códigos de la clase alta. Nace así el “siútico”. Su principal diferencia con el roto, es que este último se enfrenta y encara al futre, en vez de siútico que trata de mezclarse y ser aceptado con este. Por lo que se le considera inofensivo en vez de amenaza que es la cualidad que se le atribuye al roto. Siútico es entonces en recién llegado, el extraño en salón, los desconocidos, aspirantes. Este no enfrenta al futre, sino lo imita, obedece y trata sacar provecho de su cercanía.
El siútico, en su acto de arribar tenía que recibir actos de crueldad por parte de la clase privilegiada de la época. Además este, es un tipo de individuo que trata de escalar y con un arribismo universal, puesto que el deseo de escalamiento social es a lo que aspiran las sociedades occidentales que abandonaron el sistema de castas.
Las principales características que presentan los siúticos con el objetivo de arribar son: primero el uso del lenguaje, caracterizado por el uso de palabras rebuscadas que la clase alta en realidad no usa, siendo una herramienta inútil; otro factor que es más importante al ser catalogado como carta de presentación es la apariencia física, surgida por el mestizaje que se vio menos reflejado por la llegada de europeos al territorio nacional, naciendo así códigos que representasen diferenciación por el pigmento pero sin caer en el concepto de racismo.
Todo esto conlleva a considerar al siútico a un tipo arribista (en el mal sentido de la palabra) que soporta el menosprecio intencionado, donde para él la obediencia es más importante que el talento. Por esto, el roto recibe una aceptación amable y hasta patriótica, pero siútico es un signo de vergüenza.
Además el siútico se destaca por realzar y exhibir su éxito, muchas veces despreciando y burlándose de los demás. Esto acompañado de un consumo que lo único que busca es resaltar. Pero un principio fundamental es la ostentación de amistades, basadas por el apellido, el cual fue antecedente para el origen de la aristocracia chilena.
Cabe destacar que la idea del arribista chileno se debe a la propia historia de país, su orden y cambio. Un ejemplo es lo que ocurrió en el gobierno de Balmaceda donde los políticos de la clase media llegaron al poder siendo considerados de “balmasiúticos”.
Una persona que tiene la capacidad de apuntar a un siútico debe estar respaldada por el poder del linaje y la pertenencia, porque quien califica a alguien de siútico debe tener una superioridad moral. Además dentro de esta clase donde la nobleza es heredable se encuentra una cualidad excepcional relacionada al cómo actuar en una determinada situación, donde el siútico generalmente recae en el “error”. Esto conlleva a definir muchas veces al siútico como alguien que en acto de arribar alcanza la riqueza económica, pero nulo reconocimiento social, y que muestra “la hilacha”, la cual da a conocer el origen del recién llegado.
Aquí es donde se da el nombre de mediopelo o clase social bastarda, no necesariamente de la clase media, sino una que se desprende de ella, caracterizada por la imitación de los de “arriba” generando extrañeza y distancia. No como el roto o el campesino que sabían cuál era su lugar y no aspiraban a más.
En paralelo a esta idea del arribista se desarrolla su antítesis: el abajista, el cual ha nacido en un sector privilegiado de la sociedad pero ve en los de abajo algo bueno y deseable. El abajista se encanta con las costumbres del las clases inferiores, queriendo compartir con ella y se arriesga a descubrir nuevos mundos, desconocidos por su condición.
En síntesis Siútico trata sobre la búsqueda del respeto esquivo de esta clase arribista, mostrando los distintos métodos usados para alcanzar tan deseado objetivo, abordando en cada capítulo un momento histórico y un tipo de campaña para ascender.
Buena presencia.
Pamela Matus es ese tipo de adolescente que se caracteriza por su atractivo físico, pero más que eso: su febril arribismo. El cual lo trató de alcanzar en primer lugar por añadir a su vocabulario la palabra “ordinario” para definir todas las cosas que encontraba “rasca”, según ella. Pamela sabia que se encontraba en un grupo de peligro, lejos del estatus que quería alcanzar. Para alcanzar su objetivo deseo obtener la amistad de Bernardita, una joven hija de un comerciante español. El siguiente paso más significativo fue cuando se tiño el pelo, el cual acompañado por el maquillaje y productos cosméticos buscaba ocultar su apariencia morena: La Matus quería arribar.
