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Un ejemplo de discriminación racial en la película "Great Debates"


Enviado por   •  28 de Mayo de 2013  •  4.413 Palabras (18 Páginas)  •  617 Visitas

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e han hecho muchísimas versiones de películas que se fundamentan en la segregación racial contra los negros en las cuales el factor predominante es la presencia de la violencia más extrema que acorrala a la legítima protesta y la destruye. Esa repugnante palabra, llamada discriminación, la podemos relacionar con muchas otras impropias como asesinato, crueldad, frialdad, indiferencia, odio, irracionalidad etc. Las minorías son discriminadas solamente por ser diminutas en cantidad, pero qué pasaría si, por ejemplo, la mayoría de las personas fueran negras y el resto blancos. Entonces los roles cambiarían, lo que indica claramente que los negros son discriminados sólo por ser una minoría, y no por ser inferiores... Hemos registrado muchos casos de organizaciones formadas para luchar contra personas de otras razas. Conocido es el caso del “Ku Klux Klan”, organización terrorista secreta creada en los estados sureños de los EEUU en 1865, por seis antiguos oficiales del ejército confederado. Los miembros del “Klan” creían en la inferioridad innata de los negros y por tanto estaban resentidos por ver a antiguos esclavos en condiciones de igualdad social a menudo accediendo a cargos de importancia política, por lo que se convirtió en una organización ilegal comprometida y dispuesta a luchar contra los derechos más elementales de los negros afro-americanos. Vestidos con prominentes túnicas y ocultando cobardemente sus rostros con capirotes blancos, los hombres del “Klan” actuaron sin control alguno contra los negros en general. Eran capaces de azotar, mutilar y asesinar a sus víctimas. Las revelaciones en la prensa de los crímenes y coacciones cometidas por el “Klan” condujeron a una investigación por parte del congreso de los EEUU en 1921. Desde ese año, el “Klan” experimentó un rápido incremento de sus miembros y su influencia política abarcó todo el país, alcanzando la cifra de tres millones de miembros en 1924. Con la entrada de los EEUU en la II Guerra Mundial, redujo sus actividades. Ya no solo los negros tenían que ir a morir por la patria sino que los blancos gozaban también de ese privilegio. En 1944 se disolvieron formalmente, cuando no pudieron pagar los impuestos que debían al gobierno federal. Es decir, se auto discriminaron financieramente, hecho por demás curioso. El resurgimiento de sus actividades después de la guerra despertó un sentimiento público masivo de rechazo y el “Klan” se concentró en numerosos grupúsculos.

También deberíamos tomar en consideración dentro de este acápite histórico, como ejemplo de discriminación racial al “apartheid” sudafricano. El término significa “separación” y describe la división racial entre la minoría blanca gobernante y la mayoría no blanca. La legislación del “apartheid” clasificaba a la población en tres grupos raciales: blancos, bantúes o negros y mestizos. Posteriormente se añadieron los indios y paquistaníes como una cuarta categoría. Se fijaban los lugares de asentamiento de cada grupo, los trabajos que podían realizar y el tipo de educación que podían recibir. También prohibía casi cualquier tipo de contacto social entre las diferentes razas, autorizaba las instalaciones públicas separadas, como limitar determinadas playas al uso de blancos, y prohibía la participación de los no blancos en el gobierno del Estado. Las personas que se oponían abiertamente al “apartheid” eran consideradas comunistas. Nelson Mandela –como lo vimos en el film Invictus- fue el verdadero propulsor de la lucha antirracista contra el gobierno y pagó con muchos años de prisión su negro atrevimiento. Salió de la cárcel y fue presidente electo de Sudáfrica. Aunque en la actualidad aún persisten mínimamente estos defectos cerebrales de los hombres, podemos afirmar que la humanidad se mueve en otra dirección, no menos violenta como la globalización, pero que afirma la libre competencia, el libre pensamiento y la libre expresión como parte de su filosofía.

Es este complejo concepto el que desarrolla Denzel Washington como mensaje de fondo de su meritoria película. Y no me parece menor el argumento de considerarla como tal, porque nos expone con firmeza que la perspicacia se impone sobre la violencia, que el aplicado discurso apaga por siempre el fuego envolvente del odio y del rencor, que lo superior y lo inferior se acopien en el mismo nivel donde siempre debieron estar, a través del dialogo, la tolerancia y la sabiduría más plena, antagónica de una descarnada lucha por la igualdad de oportunidades de los negros de ése entonces no resuelta con el poderío de las armas convencionales sino por aquellas que destruye cualquier tipo de conflicto, vale decir, con ideales y axiomas profundos como la palabra culta. Por eso, “The Great Debaters” es una película modelo, en donde la enseñanza vence con holgura a la trama y al plano secuencia, el inspirador ejemplo se alza majestuoso ante lo bello y pudiente de la fotografía y donde la fértil moraleja perdura sobre la dirección, musicalización y el egotismo interpretativo. Un toque mágico, personalísimo y muy estilizado que le imprime el convincente aunque inexperto director Denzel Washington y que se separa abismalmente de aquellas narraciones sobre la discriminación manchadas con sangre y destrucción... Casi siete años después de haber dirigido su ópera prima “Antwone Fisher”, Washington regresa a situarse detrás de las cámaras. Este film, escrito por Robert Eisele, está basado en un drama de la vida real, y nos narra la historia del poeta negro Melvin B. Tolson, un profesor de inglés, literatura e historia afro-americana de la Universidad de Wiley, una pequeña casa de estudios para negros que, en 1935, convenció a un grupo de estudiantes a formar el primer equipo de debate, el cual se enfrentó a otras Universidades afro-americanas derrotándolas sin atenuantes pero que tuvo la virtud de ser la primera en medirse con el destacado grupo de polemistas anglosajones pertenecientes a la famosa Universidad del Sur de California, por el campeonato nacional estadual. Washington no solo dirige el film sino que también interpreta en el rol protagónico a Tolson, acompañado en el reparto nada menos que por otro magnífico actor de color Forest Wihtaker, su pequeño hijo Denzel Whitaker, la bellísima Jurnee Smolleh, y los actores Nate Parker y Jermaine Williams. El actor ganador de dos Oscares por “Glory” de Edward Zwicky y Training Days” de Antoine Fuqua, firmó el contrato para actuar en esta película no por expreso pedido de la co-productora y famosa Oprah Winfrey, ni de los hermanos Wainstein, productores generales. Lennis, la madre de Denzel, así como Miriam, la madre de los Weinstein, fueron quienes pudieron convencerlo para que interpretara a Tolson. Harvey Weinstein reveló en el New York Daily News que Washington

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