El oscuro destino de los oscuros
Mientras la Matus se sentía socialmente incómoda por su disconformidad física por la pertenecía a un grupo determinado donde lo genético era algo ineludible. En Antofagasta una adolescente ecuatoriana llamada Lissette Burbano, hija de Narcilia Quinteros, la cual encontró trabajo de dama de compañía en un bar por su exótico semblante. Lissette sufrió en Chile racismo por parte de sus compañeros de escuela, lo que la llevó a tratar de huir del país.
De esta anécdota se aprecia el Chile que se siente blanco y rubio, un racismo criollo que es elusivo, inexpresivo e indirecto.
Se siente rubio.
Algo que caracteriza a los chilenos desde tiempos anteriores, como la colonia, es el rechazo de reconocer el origen indio o aborigen y realzar los rasgos arios que tiene. Surge así la idea de fantasía blanca, algo que se da a nivel social como biográfico, de ahí nace la frase: “yo de niño era rubio”. Aquí es cuando fracasa la estrategia lingüística frente al semblante, se recurre a los productos cosméticos, como le sucedió a Pamela Matus quien tiño su cabello llegando a ser lo que se considera “rucia”. Pero este mecanismo de la fantasía cosmética se da solo en las mujeres, en el caso de los hombres, la moda y el buen vestir son las herramientas para cumplir el objetivo de negación hereditaria.
Esta segregación genética que se origina en la colonia y se mantiene en el bicentenario, se ve reflejada por la improbabilidad que un grupo de la población que tiene rasgos más mestizos logre reproducirse y tener descendencia con un grupo con rasgos más europeos. En los casos en que sucede este fenómeno, nace el “rubio de la población” lo que históricamente se conoce como “el huacho”
Papá tenía los ojitos claros
El mestizaje y la ilegitimidad han sido la semilla del poblamiento del país. Aquí es donde se encuentra el guacho que tenía como característica: ser mestizo, ilegitimo y por lo tanto de segunda categoría. Lo cual con el tiempo evolucionó al rubio de población. Un ejemplo de este es el de Bernardo O’ Higgins quien a simples rasgos se le notaba su descendencia irlandés, sin abandonar los rasgos indígenas que lo llevaron a recibir el apodo del huacho Riquelme.
De esto se desprende que la piel, la cara y el cuerpo dan pistas del origen. Por lo que se desencadena una escala social que tiene en el eslabón más bajo a la mujer morena; luego vendría el hombre moreno, seguido por un escalón a salvo en el que se encuentran los del piel amarilla. Esto se hace porque en general, el pronóstico de vida mejora a medida que el rostro oscuro se blanquea y matiza.
Todo es cosa de combinaciones que parten de lo físico pero a la que se le van añadiendo elementos. Ya que en el caso de Chile, la sangre, el rostro y el color dan pistas de la pertenencia y en gran medida el futuro que te guarda. Un caso particular son los encuentros fortuitos entre los jóvenes que la clase alta chilena que se aventuran a ganar experiencia sexual con jóvenes que buscan en estas experiencias la utopía de ser blancas.
Los mapuches, los cuales sentían vergüenza en Chile de su origen, en Europa conocieron movimientos de reivindicación étnica y comenzaron a transformar es sentimiento en orgullo, porque al fin de cuentas su aspecto no difería en mucho con el del chileno común.
Caniuqueo, el mapuche blanco
En Chile perecer indio es una desgracia, serlo una fatalidad. No fue así para Miguel Caniuqueo un ingeniero mapuche que desarrollo un proyecto que fue todo un éxito en la ciudad de Temuco. Sin embargo él era una rareza estadística, porque no era común que un indígena lograra estudios superiores y no tener las características físicas de un indígena.
Con los años logró montar una empresa de selección de personal, donde descubrió que por lo general las empresas prefieren personas de “buena presencia” lo que en su definición seria: aquella que se ajusta a las necesidades de la empresa. Por lo que se
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